“¿POR QUÉ LE CUESTA
TANTO A LA CEDH ESTAR DEL LADO DE LOS CIUDADANOS?”
Esta semana ha sido sumamente complicada. El lunes fuimos
avisados del inicio de una huelga de hambre por parte de una médico forense que
laboró en la Procuraduría del Estado por
muchos años y quien se encuentra inconforme con la resolución de su asunto. Se
trata de una de las líderes del movimiento de expolicías y ex trabajadores de
la PGJE que fueron despedidos en mayo pasado argumentando que no habían pasado
el examen de control de confianza y que presentaron quejas ante la Comisión
Estatal de Derechos Humanos.
Debo aclarar que estoy a favor de
la depuración de las policías y corporaciones de procuración de justicia,
siempre y cuando esta se dé –estrictamente- dentro de los términos legales y de
protección de los derechos humanos.
Gran parte de la debilidad
institucional que ahora vivimos se debe a la pérdida de confianza por parte de
los ciudadanos hacia sus “autoridades”. Los ciudadanos preferimos no denunciar
o no quejarnos por miedo o por desilusión, pero cuando nos hemos decidimos a
hacerlo, esperamos respuestas completas y valientes.
Es muy lamentable que se tengan
que llegar a estos extremos de arriesgar la propia salud para exigir la reivindicación
de los derechos vulnerados…
Los ciudadanos debieran sentirse
arropados y protegidos por sus instituciones, eso genera sentido de
pertenencia, de respeto y de honor…de autoridad…Eso es lo que realmente se ha roto
en nuestro sistema. Que bueno que se propongan reformas estructurales en la
materia, sin duda son necesarias… pero no suficientes.
La reconstrucción de México y Michoacán
requiere de una sociedad civil fuerte y vigorosa, que exija y que acometa…que
transforme culturalmente. Y esa sociedad civil requiere a su vez, de la institución autónoma
-netamente ciudadana- que la defienda y proteja en su esfuerzo… de una
auténtica defensoría del pueblo.
Lo menos que necesitamos en estos
momentos complejos es que instituciones que debieran gozar de la confianza
ciudadana sean puestas en entredicho.
Falta visión, sensibilidad…pasión…
pero sobre todo… ¡humanidad! Ver los procedimientos solo desde su vertiente
formal, convierte al ombudsman en un agente del ministerio público, alejándolo
de manera definitiva de la figura de defensor del pueblo que debiese
constituir.
Esto no quiere decir que todas
las causas “ciudadanas” sean legítimas...habrá que tener la capacidad de distinguirlas
y en muchos otros casos saber acompañar a los quejosos y con honestidad
explicar el alcance de la solución de sus asuntos…sin generar falsas
expectativas, pero actuando en justicia y con verdadera rectitud de intención.
En el caso de la Dra. Graciela,
no se ha querido ver el fondo…tampoco en el de los expolicías y en el del
personal de procuraduría. Más allá de los formalismos, de la complejidad del
tema y de las omisiones técnicas de estos procedimientos –que las hay-, debe
entenderse que el verdadero drama radica en que la propia comisión demuestre su
aversión a estar del lado ciudadano…
¿Por qué le cuesta tanto?... ¿Que
no el principio pro persona orienta en todo momento a buscar el mayor bien
posible? Debe entenderse que los tiempos actuales reclaman iniciativa…acción.
No es necesario que lo pidan los ciudadanos…que esperemos la denuncia y el dato
preciso. Si hemos detectado el problema de fondo, abordémoslo… el campo de los
derechos humanos, va mucho más allá…no se agota en responder para evitar
problemas…sino en resolver para confirmar la dignidad de aquellos que se
duelen.
…no son una cifra de casos ni una
colección de números, son personas concretas de carne y hueso, con historias de
vida y situaciones peculiares… conocer el drama de cerca ayuda a sensibilizar…
sino es así, no sé qué lo hará.
La Comisión está llamada a hacer
un análisis crítico con toda humildad y objetividad para rectificar en los
casos concretos, siendo valiente y congruente. Debe recobrar al ciudadano como razón
de ser de su existencia y fin de su actuación…lo contrario supone que la
institución ciudadana por excelencia siga dando tumbos y revictimizando… cuando
hoy más que nunca se le requiere fuerte y activa para colaborar en la
reconstrucción de este Michoacán.
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