“Y EN MICHOACÁN ¿QUIÉN DA LA CARA”?
En verdad que
cada día entiendo menos la lógica política en Michoacán. El estado se encuentra
en una situación de excepción de facto…no reconocida en el discurso, pero si al
tratar de justificar las soluciones y decisiones que se implementan. Sí, pero
no. Lo excepcional y lo normal conviven de manera promiscua, llevando a la normalidad
lo que es excepcional.
Ante la percepción del incremento
del índice delictivo, de falta de información y claridad en el avance de la
estrategia de seguridad, la presidenta de la comisión de justicia del congreso,
solicitó la comparecencia del secretario de seguridad pública. El Gobierno del
Estado contestó formalmente a dicha petición señalando su improcedencia por no
haber sido realizada por la comisión a
que correspondía. Días después los diputados de oposición intentaron otra
solicitud de comparecencia vía el pleno del congreso… nuevamente fue rechazada…
ahora al seno del propio congreso.
Las instituciones se fortalecen a
través de su propio funcionamiento. De su regularidad…de la certeza que otorga
la ley. El Estado michoacano tiene un profundo problema de legitimidad y
debilidad institucional. La estructura y el concepto propio de estado se
encuentra desvirtuado y desdibujado…confundido, perdido…
Si en verdad queremos que regrese
la normalidad a Michoacán es indispensable propiciar que las alicaídas
instituciones locales empiecen a funcionar de manera ordinaria. El nombramiento
de un gobernador sustituto abonó positivamente en ese sentido. Al fin se notaba
algo de certeza ante un escenario convulso e indefinido que parecía no
terminar. Ahora, inmersos todavía en una intervención federal, que debe ser
entendida como excepcional, debe darse paso a que las instituciones nuevamente
encuentren su equilibrio natural…que el gobierno administre, que recobre su
poder y autoridad…que el congreso nuevamente sea el foro del debate político y
de la representación social, que ejerza su principal función que es controlar
al ejecutivo. Debe facilitarse la transición a un Michoacán en el que se
renueve la clase y la visión políticas, en el que los ciudadanos contemos y
seamos considerados… Eso requiere transparencia…diálogo…apertura.
Hay varios temas de fondo que
parecieran no estar resolviéndose y que han generado dudas y
cuestionamientos…situaciones que tarde o temprano podrán tener importantes consecuencias…mando
único de policía, conformación de la fuerza rural, despido de elementos de
seguridad por no haber acreditado el examen de confianza, incorporación de
policías provenientes del Estado de México, situación real de las autodefensas,
etc. Poco se sabe… existe gran desinformación ciudadana y mucha incertidumbre.
Lo menos que esperamos es que se cancele la posibilidad de una explicación a
través de los canales institucionales adecuados.
Más allá de los tecnicismos
legales –si corresponde a una comisión u otra del Congreso solicitar la
comparecencia del secretario de seguridad pública y del procurador- está el
interés colectivo y el derecho de la sociedad michoacana de conocer el estado
que guarda la estrategia y las acciones en materia de seguridad. Eso tendría
que nacer espontáneamente del Gobierno del Estado sin siquiera mediar solicitud
de los diputados. No se entiende entonces por qué buscar argumentos desde el
Gobierno para no acudir, no explicar, no justificar, no transparentar ni
informar a los representante populares…mucho menos se entiende el que los
propios diputados bloqueen e impidan esa comparecencia…Eso es obstinarse en que
las instituciones sigan sin funcionar…y a la postre es no dar la cara en un
tema crucial para los ciudadanos.
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