domingo, 28 de junio de 2015

“INFORME DEL CONSEJO CIUDADANO CEDH, AUTÉNTICO EJERCICIO DE RENDICIÓN DE CUENTAS”



“INFORME DEL CONSEJO CIUDADANO CEDH, AUTÉNTICO EJERCICIO DE RENDICIÓN DE CUENTAS”

El próximo miércoles rendiremos un informe ante los michoacanos sobre nuestra gestión como consejeros ciudadanos de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Un ejercicio de rendición de cuentas novedoso y netamente ciudadano.

Sin duda que estos 2 años han representado una época muy complicada en materia de derechos humanos en nuestro estado. Como órgano consultivo tomamos los acuerdos necesarios a fin de atender cada uno de los asuntos de la mejor manera posible dentro del ámbito competencial de la propia comisión….lamentablemente en algunas ocasiones no fueron atendidos en su totalidad al momento de su ejecución.

Así en el caso de la crisis de tierra Caliente se acordó el envío de la unidad móvil de atención (ombudsmóvil) y de brigadas multidisciplinarias compuestas por médicos, psicológos y abogados para prestar atención a la población en la zona de conflicto. Se instruyó la realización de un estudio diagnóstico sobre el tema, así como el seguimiento y acompañamiento permanente por parte de las visitadurías de esa región.

De igual manera se solicitó al Ejecutivo Federal –en términos de la reciente reforma garantista de 2011- la declaración de estado de excepción, pues consideramos era la respuesta técnica correcta para brindar mayor certeza y acotar la actuación estatal, así como reforzar el carácter de imposible suspensión de las garantías y derechos fundamentales de los ciudadanos afectados por el conflicto.

En el tema del Albergue de Mamá Rosa en la ciudad de Zamora, se acordó dar seguimiento puntual y de franca colaboración con las autoridades de los distintos niveles de gobierno a fin de preservar en todo momento el interés superior de los menores, lo que derivó en un programa de revisión de albergues en todo el estado.

También levantamos la voz y fijamos pronunciamientos puntuales en temas delicados, como el del uso de la fuerza de manera proporcional ante el vandalismo y la inacción gubernamental en las marchas y manifestaciones de los normalistas, sobre la violación de derechos humanos por la aplicación del uso del polígrafo y ante la demora e inconsistencia en el trámite de quejas al interior de la propia comisión, llegando incluso a tomar importantes decisiones en materia disciplinaria. De todo ello ha quedado constancia pública en los medios de comunicación, en los boletines y pronunciamientos respectivos.

Solicitamos la atracción de asuntos importantes y paradigmáticos para su estudio y resolución derivando en recomendaciones generales como el relativo al uso del polígrafo para la evaluación de los agentes de seguridad estatal.

Agradezco a mis compañeros consejeros su entrega, pasión y generosidad en el desarrollo de un trabajo ordinario intenso y constante con el objetivo claro de lograr un cambio auténticamente cultural en la institución.

A manera de retroalimentación y jamás como justificación debo señalar, que las diferencias de criterio y de actuación que en algunas ocasiones tuvimos con el presidente de la comisión se debieron a contrastes generados por un diferente ritmo y visión sobre los temas abordados. Las instituciones se mantienen en una dinámica y en una lógica distintas a la de los ciudadanos, que en muchos casos parecieran ir en sentido opuesto generando desconfianza e incredulidad ante la escasa eficacia para procesar y resolver las exigencias y verdaderos problemas. 

En el fondo, pareciera que existe una disociación entre los intereses de poder público y la de los ciudadanos…una falta de acuerdo en el objetivo y los fines que perseguimos, en la que debiera ser nuestra meta común. Pareciera que  muchas veces no hablamos el mismo lenguaje. Sin duda que con el tiempo y la perseverancia ciudadana  debería terminar por impregnarse con un estilo más fresco y dinámico el quehacer propio de la comisión.


Por supuesto que quedan pendientes…y muchos. Pero sobre todo grandes retos que la Comisión debe asimilar para caminar en el sentido que le permita ser la institución que está llamada a ser y que hasta hoy no ha sido. Michoacán lo reclama…lo espera.


sábado, 20 de junio de 2015

“EL DERECHO DE LA MAYORÍA A LA TRANQUILIDAD”



“EL DERECHO DE LA MAYORÍA A LA TRANQUILIDAD”

De nueva cuenta el recurso al bloqueo. Lo más doloroso es que se trata del pueblo contra el pueblo, contra sí mismo…parcial y sectario pues busca a toda costa hacer notar solo la propia causa a pesar de la ajena…del otro.

En el fondo la normalización del rompimiento de las vías  y canales de comunicación…Ejemplo lastimoso de catarsis social a problemáticas que de a poco se vuelven pretextos y banderas y sistemas que permite que el que grite y amedrente más haga valer su voluntad. Cada vez buscando el mayor daño y afectación…la tensión y la desesperación afloran. La paciencia se agota y ante la falta de garantías y de autoridad que haga valer y restablecer el orden y la ausencia de justicia, los riesgos de procurarla por propia mano ante la impunidad son muy grandes.

 La lucha social –muchas veces justa- se deslegitima con prácticas que privilegian una posición, un interés…quizá un derecho, pero nunca su correlativo deber.  Y encima golpea y chantajea, paradójicamente en la búsqueda de justicia pisotea sus cimientos, apelando al respeto a la tolerancia y a la pluralidad…termina por ser radical y sorda ante las posiciones de los otros francamente mayoría.

Mientras tanto la autoridad ausente, ida…por impreparación de los de a pie y por cobardía y por complicidad simplona de los que debieran ser responsables del bien general… de aquellos llamados a  generar la estabilidad y seguridad propia del orden…De ese bien común que toda la sociedad está llamado a promover y construir y del que el Estado tiene una obligación principalísima y que requiere esencialmente de una paz social verdadera…no simulada ni mercantilizada en una minuta o en la prebenda que será el motivo futuro de la nueva confrontación y así, una y otra vez… siempre, de manera consuetudinaria… costumbrista…. resignada y tolerada… asumida como irremediable como justificación ante la falta de creatividad.

Hoy en  México y en Michoacán se hace necesario levantar la voz para que la autoridad actúe haciendo respetar la ley. Y al mismo tiempo recordar que nos necesitamos unos a otros, reconocer que somos producto de una historia que a pesar de todo se conserva y que debemos transmitir…convencernos de preservar nuestra identidad… Y que sí, debemos exigir ante la pasividad del estado, pero por otro lado suplir esa omisión redoblando los esfuerzos desde la propia sociedad civil para recuperar los vínculos comunes, pero no rompiéndonos ni usándonos como rehenes entre nosotros.


…Hace falta recordar que tenemos una responsabilidad por y con los demás… 


sábado, 13 de junio de 2015

“LOS DERECHOS HUMANOS SON EL BIEN COMÚN”



“LOS DERECHOS HUMANOS SON EL BIEN COMÚN”

   Si bien en es cierto que en estados con alto índice de inestabilidad institucional, prestación de servicios públicos deficientes y con tantas carencias como el nuestro, es sumamente complicado -fuera de actos trágicos y escandalosos como lo fueron Mamá Rosa, Apatzingán, los autodefensas o Tanhuato- sensibilizar y colocar en la agenda el tema de los derechos humanos.

Al vivir cierto acostumbramiento o violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales más básicos y ante la dificultad de ver y palpar su materialización en la propia realidad, los derechos humanos se tornan en conceptos que tienden a abultar el conjunto de lo políticamente correcto, de las buenas intenciones o al menos determinan a un clan de activistas y abogados idealistas que parecieran predicar permanentemente en el desierto.

Sin embargo, nadie puede negar que en la época actual el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la persona humana. Así lo atestigua la tendencia garantista a nivel global.

En ese sentido es necesario recordar que parte de la tarea principal de los gobernantes –incluso me atrevería a decir que la base esencial de su propia legitimidad- se constituye por el compromiso que asuman frente al tema de los derechos humanos.

Se requiere de una firme decisión de la autoridad para respetar, armonizar  y promover los derechos a diario, a través de su quehacer cotidiano y ordinario…en su propia motivación, por un lado, así como facilitar a los ciudadanos el cumplimiento de sus correspondientes deberes, por otro.

Implica una labor de vigilancia y seguimiento para que los ciudadanos, al procurar sus derechos, no impidan el ejercicio de los derechos de los demás y para que el que defienda su propio derecho no dificulte a los otros la práctica de sus respectivos deberes…en el fondo se trata de lograr mantener la integridad de los derechos de todos, teniendo la decisión y valentía necesarias para restablecerlos en caso de violación.

Como un objetivo del bien común, entendido como ese conjunto de condiciones sociales que permiten a los ciudadanos el desarrollo pleno e integral, la labor de defensa y promoción de derechos humanos, implica un equilibrio en la acción de gobierno para evitar generar preferencias de grupos o caer en el vicio de querer defender los derechos de todos impidiendo el desarrollo de los derechos de cada uno.

Qué falta nos hace terminar de entender que solo desde la paz y con la paz y desde el estado de derecho y con estado de derecho, se puede garantizar el respeto a los derechos humanos.


No hay duda de que los derechos humanos se consolidan hoy como la nueva ética de la política y que al estar ligados tan íntimamente al bien común,  pues siempre atienden al concepto de persona humana, comparten su naturaleza hasta llegar a fusionarse…a constituirlo.


sábado, 6 de junio de 2015

“EL MÉXICO EN CRISIS QUE NO CUMPLE NUESTRAS EXPECTATIVAS”



“EL MÉXICO EN CRISIS QUE NO CUMPLE NUESTRAS EXPECTATIVAS”

     La crisis parece evidente, no requiere ni siquiera de mayor precisión. Se vive… se le siente. Duele por su tosquedad y sinrazón. Por su inequidad y por lo dramático de su realismo.

El incumplimiento de expectativas es un síntoma claro, la frustración de sueños, el desencanto y la agitación su bandera. La imposición y el amago violento como recurso por haber prescindido del prestigio que hace creíble el ejercicio de cualquier autoridad.

Sobra politiquería y falta política, mucha política…esa que solventa los problemas derivados del conflicto, la que no es aburrida y que refleja los dolores de cada época y la forma en la que se entienden y remedian, la auténtica política que implica objetivos comunes y aversión al riesgo y a los términos medios y a la trascendencia…que acompaña y que mira, que entiende y humaniza…que resuelve y engrandece, que es esperanzadora y constructiva.

Por lo pronto la política netamente ciudadana es participar…teniendo la certeza y haciendo un compromiso inquebrantable con nosotros mismos  y con México y Michoacán, que el mañana será distinto no por los resultados electorales, sino por la certeza de que el cambio -fruto de la experiencia- se adquirirá  sobre todo con la coherencia de la propia vida y con personal implicación…eso trasciende la coyuntura y sitúa su responsabilidad en el ámbito de la propia voluntad.

Y porque  afianzaremos la convicción esencialmente democrática que ve en la gente común, posibilidades fuera de lo común. Hoy en México no terminamos de entender que la autoridad no consiste en ser obedecido a cualquier precio y que quien la sigue lo hace porque ve en ella un punto de referencia que le sirve para conocer la verdad y el bien de las cosas…aunque a veces no se acabe de comprenderlas.

¡Cierto!…hoy no nos gusta lo que vemos pero tampoco parece que tengamos las ganas y la ilusión por cambiarlas…Hoy México no cumple con nuestras expectativas, pero la solución no es bajar el periscopio ni retirarse a curar las heridas en las catacumbas del pesimismo y el desánimo.


Sí… los momentos de crisis “son aquéllos en donde lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina de llegar” (Gramsci). Da la impresión de que, en México y Michoacán, lo viejo no quisiera marcharse...y lo nuevo no quisiera llegar. Esa debe ser nuestra misión…No podemos dejar de votar. Es una gran responsabilidad ciudadana.