“LOS DERECHOS HUMANOS SON EL BIEN COMÚN”
Si bien en es cierto que en
estados con alto índice de inestabilidad institucional, prestación de servicios
públicos deficientes y con tantas carencias como el nuestro, es sumamente
complicado -fuera de actos trágicos y escandalosos como lo fueron Mamá Rosa,
Apatzingán, los autodefensas o Tanhuato- sensibilizar y colocar en la agenda el
tema de los derechos humanos.
Al vivir cierto acostumbramiento
o violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales más básicos y ante la
dificultad de ver y palpar su materialización en la propia realidad, los
derechos humanos se tornan en conceptos que tienden a abultar el conjunto de lo
políticamente correcto, de las buenas intenciones o al menos determinan a un
clan de activistas y abogados idealistas que parecieran predicar
permanentemente en el desierto.
Sin embargo, nadie puede negar
que en la época actual el bien común consiste principalmente en la defensa de
los derechos y deberes de la persona humana. Así lo atestigua la tendencia
garantista a nivel global.
En ese sentido es necesario
recordar que parte de la tarea principal de los gobernantes –incluso me
atrevería a decir que la base esencial de su propia legitimidad- se constituye
por el compromiso que asuman frente al tema de los derechos humanos.
Se requiere de una firme decisión
de la autoridad para respetar, armonizar
y promover los derechos a diario, a través de su quehacer cotidiano y
ordinario…en su propia motivación, por un lado, así como facilitar a los
ciudadanos el cumplimiento de sus correspondientes deberes, por otro.
Implica una labor de vigilancia y
seguimiento para que los ciudadanos, al procurar sus derechos, no impidan el
ejercicio de los derechos de los demás y para que el que defienda su propio
derecho no dificulte a los otros la práctica de sus respectivos deberes…en el
fondo se trata de lograr mantener la integridad de los derechos de todos,
teniendo la decisión y valentía necesarias para restablecerlos en caso de
violación.
Como un objetivo del bien común, entendido
como ese conjunto de condiciones sociales que permiten a los ciudadanos el
desarrollo pleno e integral, la labor de defensa y promoción de derechos
humanos, implica un equilibrio en la acción de gobierno para evitar generar
preferencias de grupos o caer en el vicio de querer defender los derechos de
todos impidiendo el desarrollo de los derechos de cada uno.
Qué falta nos hace terminar de
entender que solo desde la paz y con la paz y desde el estado de derecho y con
estado de derecho, se puede garantizar el respeto a los derechos humanos.
No hay duda de que los derechos
humanos se consolidan hoy como la nueva ética de la política y que al estar
ligados tan íntimamente al bien común,
pues siempre atienden al concepto de persona humana, comparten su
naturaleza hasta llegar a fusionarse…a constituirlo.
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