jueves, 26 de septiembre de 2013

“MIRAS ALTAS: DEBER CIUDADANO”


“MIRAS ALTAS: DEBER CIUDADANO”

Con motivo de la celebración de los noventa años de existencia de la SEP, hace un par de años se realizó el Encuentro de Educación y Valores para la Convivencia en el siglo XXI, en el que participaron grandes figuras internacionales de la talla de Álvaro Uribe, Rigoberta Menchú,  Felipe González y muchos más. Debo reconocer que el tema me pareció por demás atractivo  ya que las ideas ahí debatidas giraban en torno a la necesidad -y realidad ya en muchos países desarrollados- de construir ciudadanía a través de un sistema educativo basado en valores, ideas con las que coincido plenamente ya que considero que la actual crisis política y social que atravesamos como país, como estado y como ciudad, tiene su origen en una profunda crisis ética y de valores que nos ha mermado como sociedad, debilitando sus pilares e instituciones principales.

Mención especial merece la conferencia magistral dictada por el expresidente español Felipe González quien delinea una serie de ideas de fondo muy valiosas que analizadas con cierta profundidad debieran calar muy hondo por la oportunidad y vigencia de su aplicación en la realidad mexicana y, concretamente en la michoacana.

González se anima a señalar  que “el mínimo común ético que define a una ciudadanía es el cumplimiento de la legalidad”, es decir, el piso mínimo que garantiza la convivencia civilizada de un pueblo es el cumplimiento de sus propias leyes. Por supuesto que no se trata de una noticia nueva, para los politólogos simplemente consistirá en la razón de ser del <pacto social>, mientras que para los abogados constituye la obviedad de un <Estado de Derecho> o la base del <principio de legalidad>. Sin embargo el problema de fondo es evidente, no tengo que profundizar mucho para ilustrar lo preocupante del asunto en un sistema como el nuestro en el que el respeto a ese piso mínimo está muchas veces en tela de juicio. Baste observar los acontecimientos diarios para retratarlo… marchas, manifestaciones, tomas, paros, impunidad …todo un lenguaje propio de un sistema  que en la praxis no solo no privilegia el respeto de las normas básicas de convivencia sino que en ocasiones, estimula o incentiva el comportamiento contrario. Fundamentalmente es un tema que tiene que ver con el cumplimiento de las reglas del juego.

El nuestro, no es un problema de leyes, sino de su estricto cumplimiento.  Es deber de todos, sociedad civil y gobierno, pero en especial de los poderes estatales y sus instituciones –por su relevancia pública- velar, educar y fomentar su observancia y respeto a través del ejemplo y  de su actuación del día a día. De ahí la importancia de insistir en el perfil de los representantes y de la clase política en general, debemos incidir de tal manera que logremos que esa clase gobernante refleje fielmente la pluralidad y los valores esenciales de la sociedad michoacana. El mismo González lo señala en su ponencia, “el respeto a la pluralidad de las ideas se consolida en mayor medida mientras menos es el grado de transfuguismo personal de los líderes”. Concepto, éste último que hace referencia al cambio de principios y valores por conveniencia política, por lo que el quid del asunto se ubica nuevamente  en los temas de congruencia, consistencia y visión de la clase política y su expresión ciudadana que es la sociedad civil, campo de la ética pública.


Felipe González aseguró que “el proceso de selección de representantes se está volviendo  negativo y eso destruye la democracia”. Hoy en México y en Michoacán, se cuestiona y desincentiva la participación de los jóvenes en una profesión, oficio ó más bien, <vocación> tan desprestigiada, que garantiza al menos un Vía Crucis para el que incursione en ella con un fin auténticamente noble.

En el fondo, el llamado es a que como sociedad civil participemos e influyamos de manera inteligente generando un movimiento constructivo que permita renovar la clase política, imponiendo las condiciones necesarias para que la ciudadanía tome por asalto los partidos y las posiciones de representación…exigiendo que los partidos sean la vía para que ciudadanos comunes y corrientes accedan al ejercicio del servicio público.

En palabras del político español, haciendo amable el ejercicio del esfuerzo de la gente buena que se interesa por la auténtica política, sin ser condescendientes, sino exigentes con los que la usan en su beneficio personal y no en servicio de los ciudadanos. Pero para eso requerimos visión y mucha generosidad, eso es tener miras altas, y eso, en estos tiempos…es un deber ciudadano.
 
 

jueves, 19 de septiembre de 2013

“¡NO NOS ACOSTUMBREMOS A PACTAR CON LA MEDIOCRIDAD!”




 “¡NO NOS ACOSTUMBREMOS A PACTAR CON LA MEDIOCRIDAD!”

Nunca he coincidido con la frase que señala que “el pueblo tiene el gobierno que se merece”, más bien, al contrario, considero que el pueblo tiene el gobierno que permite. A veces como ciudadano me siento asfixiado, indefenso o imposibilitado para exigir justicia, legalidad, transparencia, calidad, respeto o simplemente sentido común en la actuación de las autoridades respecto a muchos de los sucesos de la vida diaria, llámese vialidades, obras públicas, tránsito, transporte público o cualquier relación gubernamental a través de trámites y gestiones.  Cierta sensación de desesperanza, de impotencia por no encontrar respuesta o soluciones elocuentes a nuestros problemas comunes por parte de la autoridad. Seguramente alguna vez te ha pasado lo mismo estimado lector, y sinceramente me niego a aceptar y a acostumbrarme a esa realidad como la única posible.

No nos acostumbremos a las obras públicas poco transparentes y  mal hechas, a los servicios públicos deficientes y de pésima calidad so pretexto de la falta de presupuesto, o a los proyectos mal planeados o sin visión que generan  caos en las ciudades.

No nos acostumbremos a la tomas y plantones como único medio para dirimir nuestras diferencias, y menos aún al discurso político fácil y frívolo que sostiene que no puede coartársele al pueblo este derecho a manifestarse aún a costa de afectar a la mayoría….

No nos acostumbremos al hecho de que los maestros sean movilizados a las calles para exigir sus demandas (aunque en algunos casos s legítimas) abandonando su responsabilidad para con los miles de niños y jóvenes estudiantes…

No nos acostumbremos a un transporte público desordenado, indigno, inseguro y ostensiblemente contaminante.

No nos acostumbremos a la violación sistemática de los derechos básicos de los indígenas.

No nos acostumbremos a los desfalcos, actos corruptos y a la aplicación discrecional de la ley, a esa desesperante realidad llamada impunidad.

No nos acostumbremos al endeudamiento excesivo y a la falta de claridad del destino de esos recursos.

No nos acostumbremos a la injusticia de la pobreza ni a la insultante manipulación de las personas que se encuentran en ella.

No nos acostumbremos al miedo, al dolor, al sufrimiento de las víctimas o a la violencia inhumana e irracional de la delincuencia.

No nos acostumbremos a los gobiernos y administraciones de “bajo perfil”, insensibles, opacos  y corruptos, bajo el argumento de que la <política> es un cochinero y que todos sus actores son iguales…

No nos acostumbremos a ubicar el nombre de Michoacán en los últimos niveles de todos los estudios y  evaluaciones en materias de desarrollo humano, económico y social (educación, competitividad, nivel de endeudamiento y finanzas públicas, gasto en nómina, marginación y pobreza, salud, ecología, seguridad, transparencia y rendición de cuentas).

Todo esto no es parte integrante de nuestra cultura ni de la idiosincrasia mexicana o michoacana, sucede porque así decidimos que suceda, lo permitimos, toleramos y a veces –indirectamente- lo fomentamos.

No me resigno a aceptar la complejidad de nuestra realidad como una suerte de destino manifiesto, ni tampoco acepto el qué nuestros problemas sean tan grandes que no podamos cambiarlos. Me parece que es una actitud que pretende justificar nuestra inactividad y cobardía para enfrentar los retos que implica el <complicarse la vida> inherente a la búsqueda del bien común. Pero para no acostumbrarnos debemos involucrarnos, dejar el sofá… y eso implica reconocer nuestra responsabilidad y compromiso, y alzar la voz, y proponer, y respetar al que disiente, y tener la generosidad para adoptar las soluciones que convienen a todos aunque no sea la ideal para mí… implica creatividad, preparación, entrega, honestidad, lealtad, congruencia…Sí lo sé, valores hoy… políticamente incorrectos.

Quisiera gritarte al oído que no estemos esperanzados en que el cambio va a venir del gobernador, de los diputados o alcaldes…. El cambio vendrá sin duda de los ciudadanos que hoy exigimos congruencia y efectividad a las autoridades, con las que –conjuntamente- debemos construir el proyecto de Michoacán que todos queremos.

Sí…hemos visto ya tantas cosas…pero  hay un Michoacán diferente y posible que  depende de nosotros los ciudadanos. ¡No nos acostumbremos a… pactar con la mediocridad!
 
 

martes, 17 de septiembre de 2013

“CAMBIÓ LA LEY, PERO LOS PROTAGONISTAS –PARA BIEN O PARA MAL- SEGUIMOS SIENDO LOS MISMOS”


 
“CAMBIÓ LA LEY, PERO LOS PROTAGONISTAS –PARA BIEN O PARA MAL- SEGUIMOS SIENDO LOS MISMOS”

Reflexionando sobre los acontecimientos de los últimos días a propósito de la “consumación” de la llamada Reforma Educativa y sobre algunos correos que he recibido por parte de maestros expresándome su punto de vista al respecto…me queda claro que la solución de fondo ha quedado de lado pues el problema social y humano sigue ahí. Ante ello te comparto un artículo que publiqué en mayo de este año con el título de “EDUCACIÓN: ENCONTRAR LO COMÚN EN LA DIFERENCIA…TENDER PUENTES”

Soy un fiel convencido de que el cambio cultural es el único medio que permitirá que los mexicanos y a los michoacanos resolvamos de fondo nuestra compleja situación actual. Se trata sin duda de un cambio de largo alcance con efectos a mediano y largo plazo…la cultura se crea a través de la educación. Además toda cultura está siempre en cambio y en apertura hacia otras expresiones…pero precisa la disposición a dialogar y escuchar a los otros.

Es verdad que el panorama de la educación en Michoacán no es nada alentador. Así lo atestiguan los principales indicadores y pruebas especializadas en la materia. La exclusión, la inequidad, la deserción, el crecimiento de la cobertura –muchas veces contaminada con visiones políticas-…en fin, la desvinculación de un sistema que no responde al nivel, a la calidad y a las características culturales y específicas de sus destinatarios y por tanto poco significativa…son problemas anclados de manera permanente en la realidad educativa formal de nuestro estado.

Tender puentes significa hacer un esfuerzo por dejar de lado nuestra sempiterna visión unilateral de la realidad para dar cabida a la posibilidad –de al menos- considerar la de los demás…de construir siempre hacia adelante, con el objetivo claro de llegar al otro lado partiendo de un punto común…de preocuparse más por lo que viene que por lo que ya pasó…de ir al futuro, pero siempre juntos.

Tender puentes implica superar la visión reduccionista que sostiene que el tema de la educación está restringido solo para los educadores y especialistas. Sino todo lo contrario, dada su importancia y repercusión… implica el compromiso de una responsabilidad compartida. Que se requiere revalorar la figura del maestro y recuperar su sentido de autoridad y dar seguimiento y acompañamiento permanente a cada uno de ellos…y recordarles su auténtica vocación como guías que no solo enseñan, sino sobre todo que viven con convicción y pasión lo que enseñan.

Tender puentes requiere entender que el objeto de la educación es la formación integral de la persona…que la formación en valores conlleva congruencia y su aplicación práctica en hábitos operativos que son las virtudes, y que por tanto, no basta con aspirar a la “excelencia académica” ni a cumplir objetivos, sino más bien aprender y enseñar a pensar, a ser críticos…llegar a descubrir la auténtica dignidad y vocación de servicio así como la personal responsabilidad para ser capaces de asumir las necesidades de los demás…pero siempre desde la visión del otro…respetando en todo momento su identidad. Es necesario, en palabras de Traslosheros, “renunciar al discurso maximalista que no sólo reivindica la propia posición como la única cierta, sino que exige el aniquilamiento del otro”.

El desarrollo educativo implica por tanto una mirada crítica hacia la historia y una actividad propositiva hacia el futuro…desde el inicio, y hasta el final del puente. Su construcción hoy pasa por el diálogo de las historias particulares de cada uno de sus protagonistas, llámense alumnos, maestros, familias, instituciones educativas, medios de comunicación…Implica una serie de interrelaciones personales e institucionales de mucha complejidad que implica a la sociedad ¡toda!

La educación así entendida es comunicación y crecimiento personal que llega a convertirse en cultura y fomenta la socialización entre todos sus integrantes contribuyendo en definitiva a la mutua comprensión y colaboración. La persona se forma no solo en la escuela o en la casa, sino mediante el respeto y la aceptación de los demás…la educación tiene una importancia fundamental para la formación de las relaciones interhumanas y sociales.

Tender puentes es… reconocer que la auténtica educación conlleva el personal protagonismo, el hacerse dueños de la propia historia…es saber que educar es crear siempre una novedad desde la realidad personal y social que somos…aceptar que la realidad se explica por la realidad histórica que se escribe con las propias decisiones en el hoy…es querer que la educación sea presente como un camino para seguir escribiendo la historia como una novedad… es amar la verdad independientemente de quien la diga…sabiendo que la verdad no es posesión sino encuentro…es en suma… crecer en humanidad.

En definitiva…tender puentes para la educación en Michoacán significa hoy…mantener la confianza de que a través del diálogo es posible una nueva realidad… y de que, a pesar del abismo –que parece abrirse en el tema y entre las distintas posturas-…no solo es factible encontrar lo común en la diferencia, sino que es obligatorio que comencemos desde ese punto en común su construcción.
 
 

viernes, 6 de septiembre de 2013

“MICHOACÁN, EL CORAZÓN DE MÉXICO”




 “MICHOACÁN, EL CORAZÓN DE MÉXICO”

Por poco que nos empapemos en el tema, es fácil percatarse que Michoacán ha ocupado a lo largo de su existencia un papel trascendente y central en la historia de México…ha aportado hombres y mujeres muy valiosos…ideas…incluso realidades…problemáticas y retos, que han transformado y condicionado la identidad de lo que hoy es nuestra patria.

Desde el punto de vista por el que se quiera analizar, el nuestro es un estado que ha sido y es hoy, referente claro -en sentido positivo o negativo- de muchas temas y materias… indigenismo, pluralidad y alternancia política, sindicalismo, educación, migrantes…campo…narcotráfico y crimen organizado…viabilidad institucional de la estructura estatal…sincretismo religioso…estructuras sociales…cooperativismo…y una larga lista de etcéteras. Sin embargo la cuestión es saber por qué ha sido así.

Hace algún tiempo se lanzó una campaña publicitaria que presentaba a Michoacán como el alma de México. Creo que actualmente sería mucho más preciso presentarlo como el corazón de México. Michoacán se ha constituido hoy en un espejo del México profundo y de sus problemas… un espejo en el que el resto del país puede ver el reflejo de las injusticias centenarias, del descontento,  frustración…de sus ataduras…de sus miedos y fobias del pasado…de los heridos…y es el corazón porque todos los problemas lo aquejan, y porque duele y porque a través de su bombeo libera la presión de la injusticia social… porque aquí se hacen evidentes, en carne y  hueso los principales problemas de una nación que ante la modernidad oculta muchos de sus rostros…de sus afrentas…y te diría también que de sus sueños inalcanzados e inacabados…de la realidad de un México que se debate entre el pasado y el futuro…

Hoy ante la adversidad y las miradas de muchos, vale la pena que reflexionemos sobre el estado que hemos sido, que somos y el que queremos ser. Hoy hay entusiasmo, mucho… prisa y urgencia…pasión. Que no falte también prudencia, visión, sensatez…calma…contenido…sentido…destino. Es cierto…los problemas actuales nos urgen a actuar…pero de manera inteligente y generosa, con objetivo y rumbo claro…haciendo bien las cosas…”Despacito y buena letra, que el hacer las cosas bien, importa más que el hacerlas”, diría Machado. Reconociendo la influencia y el peso que representa el que Michoacán y los michoacanos estemos bien, con rumbo claro…con esperanza y optimismo ante una crisis que abre de par en par las puertas a la oportunidad. Cuidando los detalles y estando atentos… pues no estamos exentos de “tropezar y no hay piedra más peligrosa que el  propio entusiasmo”.

Estoy convencido de que nuestro estado está llamado a seguir ocupando ese privilegiado y estratégico… neurálgico lugar dentro de la realidad política y social de nuestro país. De ahí que tengamos la enorme responsabilidad de prepararnos y sentar la bases, tanto personales como sociales e institucionales, que nos permitan estar a la altura de los retos –por más duros que estos sean-, pues para bien o para mal…Michoacán es hoy el corazón de México.