viernes, 25 de julio de 2014

“NO SE PUEDE RECONSTRUIR DESTRUYENDO…RECTIFICAR LA ESTRATEGIA FEDERAL EN MICHOACÁN”



“NO SE PUEDE RECONSTRUIR DESTRUYENDO…RECTIFICAR LA ESTRATEGIA FEDERAL EN MICHOACÁN”

Sin duda que el caso del albergue de la Gran Familia y de Mamá Rosa caló hondo en muchos sectores de la sociedad michoacana. A favor o en contra, pero para nadie indiferente. Se trató de una situación que polarizó y dividió apoyos y opiniones. Nada más indeseado en momentos en lo que con urgencia debemos buscar y cuidar con celo cualquier atisbo de unidad y colaboración en aras de reconstruir Michoacán.

Además de las múltiples aristas que se han abordado hasta el cansancio no solo en los medios nacionales sino internacionales, en el fondo creo que subyace una constante en la intervención del Gobierno Federal… La idea de justificar cualquier acción con tal de recobrar la seguridad… Lo que no tiene cabida a pesar de los disparates de Ezra Shabot (“Reconstruir el Estado”. El Universal 14/07/14) y que parece confirmar el paradigma hoy de la intervención federal en Michoacán, pues argumenta que al haber desaparecido el estado en Michoacán, el proceso de reconstrucción no  podía apoyarse en una ley que “simplemente no existía” y que por tanto, cito textualmente “había que imponer por la fuerza un nuevo orden y a partir de ello reconstruir el tejido legal y social de Michoacán”. ¡Eso es una barbaridad y un sinsentido jurídico y social…un sinsentido de la realidad!

La legitimidad inicial producto de la ilusión por una nueva realidad en Michoacán…seguridad, orden, control, justicia…ha ido cediendo el paso a un desgaste previsible ocasionado por una visión marcadamente policial. Aunque los ha habido, los intentos por pasar a la etapa política del Plan Michoacán no han prosperado del todo. Siendo el momento de empezar a tejer fino, a fortalecer las instituciones locales, tanto las sociales como las políticas, las acciones -contundentes desde el vista policíaco pero que carecen de asidero social- amenazan cualquier posible avance. Primero las autodefensas y Mireles…después Mamá Rosa. Ni los justifico ni los legitimo, mucho menos los defiendo. He externado públicamente mi postura. Pero sí considero que no puede pensarse en reconstruir Michoacán, ni nada…destruyendo. Debe cortarse de tajo lo que no sirva, pero no desconocer la historia y los logros de sus gentes, a pesar de sus errores…no pueden destruirse sin más las instituciones y lo que representan. La historia de Michoacán dista mucho de ser blanco o negro, es multicolor…las tonalidades de grises michoacanos son infinitos.


Hoy por hoy el Gobierno Federal tiene la oportunidad, y la obligación, de actuar con absoluta transparencia, siempre dentro del margen de la ley. Esa es la única vía para reconstruir a Michoacán…fortalecer al estado y sus instituciones a través de la legitimidad que se basa en la autoridad, actuando a través de los estrechos y comprometedores caminos de la ley, respetando irrestrictamente los derechos humanos…reconstruyendo la dignidad del gobierno y de sus relaciones con la sociedad civil…reconocer su historia y sus problemáticas propias. El apoyo por recobrar el control es temporal y excepcional…la legitimidad por reconstruir el estado es permanente, lo que se queda. No se puede reconstruir Michoacán destruyendo.

viernes, 18 de julio de 2014

“LOS DERECHOS HUMANOS DE LA GRAN FAMILIA”



“LOS DERECHOS HUMANOS DE LA GRAN FAMILIA”

Escribo estas líneas antes de llegar a la ciudad de Zamora para  una visita de supervisión de los trabajos que realizan las autoridades en el albergue “La Gran Familia”. Hemos pedido al presidente de la Comisión de los Derechos Humanos esta visita pues como consejeros ciudadanos creo que tenemos la obligación –además de orientar a la institución en las grandes líneas de política en la materia- de llevar el sentir ciudadano a las acciones que se realicen.

Qué difícil que las instituciones se muevan entendiendo la nueva dinámica que hoy requiere Michoacán…falta mucho arrojo, sensibilidad y acercamiento. No se puede defender a alguien sin conocerlo y sin sentir su problemática…hay que estar ahí…vivirlo…acercarse. No bastan los informes y las estadísticas. Los derechos humanos o se viven o solo se pontifican…

El de Mamá Rosa es un tema complejo y espinoso, que en el contexto de Michoacán lo vuelve a ratos surrealista. Pero debe tenerse claridad ante el tsunami de comentarios, intereses, interpretaciones, procedimientos e información al respecto. En estos momentos lo realmente importante es salvaguardar los derechos, la integridad y seguridad de los niños y jóvenes del albergue. Velar permanentemente para que sus derechos humanos sean respetados y garantizados. Constatar que las autoridades competentes realicen sus funciones apegados a la ley viendo siempre por el bien de los niños.

Debe evitarse a toda costa, en caso de confirmarse las acusaciones, revictimizarlos con procedimientos interminables e insufribles que la más de las veces lastiman más que los propios hechos que los originan. Es  momento de acompañamiento y de atención para solucionar y resolver no de burocratizar y cumplir con un expediente.

De igual manera hay que levantar la voz, no por tomar partido o abogar a favor de alguien. Personalmente no conozco a Rosa Verduzco. Solo había escuchado de su particular personalidad y forma de ser, y como tú sabía de su labor al frente del albergue desde siempre. Hoy, la imagen que se nos presenta en los medios de comunicación y en las declaraciones de los funcionarios públicos la retrata poco más que un diablo. No sé si lo sea. Si se cometieron ilícitos y se comprueban… que se castiguen por supuesto. Pero el linchamiento mediático y oficial violentando el principio de inocencia de cualquier persona no debe ser aceptado ni tolerado. Hoy Rosa Verduzco ya fue juzgada públicamente sin haber siquiera iniciado su juicio. Y eso es una clara violación a sus derechos, así como la de todos aquellos que se encuentran en situaciones semejantes.

Los derechos humanos encuentran su sustento en el estado de derecho y el estado de derecho encuentra su legitimidad en la vigencia efectiva de los derechos humanos de sus ciudadanos. En el de los menores del albergue, de sus padres y de la propia Rosa Verduzco… presunción de inocencia…interés general del niño…vida digna…honor…nombre…debido proceso…no discriminación…


Lamentablemente en este caso –me da la impresión- los ciudadanos nunca sabremos toda la verdad.


viernes, 11 de julio de 2014

“SER OMBUDSMAN HOY EN MICHOACÁN”



“SER OMBUDSMAN HOY EN MICHOACÁN”

En situaciones extremas como la que vivimos en Michoacán puede constatarse claramente la facilidad para que las cosas se salgan de control, ante ello es indispensable se observen los límites y alcances establecidos para evitar abusos por parte de la autoridad sin que ello signifique restringir su labor.  Esa es, o debiera ser hoy en principio, la nada sencilla -pero apasionante- misión de un Ombudsman, defensor del pueblo, defensor de los ciudadanos, presidente de una comisión de derechos humanos o como se le quiera llamar.

Ser ombudsman hoy en Michoacán significa muchas cosas…

…Tener la capacidad de leer los nuevos tiempos del estado…Estar convencido de convertirse en protagonista y corresponsable en la generación de una nueva cultura y en la construcción de los nuevos paradigmas…

…Entender que la existencia del Estado de Derecho está condicionada a la eficaz protección de los derechos humanos, y que la eficaz protección de estos requiere, sin duda, de las condiciones mínimas para su realización que solo la vigencia del Estado de Derecho provee…que si no hay orden, si no se cumple la ley, si no se abordan valientemente y con ánimo constructivo los temas de  fondo que vulneran sistematizan y justifican la violación de los derechos de terceros para hacer valer los propios…aceptar y convencer a los demás que los derechos humanos constituyen la razón de ser del Estado de Derecho.

Significa que es imprescindible incidir en la generación de la opinión pública…en la formación de los ciudadanos… Contar con una agenda clara y ambiciosa que tenga siempre en la mira a las y los michoacanos…desarrollar un plan de trabajo que privilegie la prevención a la reacción…Reconocer que no bastan las recomendaciones, sino que se ha de procurar y propiciar el cambio. Que su función ha de condicionar la actuación del gobierno, orientándolo en todo momento a aterrizar los derechos –y obligaciones- en condiciones de bienestar común y acceso real a los ciudadanos.

…Saber escuchar y  atender y acompañar a todos, y volver a escuchar… a los de adentro y a los de fuera…trascender y orientar los conflictos reconociendo que son realidades inherentes a su función…Saber abandonar la comodidad de una oficina sin perder la versatilidad de la academia y de la política.

…Tener la capacidad  y la sensibilidad de traducir en lenguaje y clave ciudadanas, los rígidos y formalistas esquemas jurídicos y procedimentales que han hecho creer que esas instituciones defienden solamente a los delincuentes…preocuparse por las víctimas más que por las formas…ir al fondo de los temas…

…Aportar toda su creatividad y energía para resolver en definitiva y facilitar siempre las soluciones sin olvidar que los derechos humanos son ante todo medios para preservar lo más importante…que es la propia persona, el hombre mismo.

Ser ombudsman en Michoacán hoy significa tener el coraje, la ilusión y la decisión de ayudar a recobrar a los michoacanos su esperanza, su desarrollo…en gran medida su dignidad. Entender que Michoacán hoy se debate por recobrar no solo su paz y orden, sino su identidad y que eso implica vislumbrar el tema de la pacificación, de la reinserción de todos aquellos que formamos Michoacán… de reconstruir este estado a partir de lo que somos y queremos ser.


Y eso solo se logra con la firme decisión de dejarse la piel por defender la dignidad humana…ser sensible a los temas que duelen al pueblo…reconocer que la clave es crecer en humanidad sabiendo siempre ser autoridad.


viernes, 4 de julio de 2014

“NECESITAMOS MÁS MIRELES”



“NECESITAMOS MÁS MIRELES”

El arresto del emblemático Dr. Mireles, fundador de las autodefensas de la zona de tierra caliente de Michoacán, ha levantado una cascada de opiniones, declaraciones y puntos de vista. Más allá de posiciones o lecturas estrictamente políticas o jurídicas y sin entrar a calificar la ilegalidad o la legitimidad de los acontecimientos (de los que he dejado constancia pública sobre mi postura en anteriores entregas), el ejemplo de Mireles nos deja muchas lecciones valiosas que vale la pena rescatar.

…Valentía para abandonar nuestra zona de confort…convicción para lanzarse contra una realidad con la que no se está conforme, coraje  para rebelarse ante un sistema injusto…decisión para reconocer la necesidad de encontrar un causa legítima por la que valga la pena luchar y entregarse…

…Pero el mal se ahoga con abundancia de bien…nunca compartiendo los mismos medios y caminos…y creo que eso no lo supo ver Mireles…se quedó con el ímpetu y la pasión. Le faltó visión y estrategia, ¡sí!, pero nos enseñó que Michoacán hoy requiere una lectura desde la posición del otro…Que nuestro estado hoy no puede entenderse sin empatía por la tragedia, la necesidad, la aflicción o el gozo de los demás. Para eso se requiere ver al otro en sus problemas, palpar y sentir su realidad…que no basta la teoría…que es indispensable implicarse.

Para entrar en sintonía es necesario unir, compartir, armonizar y orientar correctamente todas las causas legítimas, pero no basta con la simple suma, es necesario aglutinarlas en la que debe ser nuestra causa común que es Michoacán… y en el fondo la respuesta la conocemos todos y es evidente, se ve en la mirada de su gente…justicia social.

La causa de Mireles quizá no sea tu causa, pero sin duda nos interpela a cuestionarnos el alcance de nuestra responsabilidad histórica para cambiar y reconstruir nuestro estado, y eso de suyo es muy valioso.

Veo con tristeza el que en algunos sectores sociales clave (incluso algunos auténticas elites, con responsabilidad) se acepten los paradigmas vigentes como destino manifiesto o se mantengan al margen observando el fenómeno…una realidad que pasa frente a nosotros, difícil de descifrar sin duda, paradójica, surrealista…con temor a decidirse a tomar postura o a jugar la posición que les corresponde…con miedo a pensar que lo mejor está por venir.

Ojalá hubiera más Mireles, que, entendiendo las circunstancias propias del Michoacán de hoy, asuman y reconozcan el compromiso y la importancia de implicarse personalmente en la lucha por su propia causa sin olvidar la causa común de nuestro estado.


…Necesitamos más Mireles en los sindicatos, en las normales, en el gobierno, en las asociaciones sociales, en las empresas…en las universidades…en las casas. Ciudadanos de a pie…hombres y  mujeres que tomen las armas más importantes que tenemos los michoacanos: inteligencia, preparación, prestigio, tesón, nobleza…honra…esfuerzo…dignidad…Necesitamos más Mireles que logren canalizar su indignación o su ímpetu por el cambio por las vías institucionales correctas con el fin de unir, de convocar …de lograr romper la burbuja política o social que nos impide ver y aceptar la realidad que nos aqueja y duele……de entregarse por lograr un estado con mayor justicia social.