sábado, 16 de mayo de 2015

“DE TRADUCTORES CULTURALES Y REMONTADORES”




“DE TRADUCTORES CULTURALES Y REMONTADORES”

Hace algún tiempo escuché hablar del término de traductores culturales en referencia al reto que tienen los líderes y protagonistas de su tiempo para explicar en lenguaje sencillo y asequible las vicisitudes y complejidad de la realidad política y social actual, moviendo a los demás a actuar.

Esos “traductores culturales” que representan a la auténtica generación de transición tienen una  invaluable cualidad para brindar esperanza, ilusión y  para procesar objetivamente los sueños de sus contemporáneos. No se trata ni por mucho de los más poderosos ni de los más preparados, pero sí de los decididos, de los interpelados, de los inconformes…de los que pretender ser coherentes.

Con ese nombre pretende aglutinarse a esos “conductores” o “vectores” que permiten tender puentes, que ayudan a encontrar lo común en lo plural, que logran el entendimiento mínimo, aquellos que por su amplitud de miras y su lectura objetiva y generosa de la realidad pueden –y deben- constituirse en los descifradores y mensajeros…sí, esos línks que permiten el entendimiento entre distintas generaciones, entre partidos políticos y los ciudadanos, entre los intelectuales y los que tenemos coeficiente intelectual promedio…entre los apáticos y los frenéticos.

Sin embargo no aparecen claramente y la pregunta que siempre está en el ambiente es quiénes y cuándo nos ayudarán a salir del atolladero social en el que hoy nos encontramos. Hay poca claridad, pareciera que la confusión fuera generalizada y que se espera la decisión e iniciativa del otro.

Las grandes hazañas y gestas heroicas de remontadas deportivas, militares y sociales, las verdaderas “hombradas”, nos parecen –en nuestro caso- ajenas y hasta cierto punto inalcanzables.

Hoy más que nunca se requiere de la decisión y participación de muchos para transformar la realidad. Para impactar el mundo de los referentes. Ahí donde debiera haber ideas claras, objetivos, rumbo…líderes. Y que hoy son escasos. Y donde existe obstinación y una falsa ilusión en que las leyes y las grandes reformas estructurales y las meras políticas públicas nos llevarán a cambiar… No bastan las leyes sino existe el espíritu y la cultura para aceptarlas y cumplirlas.


No hay más…la misión de auténticos traductores culturales implica iluminar los pasajes oscuros -en los cuales está siempre latente el peligro de precipitar- con plena convicción de que los tiempos pasados no fueron mejores porque no son los nuestros… Así entendidos, deberán constituirse invariablemente en auténticos “remontadores” del statu quo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario