jueves, 4 de octubre de 2012

"LOS CIUDADANOS SOLOS: ¿DÓNDE ESTÁ LA AUTORIDAD?"




LOS CIUDADANOS SOLOS: ¿DÓNDE ESTÁ LA AUTORIDAD?

No puede dejar de sorprender el hecho -absolutamente paradójico- de que la semana pasada, al mismo tiempo que se desarrollaba en un punto de la ciudad de Morelia la Feria Mundial del Turismo Cultural -uno de los eventos más importantes a nivel nacional en ese ramo- en el que se resaltaba la indudable vocación turística y cultural de Michoacán y su enorme potencial como un detonador estratégico del tan ansiado desarrollo,  los principales accesos de la ciudad se encontraban bloqueados por grupos de manifestantes y muchas de las corridas de autobuses con destino u origen en esta ciudad fueran nuevamente cancelados.

Me preocupa constatar de nueva cuenta esa ausencia de la autoridad a lo que nos estamos acostumbrando. No es un caso, son varios…es casi siempre. Los ciudadanos no contamos con la autoridad. Desde lo más básico como pedir el cumplimiento de reglamentos por un vecino ruidoso, hasta presentar una denuncia o reportar un robo…los ciudadanos estamos y no sentimos solos….no confiamos en nuestras autoridades.

El clima de resignación ciudadana da lugar a un clima de indignación contenida y de amarga impotencia, diría Ortega y Gasset… “de asfixia”. Los ciudadanos no tenemos a quien recurrir. Las reglas del juego están ahí, pero nadie las respeta…y tampoco hay una autoridad que las haga respetar. ¿Cómo pensar en traer turistas cuando no se puede garantizar el orden mínimo a los que aquí vivimos? ¿Qué seguridad tendrán de que su autobús no será cancelado por una de las sempiternas tomas?, ¿o que podrán pasear y visitar el centro de una ciudad permanentemente secuestrada?

No podemos hacer como si nada pasara. Ya liberaron los manifestantes y por fin podemos circular, no pasó a mayores, no hubo muertos…La ilegalidad como norma de vida… Podemos cuantificar los daños y pérdidas comerciales, y de tiempo… pero ¿cómo quedan el tejido social, y el ambiente, y el daño al Estado de Derecho? Contestar a estas preguntas es gobernar…no solo resolver coyunturas, sino prever y aplicar soluciones a mediano y largo plazo que resuelvan de fondo las agudas problemáticas de nuestro estado, atreverse a cambiar la historia y el derrotero de una sociedad.

Ante la inacción o –en algunos casos- deficiente y tibia intervención de la autoridad, el ciudadano reacciona de la manera que le es posible para hacer prevalecer sus derechos o proteger su vida o patrimonio…pasó con la desesperada recuperación de las instalaciones de la universidad por un grupo de estudiantes de medicina…con el esfuerzo desesperado de transportistas por acceder o salir de Morelia y el enfrentamiento con los manifestantes… y así siempre… ¿Qué sigue? ¿Qué nos armemos con fusiles para hacer prevalecer el orden?

No podemos, ni debemos acostumbrarnos a ello, eso no puede ser lo “normal”, aunque se trate de justificar y suavizar de mil  maneras: necesidad de expresión social, mecanismo efectivo para expresión de inconformidades, etc. Ese sistema está agotado…nos autodestruye…más aún si la autoridad rehúye su principal función y responsabilidad por ausencia o falta de decisión en su actuar. Resolver los problemas sin apego estricto a la ley no es una salida digna para nadie y  flaco favor hace a la legitimidad y consolidación de un estado de derecho.

Me preocupo aún más ya que en la semana encuentro una columna de opinión escrita por un diputado local que al analizar la realidad del estado, textualmente señala: “Se equivocan quienes piensan que en la solución de todos estos y otros problemas el asunto es aplicar la ley a rajatabla. De ninguna manera es la solución, porque la ley solamente genera un marco de referencia para la acción entre los individuos. La ley expresa el deber ser de una relación pero la realidad social es muy distinta por lo que antes que el derecho entra la política como un resorte que debería facilitar la solución de los conflictos sociales…El derecho no está a negociación, pero la política es un recurso que nunca debe declararse agotado en ningún gobierno que se precie de ser democrático”.

Solamente preguntaría: ¿si no es a rajatabla, significa aplicar el derecho a medias?, en ese caso ¿quién decide cómo y cuándo?, ¿eso no es negociar la ley?, ¿el que la realidad social sea distinta a lo que pretende regular la ley, justifica su inaplicación? ¿No es precisamente una de las funciones y responsabilidades principales de un diputado esa de ajustar la ley a la realidad social?

Tiene razón el diputado en el sentido de que la ley positiva no es la solución única ni mágica a todos los problemas de la convivencia social, pero olvida el trecho que va de la libertad personal a la ley justa, en el que se ha quedado en el camino una ética de la ciudadanía sin la que no puede funcionar un Estado democrático. Por lo demás, me queda claro con su opinión, que tengamos en Michoacán la situación política y social que tenemos…y sí…los ciudadanos estamos solos.

Ante la ausencia de la autoridad debemos responder con más presencia ciudadana…no queda de otra, si no lo hacemos así esos huecos de poder serán ocupados por alguien más…

La calidad de una democracia no solo depende de sus políticos profesionales que como diría Max Weber  “viven de”, sino de los políticos vocacionales que “viven para” la política…y ese es el campo natural de los ciudadanos.

No vale justificarse que ante la realidad social, política y financiera tan compleja, el gobierno hace lo que puede….No, lo importante no es el espacio político que otras fuerzas dejan, consienten o permiten, sino el testimonio de quienes se tomen en serio el carácter transformador de la sociedad, que es fruto del compromiso por la verdad. Decía bien en su columna de esta semana Jesús Silva Hérzog,”los verdaderos representantes toman el poder en sus manos para cambiar la historia”….

La autoridad se gana y se conserva, y claro…eso implica continuidad, presencia…orden.

Para que haya orden, debe haber firmeza, y para que haya firmeza se requiere  una dosis de pasión y de responsabilidad…de coraje. La firmeza que necesitamos tiene que apoyarse en la pasión por la justicia y en la aplicación del derecho. ¡Lo contrario significa ciudadanos solos!

 

http://agcussi.blogspot.com

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