“TRASCENDER LA CRUDA REALIDAD”
Inmersos de
lleno en un período de confusión caracterizado por el aturdimiento y la
complejidad para entender lo que sucede no solo en nuestra ciudad, nuestro
estado o nuestro país…sino en la vertiginosa y cambiante realidad global. Mientras se buscan con agitación y
vehemencia nuevos esquemas o paradigmas que permitan procesar el implacable escenario
de desorden, de vacío… de cierto caos. De una realidad que de botepronto pareciera
que estrecha horizontes y panoramas…donde parece abundar el desaliento y la
desesperanza, y al mismo tiempo se apela a la capacidad de transformación. Sí,
en medio de eso llamado cambio de época.
El diagnóstico de la realidad y
de sus problemas tiene una alta connotación negativa que aumenta el riesgo de tender al pesimismo. Hoy una labor esencial es generar
esperanza e inyectar optimismo en todos los campos sociales a pesar de la
crudeza de la realidad. Quedarse en la estadística fría solo invitar al morbo y
a la desilusión. Es vital evitar cualquier extremo de fatalismo favoreciendo un
análisis objetivo y una respuesta inmanente –trascendente- de los problemas
actuales. Orientado nuestra creatividad al futuro, viendo más allá con audacia
e ilusión generando propuestas de cómo cambiamos las personas o cómo
respondemos ante las circunstancias, que es lo que al final del día está a
nuestro alcance y bajo nuestra responsabilidad. Evitando así justificaciones y
excusas que solo atribuyen la
responsabilidad a factores externos, olvidando el aspecto personal. Entendiendo
que nuestro lugar es aquí y nuestro tiempo ahora… desdramatizando.
Sobre todo en la antesala de
fuertes debates éticos en torno a temas delicados, como las uniones
homosexuales o la legalización de las drogas, temas que por sí mismos polarizan y dividen opiniones. Por lo que más
que nunca es básico generar un ambiente de diálogo caracterizado por el respeto,
la comprensión y la tolerancia mutua. Desterrar todo tufo de imposición. Entendiendo
que la causa y la estrategia de las posiciones a favor o en contra son solo el
medio, pues la verdad no se impone, se presenta… se desvela.
Ello lleva a un planteamiento
basado en el diálogo y en la acogida del otro más que en el contraste y en la
mera conquista legal. Pensando en el mediano y largo plazos, renunciando a
cualquier urgencia de tipo coyuntural o a la mera autoafirmación. En todo caso el
reto es cultural y todo cambio de este tipo implica su tiempo y su espacio… Lo
contrario supone atribuir a la ley un carácter ético o moral que hoy ya no
tiene en una cultura posmoderna, y a al estado un seguimiento y responsabilidad que lo supera, y que hoy es
puesto en entredicho también como concepto formal.
Ante este escenario es inaplazable
abatir el déficit de personas que quieran y puedan ayudar a interpretar,
orientar y acompañar en la vital tarea de dar de sentido a la historia…trascendiendo
de forma efectiva la crudeza de la mera realidad.
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