sábado, 14 de marzo de 2015

“¿LA DEPRESIÓN DE LOS BUENOS?”



“¿LA DEPRESIÓN DE LOS BUENOS?”

                A riesgo de que el título suene un tanto maniqueo, me veo comprometido a escribir unas líneas a todos aquellos con los que he coincidido últimamente y que con sus comentarios me han demostrado que han caído en un estado de tristeza y desilusión sistemática por la complejidad de la situación actual que nos ha tocado vivir…una especie de depresión…empresarios, políticos, padres y madres de familia, estudiantes, obreros… todos ellos con algo en común: se trata de gente buena.
“Es que fulano empresario ya decidió cerrar su negocio, y aquel otro se está yendo a vivir a otro lado por la inseguridad”…  “yo creo que renunciaré si mi grupo político no gana la asamblea frente a tal o cual candidato, no hay nada más que hacer”…”las cosas está peor que nunca”…”para que estudiar si no hay posibilidad de trabajo”…

Creo que es urgente desdramatizar nuestra realidad y nuestro sistema político dando pasos hacia una democracia más madura, una que permita situar a los ciudadanos en el centro mismo de su justificación… una que se base en la auténtica participación ciudadana y la fomente…una que logre que el país y el estado tengan rumbo claro y proyecto a mediano y largo plazo independientemente de la persona y el color que encabecen el gobierno…una que considere que “administraciones y gobernantes van, y administraciones y gobernantes vienen”, y que por tanto no son las circunstancias las que marcan la diferencia sino nosotros como ciudadanos –que permanecemos siempre- los que tenemos la oportunidad a diario de elegir a dónde queremos llevar a Michoacán…una democracia que permita no solo ver los obstáculos que nos atascan en el mundo de las dificultades, sino visualizar y percatarnos de las múltiples posibilidades que tenemos por delante.

Un  planteamiento con estas características solo puede alcanzarse con ciudadanos líderes, auténticos protagonistas que estén dispuestos a pasar de un escenario de resignación (“así es la vida”) y de ira (“la estupidez de la gente que no sabe hacer las cosas”) a un escenario en el que se decidan  a cambiar las cosas a través de su propia contribución diaria.

El trabajo de esos nuevos líderes es hablar de la posibilidad… incorporar a la gente en torno a una idea despertando en ellos lo que son y lo que pueden ser. Desarrollar, conducir, estimular, motivar, mover. Jamás manipulando, sino “empoderándolos”  con creatividad y pasión, consolidando su identidad, su perspectiva… recordándoles que la historia la hacemos nosotros a través del propio compromiso, de nuestra vitalidad…en definitiva, a través de nuestro personal protagonismo.

No es momento de cansarse  ni desmoralizarse, más aún, tenemos el compromiso de estar a la altura de las exigencias actuales que implican –en no pocas ocasiones- cierta heroicidad por parte de los ciudadanos.

Por lo que debemos tener la suficiente capacidad, creatividad y coraje para descubrir que la realidad  no solo nos presenta peligros y amenazas, sino también grandes oportunidades para resolver nuestros problemas. Los tiempos de crisis, tienen la bondad de engrandecer a las personas, de  sacar lo más valioso de cada uno.


Para Benjamín Zander, director de la Orquesta Filarmónica de Boston y autor del concepto de “Liderazgo de la posibilidad”, existen dos opciones;  o nos quedamos sentados en la comodidad de la tan atractiva última fila -en el fondo-, escondiéndonos, juzgando, criticando, escapando, durmiendo… “deprimidos”, o nos levantamos a dirigir la orquesta tratando de unir todas la voces en una sinfonía, inventándonos a nosotros mismos, dando todo lo que somos capaces sin tomarnos realmente tan en serio…coincido plenamente…¡creo que no hay más!


sábado, 7 de marzo de 2015

“LA POLÍTICA SOMOS NOSOTROS”



“LA POLÍTICA SOMOS NOSOTROS”

En momentos de crisis como el actual, que supone además un cambio de época, caracterizado por lo viejo que no termina de marcharse y lo nuevo que no termina de llegar, valdría la pena tener la valentía de reconocer nuestra propia responsabilidad en la situación y en el abandono de la auténtica labor política.

La política es el medio adecuado para dirimir y superar las diferencias. Va a el fondo, cuidando la forma, pero si quedarse en ella…es una especie de autoayuda colectiva que se vale permanentemente del diálogo, de mí hacia los demás… “el lenguaje que permite hablarnos a nosotros mismos, pero que nació para ser diálogo… el nosotros de nuestro yo” en palabras del indignado español Monedero.

La política en México está rota, superada, muda…desconectada de la realidad social, de su fundamento…de su propia naturaleza que es el conflicto natural de lo común y de lo mundano, de esa síntesis vital de intereses individuales que da lugar a un bien mayor y común.

En aras de simplificarnos la existencia, hemos entregado la política y toda su actividad al estado y a los políticos. Sí, a ellos que sí saben, la entienden y controlan. Nos desentendimos de resolver nuestros propios problemas delegándolos a otros…hoy sufrimos las consecuencias “la gente decente anda perpleja, y los canallas, envalentonados”. Sino pregúntale al amigo Layín.

Al resignarnos, cedimos y transigimos. Por ello hemos roto nuestros lazos de convivencia social.… La política así entendida y vivida se ha empeñado y se empeña en robarnos la decencia, la intención y la honestidad propias del respeto a nosotros mismos… pero es importante revirar, recuperar los espacios y dotarlos de nuevo contenido. Es nuestro deber denunciarlo y exhibirlo.

La política no puede robarnos más nuestra identidad…la verdadera política se basa en la convicción de que entre la gente común hay posibilidades fuera de lo común…los ciudadanos estamos llamados a imprimirle nuestro personal estilo…a meterle nivel.

Es vital que decodifiquemos la actividad política mostrándola accesible a todos…porque nos afecta a todos…porque trata de los problemas y asuntos de todos. Es imperativo desacralizarla, explicarla y bajarla a la calle donde la gente decente camina su vida…donde en realidad se gesta y de donde nunca debió irse. Debe dejar la academia y el tecnicismo y convertirse en hechos que impacten la vida de los ciudadanos...ubicándola en su justo medio, ni práctica sin teoría, ni ceguera sin utilidad.


La política solventa los problemas derivados del conflicto…implica objetivos comunes y coacción. Hoy es esencial para generar los cambios de ritmo que nos permitan salir del marasmo en el que nos hayamos. Si ha faltado política es porque nosotros hemos fallado, pues “la política es el reflejo de los dolores de cada época, de la forma en que se entienden y de la manera en que se remedian”… en el fondo la política somos nosotros…y la manera en que afrontamos nuestra propia responsabilidad en la colectividad.


domingo, 1 de marzo de 2015

“ADMINISTRAR EL SINSENTIDO”



“ADMINISTRAR EL SINSENTIDO”

Estoy harto de escuchar por todas partes la gravedad de nuestra situación. Más viniendo de aquellos que teniendo las posibilidades reales de cambiar la historia, de dejar su huella…de trascender, se justifican en el statu quo…en el fracaso de la masa o de la instituciones.

Por supuesto que sabemos que la situación es complicada, pero justo estamos llamados a ser hombre y mujeres de nuestro tiempo, de estas circunstancias y problemáticas. Es estéril continuar con la administración de la lástima y del victimismo. ¿Qué hago yo, hoy, ahora, en mis circunstancias personales para lograr que las cosas sean distintas? ¿Qué dejo a mi estado y a mi país? ¿Respondo con la capacidad y el compromiso que corresponden?

Como se añora la sensatez y la prudencia, cuesta encontrarlas…más el sentido común y la magnanimidad. Hoy todo parece estar desacomodado, fuera de lugar…tan surreal, absurdo crónico…tan vulgar que raya en el sinsentido. Encima nos ofendemos ante la incapacidad  de reconocer nuestra propia realidad…nos justificamos una y otra vez hasta hacernos cómplices de nuestras excusas. Cubrimos nuestra mediocridad y nuestra cobardía en una falsa prudencia que disculpa la irresponsabilidad y la inacción. Motivos sobran para la desesperanza, pero los mismos se multiplican para el cambio, para la remontada.

Es momento de decidirnos a cambiar de paradigmas ya, de correr el riesgo ciudadano del intento…de rebelarnos a esa idea de supuesta predestinación mexicana hacia el fracaso…de romper esa inercia que nos ha llevado a  arrastrar el penoso pero cierto calificativo de la mexicanización….de michoacanización…


Cierto, la historia nos juzgará no solo por nuestras buenas intenciones sino por los resultados concretos y tangibles que logremos. Hoy tan importante ganar como competir. Pero ambos requieren del intento…potencia contra acto…del movimiento. Y del riesgo…de la aversión a conformarse con una zona de confort y de comodidad que rehuye a la posibilidad de trascender y comprender que los problemas de hoy requieren soluciones de fondo, sin medias tintas…todo lo demás es autoengaño- Seguir optando por lo menos malo hoy ya no es opción, es seguir administrando la mediocridad y el sinsentido.