“ATURDIDOS”
Qué México y
Michoacán han cambiado y están cambiando a un ritmo vertiginoso nadie puede
negarlo. Lamentablemente no siempre para bien. Como sociedad y comunidad hoy
afrontamos una coyuntura que conjuga un cambio de época y la colisión de los
paradigmas vigentes. Rápidamente quedan atrás a manera de glorias nostálgicas
los recuerdos de nuestro pasado. Se deja una parte de nosotros, pues añoramos
en cierto sentido, lo que se ha ido y no entendemos lo que pasa hoy…hay aturdimiento.
Cada vez cuesta más identificarnos…los
hechos se suscitan como avalancha incontrolable, las noticias más bizarras, más
trágicas. Los sinvergüenzas y corruptos más desinhibidos, los ignorantes
encumbrados y aplaudidos…cobardes, muchos y al frente.
Una realidad bronca, violenta,
destructiva…con rostro de horda incontrolable, irracional, de muerte y miedo…intolerante…sin
visión ninguna…rastrera. Corrupta y sucia, indigna…mísera y cobarde y encima
tibia. Una realidad que minimiza, que aplasta y que coarta todo sueño y
esperanza, pero que al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una mayor entrega,
de crecimiento, de confirmación de ideales, vocaciones y compromisos.
Es urgente entender la realidad y
asumirla con resolución, valentía y absoluta verticalidad. Nos interpela y
espera respuestas vitales…Minimizarla o transigir con ella implica que cada día
nos reconozcamos y nos comprendamos menos nosotros mismos. Es indispensable
entender que si no la apuntalamos en paradigmas firmes que evidentemente
tiendan a la modernidad, pero que reconozcan la base de historia, de legado y
de dignidad propia, la estructura social colapsará sepultando nuestra
identidad.
Me preocupa la ausencia de
líderes, de referentes, de rumbo y de sentido, pero me angustia la falta de
sentido común y el acostumbramiento a un nuevo paradigma y una nueva realidad
que para nada identifico con mi país...a la que de manera absurda, cobarde y
comodona, hoy nos estamos adaptando.
Son muchos los problemas y retos
de fondo que tenemos enfrente, y para estar en condiciones de afrontarlos
debemos tener claridad absoluta de los fines y de los objetivos, pero sobre
todo una inquebrantable rectitud en nuestras intenciones. Hoy es preciso
despertar!
· * El autor es consejero de la CEDH y presidente de
USEM Morelia.
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