BIEN COMÚN… ¿Y A MÍ QUÉ?
México y Michoacán han cambiado rápidamente en los
últimos tiempos. Ha sido un proceso
drástico que asemejándose al cambio de la adolescencia nos presenta un
panorama distinto a la de apenas unos
años. Ese cambio –que no en todos sus aspectos ha sido positivo- nos lleva a
contemplar una realidad social, política y económica que no nos satisface o con
la que no estamos de acuerdo, y que sin embargo, toleramos o consentimos como
si estuviéramos condenados a sufrirla o simplemente ya nos hemos acostumbrado.
Seguramente
al pensar sobre este tema, nos habremos hecho estas mismas preguntas: ¿Por qué
no podemos ponernos de acuerdo en lo básico? ¿nos gusta la realidad que vivimos?,
¿qué buscamos como sociedad?, ¿hacia dónde queremos llegar?, ¿qué país, qué
estado y qué ciudad deseamos?, ¿tan grandes son nuestros problemas que entre
todos no podemos solucionarlos?, ¿qué podemos y/o debemos hacer en nuestras
circunstancias personales para contribuir a la mejora de nuestra comunidad?, y
otras muchas más por el estilo.
Hay
que reconocer que el momento histórico que nos está tocando vivir no es para
nada sencillo en ningún aspecto por el que se vea, pero tampoco ha sido el más
complicado de la historia de México, Michoacán o Morelia. Seguro que habrá
habido episodios con circunstancias más adversas que las actuales, y a pesar de todo aquí seguimos. Puesta en
perspectiva y así contextualizada, nuestra realidad nos presenta un enorme reto
por delante como sociedad, que implica
definiciones de fondo respecto a nuestra meta común y a la forma en que cada uno de los que la
conformamos, colabora para su consecución.
Creo
que las claves para afrontar ese reto son sin duda, generosidad, buen humor, determinación y mucha,
pero mucha creatividad.
Para
ello primero hay que convencernos de que el bien común no es sólo un ideal
ni un objetivo que está tan lejos de
nosotros y por tanto inalcanzable. El bien común pasa por el logro y
consecución de nuestras propias metas personales y familiares, pero las trasciende,
no es solo la suma de los bienes y satisfactores de todos los que conformamos
una comunidad, aunque no se entienda sin referencia a ellos. Es la consecución
de ese bien que el hombre no puede lograr solo, sino que requiere del apoyo y
empuje del resto.
Por
lo tanto, es posible alcanzar el bien común a través de la búsqueda del bien
particular y propio cuando en verdad la
sociedad está correctamente orientada hacia el. Sin embargo su consecución
implica el compromiso libre y decidido de cada uno por alcanzarlo. Implica una
actitud vital y de justicia frente al fenómeno social.
Es
momento de estar a la altura del reto y compromiso que tenemos por delante, y
eso conlleva salir de nuestra propia <zona de confort> o de
<resignación>, de pensar más allá
de lo estrictamente personal, en pocas
palabra, complicarnos la vida… En los tiempos actuales no caben
<comodones>, ni bastan ciudadanos medios, no es momento de titubeos ni de
reproches, es tiempo de preocuparnos y ocuparnos en nuestros asuntos y al mismo
tiempo en los de los vecinos, en los de la comunidad…. eso es involucrarnos y participar en la construcción de los objetivos
comunes….
No
se nos pide solucionar los grandes problemas educativos del estado, involucrémonos
en la escuela de nuestros hijos, conozcamos a sus maestros. No nos corresponde
brindar seguridad en la ciudad, formemos e inculquemos valores fundamentales en
los nuestros. No se nos pide garantizar el estado de derecho, respetemos las leyes por mínimas que parezcan. Escuchemos al que piensa diferente y
encontremos las coincidencias. Debatamos y aportemos para construir, no para
obstaculizar. Tengamos visión de conjunto… Seamos consecuentes, eso que vivimos
y queremos para nuestra familia y amigos, llevémoslo a las distintas esferas de
la sociedad, incluidas sus instituciones. Atrevámonos a pensar que las cosas
pueden ser diferentes.
Eso
sí qué está a nuestro alcance… esas
pequeñas acciones en las que todos participamos orientando nuestras
capacidades hacia el bien de la mayoría cambiando nuestra actitud… constituyen
el bien común.
Eso
es lograr el bien común, yo estoy
cansado de que me digan que no podemos. Podemos y debemos: tú, ¿te sumas?