jueves, 20 de diciembre de 2012

“EL EXTRAVÍO DE LA RES PUBLICAE”


 
 
“EL EXTRAVÍO DE LA RES PUBLICAE”

Si bien discrepo en muchos aspectos de la figura personal de Barak Obama –y lo digo por la cantidad de comentarios que recibí la última vez que lo cité- pues no lo considero ni por mucho un referente moral, es de resaltar el contenido de su último discurso pronunciado a raíz del cobarde e irracional asesinato de los niños en New Town, Connecticut. Se trata sin duda, de la mejor y más profunda pieza oratoria del Presidente de los Estados Unidos.

En ella Obama comparte una serie de reflexiones en las que se pregunta incluso por la razón de ser del hombre, el para qué de estar aquí. Sentencia que la complejidad de los problemas no puede ser la excusa para la inacción y que existe obligación de intentar las soluciones por inalcanzables que parezcan. Lanza interrogantes fuertes sobre si como nación o sociedad se está haciendo lo suficiente para que la gente lleve una vida plena y con sentido. Y concluye diciendo que no  y que “no podemos tolerar más esto. Estas tragedias deben terminar. Y para terminar, tenemos que cambiar”.

La actividad política y social de hoy en Morelia, en Michoacán o en cualquier parte de México y el mundo requiere de ideas claras reclama la necesidad de un pensamiento que oriente sus acciones en principios y en la comprensión de la realidad. Esa es la única protección eficaz contra los “bandazos” y cambios repentinos en las decisiones que se tomen en materia de políticas públicas y en las causas ciudadanas.

Se requiere palpar la complejidad de la realidad…New Town lo deja en claro y lo vuelve tan plástico y dramático que asusta. Siguiendo a Edgar Morin podemos afirmar que hoy se administra y se gobierna…y se vive a ciegas, a espaldas de la realidad.

Se requiere superar la esquizofrenia que implica la obstinación por intentar fijar una separación de convicciones personales al momento de ejercer nuestra responsabilidad.

El reto de fondo, es como lo delinea –paradójicamente- Obama, reconocer que el problema del humanismo actual es la necesidad de rescatar al hombre mismo y el sentido de su propia existencia…recuperar la centralidad del hombre en el propio humanismo.

Como ya lo hemos comentado anteriormente en esta columna, el cambio de época precisa de nuestro personal protagonismo como generación de transición o generación “puente”. Conlleva asumir la propia responsabilidad y la formación de auténticos líderes que estén realmente decididos a vivir el camino que proponen. Ciudadanos comunes y corrientes que realicen su labor -privada o pública- con “catego”. Que no solo estén dispuestos a morir por un ideal, sino a sostenerlo día a día con su propio testimonio…

…que sientan auténtica responsabilidad por cuidar el legado recibido y que busquen ese cambio personal a través de sensibilizar la conciencia social  ante las acciones y omisiones que impactan en el entorno… Que tengan la habilidad y capacidad de saber leer los tiempos y los acontecimientos orientando sus esfuerzos a la acción… entendiendo en última instancia que está en juego no solo el extravío de la res publicae (cosa pública)…sino la centralidad de propia la persona humana.

Esa es una tarea que reclama asentimiento intelectual pero precisa conversión personal… quiero entender  que ese es el cambio personal a que se refiere Barak Obama.


 

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