viernes, 29 de agosto de 2014

“VISIÓN CIUDADANA POR FAVOR”



“VISIÓN CIUDADANA POR FAVOR”

Estoy convencido de que en el momento actual, la sociedad civil organizada en Michoacán debe trascender su posición de mera influencia a una posición de poder. Eso no solo significa buscar alcanzar cargos públicos, sino conseguir efectividad para concretar los cambios que se crean oportunos a partir del acompañamiento y control de las autoridades…más aún, participar activamente en la reconstrucción de nuestro estado. Debemos transitar a una sociedad civil que fije efectivamente la agenda pública, que decida cuáles son los temas importantes. Que independientemente de quién o qué partido gobierne, sepa dar acompañamiento siempre propositivo, pero firme y decidido…con voz autorizada.

Existe un rompimiento entre el discurso político y el ciudadano. Los políticos profesionales fijan el derrotero de la opinión y de la agenda públicas en base a sus propias prioridades…normalmente se abordan los temas que les interesan, en el momento que les interesa, prevaleciendo siempre la valoración del costo o beneficio político que les interesa.

La referencia de lo “ciudadano” se ha convertido en un tópico más de lo políticamente correcto… en el factor esencial de legitimidad frente al desprestigio de lo público. Cuando lo requieren, pretenden hablar de los temas que supuestamente afectan a los ciudadanos, pero siempre desde una posición con cierto tufillo electoral, que no les permite ver completamente el cuadro de la realidad. Adolecen de esa visión  y libertad natural y propia del ciudadano de a pie.

…Hay distorsión…mucha...pareciera que hablamos idiomas distintos. La realidad es percibida de maneras muy diferentes…a veces por conveniencia o franca manipulación, a veces –las más-  por falta de visión.  Basta ver en el caso de nuestro estado, la percepción ciudadana en materia de seguridad y contrastarla con la triunfalista visión oficial.
Es indispensable que bajo las condiciones del Michoacán de hoy, desde  la sociedad civil organizada entendamos la importancia y el reto que implica el servir de “correa de transmisión” o de hilo conductor para lograr posicionar y en su caso representar los intereses ciudadanos. La sociedad civil debe ayudar a conectar y a procesar ambos polos.

El mensaje para los partidos políticos debe ser claro y contundente… ¡No queremos más grillos!, queremos gente preparada y honesta. La siguiente elección la ganará quien la sociedad civil determine. Es necesario recordarles que esa exigencia ciudadana implica trascender la visión meramente electoral –coyuntural- para  privilegiar una visión real de Estado.  Es decir, levantar la vista de las encuestas para ubicarla en la construcción de las instituciones que Michoacán requiere…pensar en grande, pensar de manera real para hoy y para el futuro…pensar en el bien de un estado que ante la ausencia de las valientes decisiones de fondo requeridas, hoy se debate entre permanecer estancado o despegar a los niveles de justicia y bienestar social al que está predestinado.


Esa lógica netamente ciudadana significa superar el argumento de quién puede ganar una elección para pensar entonces en quién conviene que deba ganar. Por supuesto que este planteamiento además de mucha visión supone una dosis enorme de generosidad de todas las partes…


viernes, 22 de agosto de 2014

“AUTONOMÍA DE MENTIRITAS”



“AUTONOMÍA DE <MENTIRITAS>”

Soy un fiel convencido de que, ante la debilidad institucional del Estado de Michoacán, que se refleja claramente en el nivel de alcance y eficacia de su gobierno,  los cambios profundos deben venir de la construcción de un auténtico estado de derecho y de la transformación -no solo reforma- de paradigmas por parte de ciudadanos y gobernantes que traiga como resultado un cambio cultural ajustado a la realidad.

Sin duda que uno de los caminos que tenemos a mano, es el fortalecimiento real de los “organismos autónomos”, que son los que permiten de alguna u otra manera influir “institucionalmente” en el complejo andamiaje estatal. Finalmente esa es su razón  de ser y existir como tales, pues han sido pensados para equilibrar y vigilar el ejercicio del poder a través de la dotación de autonomía presupuestal y  de gestión.

¿Cómo exigimos los ciudadanos que los gobiernos cumplan con la calidad y cantidad de los servicios públicos que brindan y que todos sufrimos a diario? ¿Cómo exigir que la actuación de la autoridad se ajuste invariablemente a lo previsto por la ley? ¿Cómo hacer que el gobierno reaccione ante su indiferencia e inacción frente a las vulneraciones burdas y flagrantes de derechos  básicos, en absoluta omisión de su función?

Y si te digo que hoy por hoy,  la autoridad encargada de vigilar los exceso, abusos y omisiones del gobierno -y que debiese tener plena autonomía- recibe su presupuesto mes a mes de la Secretaría de Finanzas del Gobierno del Estado…incluso los sueldos de sus funcionarios. Que si hay huelga en el Ejecutivo se paraliza también su operación… como abogado me confunde, me sobrepasa por kafkiano…como ciudadano me indigna y me interpela. El vigilante recibiendo el pago del vigilado…y además con algunos trabajadores que responden –incluso a derechos sindicales- al sujeto vigilado. No entiendo. ¿Y la autonomía presupuestal y de gestión consagradas en la constitución?

Si esto resulta inconcebible, en el caso concreto de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos debiese ser inadmisible, pues la autonomía se presenta como su única garantía para el cabal cumplimiento de su función en defensa de los ciudadanos.

Nos hemos acostumbrado a un sistema político de formas y de incongruencias que tienden a mantener el statu quo. No hay alicientes ni incentivos para el cambio institucional…no convienen, incomodan. Están bien para el discurso, pero no para aplicarlos…comprometen…

Requerimos organismos autónomos, realmente “autónomos”. En el papel y en los hechos… Fuertes, con presencia ciudadana…con autoridad. Que sean escuchados, y respetados y tomados en cuenta. Que tengan independencia para, llegado el caso necesario, plantar cara al gobierno en defensa de los ciudadanos. Con autonomía de hablarse de tú a tú con los demás poderes estatales.
Deberíamos ir examinando, más allá de posiciones “rescatistas” o “salvacionistas” por parte de la Federación, soluciones locales que fortalezcan de verdad las instituciones a largo plazo… que permitan que el estado camine por sí mismo sin estar pensando permanentemente en que seamos rescatados desde fuera.


Ahí un tema claro para la agenda legislativa…que lancemos el reto para que los diputados y el Gobierno del Estado faciliten la consolidación –en la práctica- de la autonomía de la Comisión de los Derechos Humanos. Eso requiere que los actores políticos se comprometan a empatar la teoría con los hechos…y si no fuera así, que los ciudadanos empujemos los cambios requeridos, en eso se nos va la vida! 


viernes, 15 de agosto de 2014

“OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES: POLÍTICA DE BUENAS INTENCIONES”



“OBRAS SON AMORES Y NO BUENAS RAZONES: POLÍTICA DE BUENAS INTENCIONES”

Ayer fui duramente cuestionado y criticado durante una intervención al seno de la FUCIDIM (Fundación Ciudadana para el Desarrollo Integral de Michoacán) sobre mi visión de la estrategia federal en Michoacán.

Valientes  y preparadas señoras me encararon cuestionándome el por qué me atrevía a señalar como acertadas las declaraciones del Gobernador del Estado en las que reconoció que al ser su gestión, una administración de transición, aceptaba que no alcanzaría a realizar muchas de sus metas, pero que se enfocaría en tratar de dejar un gobierno fuerte como principal aportación.
Al final, terminamos la reunión, intercambiamos puntos de vista y coincidimos en los temas de fondo…Te comparto mi reflexión.

Creo que este es un momento de sumar y sumar, de encontrar en nuestras ideas y hechos los puntos de coincidencia, que hoy son muy escasos. Por eso destaco la postura del gobernador, no desde una posición meramente gobiernista, ni idealista, ni ilusa, mucho menos, conformista…lo cual no puede aceptarse en las condiciones extremas de nuestro estado. Lo destacaría de cualquiera…Fortalecer las instituciones implica que funcionen por sí mismas con el riesgo de equivocación, señal de que están vivas.

Lo celebro por la simple razón de que es lo más sensato y prudente que he escuchado desde el sector público en los últimos tiempos.  Tiempos que se han caracterizado por la actuación de un gobierno que no ha sido, ni es autoridad, que se rehusa a entender que la legalidad es fuente importantísima de su legitimidad… que ha perdido fuerza…dignidad. Y que hoy al menos en sus intenciones,  lo reconoce.

Por supuesto que en 13 meses no logrará que Michoacán cuente con un gobierno fuerte, ni él ni nadie, pero parte de una intención y del planteamiento de una idea, de una visión…muestra voluntad de hacer algo. Y eso nos lleva necesariamente a pensar en los cómos. Es indispensable tener la intención de hacer algo para después llevarlo a la práctica. En Michoacán todos somos expertos en generar ideas y soluciones, pero fracasamos en esos “cómos”, no logramos ponernos de acuerdo, rompemos la voluntad de cambio de muchos, antes incluso de empezar un proyecto… y la “grilla” termina por dejarnos peor…estancados, sin cambio…estáticos…


Es cierto que en política –y en la vida misma- no valen sólo las buenas intenciones…son importantes, pero no suficientes…se requieren hechos concretos y objetivos que impacten en la realidad. Más aún en este crucial momento por el que atraviesa Michoacán. Pero sumemos y reconozcamos cualquier atisbo de sensatez -venga de donde venga- en un ambiente repleto de surrealismo y cinismo puros. Y por supuesto, como reza el dicho… obras son amores y no buenas razones… 


viernes, 8 de agosto de 2014

“¿DÓNDE ESTAMOS LOS MICHOACANOS?”





“¿DÓNDE ESTAMOS LOS MICHOACANOS?”

Reconozco que el título de la columna de López Dóriga me ha golpeado. “Michoacán: ¿dónde están todos? Ya nos habían cuestionado sobre dónde estábamos mientras esto sucedía, porqué lo permitimos…pero hoy… ¿dónde estamos?

Por supuesto que hoy con un sobre diagnóstico crónico, molesta que “comentaristas” externos se dediquen a pontificar y sostener  teorías personales como verdad suprema, lo que parece en el caso de nuestro estado, ser el tema o escándalo de moda.

Por más análisis del tema no se entiende a cabalidad como es que llegamos al punto en que nos encontramos. Nuestro estado se descompuso ante nosotros…claro que se distinguen en el camino algunos sucesos que se erigían en pistas…pero la dimensión del deterioro no era clara, sabíamos que algo no estaba bien. Era un hecho –como hoy podemos constatarlo- que la descomposición empezó hace mucho tiempo. Y esa ha sido la constante. Nos cimbramos ante noticias y escándalos, pero pasan… toleramos, nos acostumbramos, permitimos…desde las pequeñas corrupciones hasta la atroz normalidad de cuerpos descuartizados. Nuestra capacidad de asombro y de reacción se ha empobrecido, nuestros horizontes vitales se han estrechado. Las zonas de confort se institucionalizaron. Declinamos el mando por comodidad o porque el dolor, el sufrimiento  o la necesidad no nos tocaban directamente. Ese ser y estar en una realidad que a veces incomoda, que molesta, pero que no afianza, no compromete…que siendo la nuestra nos era ajena. Así Mamá Rosa, los conflictos por temas religiosos…Cherán…el narcotráfico, la corrupción sistémica, el enanismo político, las causas normalistas, la situación sindical…las autodefensas…Sabíamos de su existencia pero no nos interpelaba hasta que nos afectaba personalmente. No a nivel de sociedad o de grupo.

Hoy, los michoacanos no desconocemos la gravedad de nuestra situación, pero, al mismo tiempo pareciera que nos acostumbramos y  nos adaptamos a las más ilógicas y bizarras situaciones. Nos han faltado y nos faltan testimonios vivos para animarnos a luchar -con el mismo ahínco y bravía que nos caracteriza- en conseguir el Michoacán que todos deseamos. Eso es lo que menos entiendo. Sí hoy estamos así ¿porque no decidirnos a cambiar definitivamente?...

De nada o poco sirve voltear la vista atrás con la intención de comprender en qué momento se quebró esto…hoy hemos tocado fondo y debemos tener la valentía para encarar el esfuerzo que impondrá la reconstrucción de Michoacán. Mirar siempre adelante, hacia el hoy y el mañana que es lo único que tenemos y sobre lo que podemos influir. Pero intentándolo…sin miedo, temor o medianías. No podemos seguir administrando la mediocridad, el sinsentido o la desfachatez.
 De igual manera debemos tener la capacidad, visión, el coraje…vamos… la estatura suficiente de animarnos a tomar medidas drásticas, si no es ahora, ¿cuándo? Falta transmitir esa pasión y  urgencia a todos, no solo por hacer, sino por intentar poner las bases de lo que queremos. Quitarnos las ataduras y vencer los fantasmas de los paradigmas que por dejadez hemos adoptado, o de los prejuicios que hoy, muchos quieren endilgarnos.


La dignidad y fortaleza de este pueblo no puede estar en entredicho…la historia lo atestigua. Y ante los retos vitales como este, debemos crecernos. Todos debemos entender que hoy Michoacán nos urge a tomar medidas de fondo, que no podemos esperar el tiempo de las condiciones ideales…es lo que hay con los que hay. ¿Qué no nos gustan?, pues cambiémoslas…pero entendamos que ese cambio nos implica personalmente. Nadie lo hará si nosotros no tomamos la responsabilidad y peso de nuestras propias decisiones y de las de nuestras instituciones…en pocas palabras las riendas de nuestro propio destino.

Sí, como lo dice el periodista…Michoacán no es un estado fallido, pero sí un “estado perdido”…adormilado y aturdido, por omisión o culpablemente…que hace tiempo perdió el rumbo, pero que hoy podemos y debemos rescatar.

Reconozcamos al mismo tiempo que hay gravísimas condiciones cuya solución no depende de nosotros, pero sobre las cuales es necesario y urgente animarse a dar testimonio personal positivo para contrarrestar de alguna manera sus efectos.

López Dóriga se equivoca…quizá su apreciación final, por cierto lejana y parcial en cuanto al  alcance de la visión de este estado, le lleva a señalar que “no se le ve una solución”. Flaco favor hace al plantear una visión pesimista y desoladora…cuando la realidad de Michoacán requiere salidas y opciones, no más golpes y escándalos mediáticos.


 ¡Y sí, aquí estamos los michoacanos terminándonos de convencer de un apasionante proyecto que no solo tiene solución, sino que en su éxito se nos va la vida!



viernes, 1 de agosto de 2014

“Y EN MICHOACÁN ¿QUIÉN DA LA CARA”?



“Y EN MICHOACÁN ¿QUIÉN DA LA CARA”?

En verdad que cada día entiendo menos la lógica política en Michoacán. El estado se encuentra en una situación de excepción de facto…no reconocida en el discurso, pero si al tratar de justificar las soluciones y decisiones que se implementan. Sí, pero no. Lo excepcional y lo normal conviven de manera promiscua, llevando a la normalidad  lo que es excepcional.

Ante la percepción del incremento del índice delictivo, de falta de información y claridad en el avance de la estrategia de seguridad, la presidenta de la comisión de justicia del congreso, solicitó la comparecencia del secretario de seguridad pública. El Gobierno del Estado contestó formalmente a dicha petición señalando su improcedencia por no haber sido realizada  por la comisión a que correspondía. Días después los diputados de oposición intentaron otra solicitud de comparecencia vía el pleno del congreso… nuevamente fue rechazada… ahora al seno del propio congreso.

Las instituciones se fortalecen a través de su propio funcionamiento. De su regularidad…de la certeza que otorga la ley. El Estado michoacano tiene un profundo problema de legitimidad y debilidad institucional. La estructura y el concepto propio de estado se encuentra desvirtuado y desdibujado…confundido, perdido…

Si en verdad queremos que regrese la normalidad a Michoacán es indispensable propiciar que las alicaídas instituciones locales empiecen a funcionar de manera ordinaria. El nombramiento de un gobernador sustituto abonó positivamente en ese sentido. Al fin se notaba algo de certeza ante un escenario convulso e indefinido que parecía no terminar. Ahora, inmersos todavía en una intervención federal, que debe ser entendida como excepcional, debe darse paso a que las instituciones nuevamente encuentren su equilibrio natural…que el gobierno administre, que recobre su poder y autoridad…que el congreso nuevamente sea el foro del debate político y de la representación social, que ejerza su principal función que es controlar al ejecutivo. Debe facilitarse la transición a un Michoacán en el que se renueve la clase y la visión políticas, en el que los ciudadanos contemos y seamos considerados… Eso requiere transparencia…diálogo…apertura.

Hay varios temas de fondo que parecieran no estar resolviéndose y que han generado dudas y cuestionamientos…situaciones que tarde o temprano podrán tener importantes consecuencias…mando único de policía, conformación de la fuerza rural, despido de elementos de seguridad por no haber acreditado el examen de confianza, incorporación de policías provenientes del Estado de México, situación real de las autodefensas, etc. Poco se sabe… existe gran desinformación ciudadana y mucha incertidumbre. Lo menos que esperamos es que se cancele la posibilidad de una explicación a través de los canales institucionales adecuados.


Más allá de los tecnicismos legales –si corresponde a una comisión u otra del Congreso solicitar la comparecencia del secretario de seguridad pública y del procurador- está el interés colectivo y el derecho de la sociedad michoacana de conocer el estado que guarda la estrategia y las acciones en materia de seguridad. Eso tendría que nacer espontáneamente del Gobierno del Estado sin siquiera mediar solicitud de los diputados. No se entiende entonces por qué buscar argumentos desde el Gobierno para no acudir, no explicar, no justificar, no transparentar ni informar a los representante populares…mucho menos se entiende el que los propios diputados bloqueen e impidan esa comparecencia…Eso es obstinarse en que las instituciones sigan sin funcionar…y a la postre es no dar la cara en un tema crucial para los ciudadanos.