“SER OMBUDSMAN HOY EN MICHOACÁN”
En situaciones
extremas como la que vivimos en Michoacán puede constatarse claramente la
facilidad para que las cosas se salgan de control, ante ello es indispensable
se observen los límites y alcances establecidos para evitar abusos por parte de
la autoridad sin que ello signifique restringir su labor. Esa es, o debiera ser hoy en principio, la
nada sencilla -pero apasionante- misión de un Ombudsman, defensor del pueblo, defensor
de los ciudadanos, presidente de una comisión de derechos humanos o como se le quiera llamar.
Ser ombudsman hoy en Michoacán significa
muchas cosas…
…Tener la capacidad de leer los
nuevos tiempos del estado…Estar convencido de convertirse en protagonista y
corresponsable en la generación de una nueva cultura y en la construcción de
los nuevos paradigmas…
…Entender que la existencia del
Estado de Derecho está condicionada a la eficaz protección de los derechos
humanos, y que la eficaz protección de estos requiere, sin duda, de las
condiciones mínimas para su realización que solo la vigencia del Estado de
Derecho provee…que si no hay orden, si no se cumple la ley, si no se abordan
valientemente y con ánimo constructivo los temas de fondo que vulneran sistematizan y justifican
la violación de los derechos de terceros para hacer valer los propios…aceptar y
convencer a los demás que los derechos humanos constituyen la razón de ser del
Estado de Derecho.
Significa que es imprescindible
incidir en la generación de la opinión pública…en la formación de los
ciudadanos… Contar con una agenda clara y ambiciosa que tenga siempre en la
mira a las y los michoacanos…desarrollar un plan de trabajo que privilegie la
prevención a la reacción…Reconocer que no bastan las recomendaciones, sino que se
ha de procurar y propiciar el cambio. Que su función ha de condicionar la
actuación del gobierno, orientándolo en todo momento a aterrizar los derechos
–y obligaciones- en condiciones de bienestar común y acceso real a los
ciudadanos.
…Saber escuchar y atender y acompañar a todos, y volver a
escuchar… a los de adentro y a los de fuera…trascender y orientar los
conflictos reconociendo que son realidades inherentes a su función…Saber abandonar
la comodidad de una oficina sin perder la versatilidad de la academia y de la
política.
…Tener la capacidad y la sensibilidad de traducir en lenguaje y
clave ciudadanas, los rígidos y formalistas esquemas jurídicos y
procedimentales que han hecho creer que esas instituciones defienden solamente
a los delincuentes…preocuparse por las víctimas más que por las formas…ir al
fondo de los temas…
…Aportar toda su creatividad y
energía para resolver en definitiva y facilitar siempre las soluciones sin
olvidar que los derechos humanos son ante todo medios para preservar lo más
importante…que es la propia persona, el hombre mismo.
Ser ombudsman en Michoacán hoy
significa tener el coraje, la ilusión y la decisión de ayudar a recobrar a los
michoacanos su esperanza, su desarrollo…en gran medida su dignidad. Entender
que Michoacán hoy se debate por recobrar no solo su paz y orden, sino su
identidad y que eso implica vislumbrar el tema de la pacificación, de la
reinserción de todos aquellos que formamos Michoacán… de reconstruir este
estado a partir de lo que somos y queremos ser.
Y eso solo se logra con la firme
decisión de dejarse la piel por defender la dignidad humana…ser sensible a los
temas que duelen al pueblo…reconocer que la clave es crecer en humanidad sabiendo
siempre ser autoridad.
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