jueves, 16 de agosto de 2012

"LECCIÓN DE ORO (OLÍMPICO): ESPERANZA DE QUE LO MEJOR ESTÁ POR VENIR"



RES PUBLICAE

“LECCIÓN DE ORO (OLÍMPICO): ESPERANZA DE QUE LO MEJOR ESTÁ POR VENIR”

El logro del Tri olímpico en Wembley el sábado pasado tiene muchas y variadas aristas, la gran mayoría de ellas han sido abordadas en el interminable alud de comentarios, análisis y opiniones que personajes de toda condición, profesión, inclinación o perspectiva han realizado. En el fondo hay coincidencia, ya sea a favor o en contra, por ligereza o por profundidad, por conveniencia u obligación, de que un triunfo o logro de esta magnitud genera cierta esperanza (aunque muy efímera) en el ánimo de todos los mexicanos…me quedo con eso.

Hablar de esperanza, y más respecto de la esperanza de  los asuntos públicos, lleva a pensar en primera instancia en cierto idealismo o utopía…nada más lejano a la realidad. La situación actual sin duda es muy compleja, sin embargo eso no justifica de ninguna manera la inacción…la historia aún no está escrita y es momento de que los involucrados (es decir, ¡todos!) nos decidamos abiertamente a asumir nuestra responsabilidad personal y a aterrizar en acciones concretas el protagonismo ciudadano que estamos llamados a observar.

Estoy convencido de que la esperanza no es poesía barata, ni una ilusión…mucho menos simple consuelo ante las dificultades que se presentan en la vida personal o institucional. No es un asidero para seguir deambulando sin complicaciones ni inquietudes…ni mera justificación pueril.

La esperanza de la que hablo y de la que nuestro estado y nuestro país están ávidos, es aquella que se opone al pesimismo consuetudinario y generalizado ante una realidad evidentemente adversa…es aquella que reconoce en su justa dimensión los propios defectos y limitaciones y que, a pesar de los mismos, no pierde de vista el foco y el objetivo…es aquella “esperanza contra toda esperanza”, de que las cosas o situaciones (violencia, corrupción, incompetencia, estancamiento, necesidad de reconstrucciones o refundaciones) pueden y deben mejorar…es la seguridad y certeza de que ello solo sucederá en la medida en que nosotros como ciudadanos, gobernantes o militantes de un partido político, nos decidamos y lo logremos con base en nuestro esfuerzo diario.

Sí, he dicho esfuerzo. Esa esperanza que te defino supone vencer la comodidad y salir de nuestra zona de confort….comprometerse... y, eso implica superar el temor a la exigencia que trae consigo la obtención de metas altas. Implica también ser audaz ante la adversidad –que sin duda hay y habrá siempre-…caminar con entereza sin concesiones ante las dificultades, ánimo ante un eventual fracaso…implica lucha. Sin lucha y esfuerzo hasta los más nobles ideales terminan por agostarse. Para abordar este reto es imprescindible la serenidad, que no indolencia o resignación…no hay mucho tiempo. El país, el estado, la ciudad, la familia, las empresas, los partidos políticos, las instituciones…reclaman una respuesta de nuestra parte…y ya, ¡ahora!

Si no admitimos esa posibilidad y generamos ansias de subir muy alto o no nos empapamos de esa hambre de altura, será difícil seguir avanzando en la solución de los muchos y grandes problemas que nos aquejan como sociedad política.

Es hora de asumir el propio liderazgo, y el protagonismo, y el riesgo… de animarse a lograr cosas grandes. ¡Gracias muchachos de la selección olímpica de futbol por su espíritu de magnanimidad, por dejarnos soñar y por recordarnos que los mejores tiempos de México están por venir…y en gran medida eso depende de nosotros!



http://agcussi.blogspot.com


1 comentario:

  1. Ahora es menester ser partícipes de esa esperanza, entrando al juego ciudadano, convencidos firmemente que nuestra la participación desde nuestra trinchera (hogar, trabajo, a.c., etc,) deben ser los puestos a cubrir para ganar este juego de vida. Ello es un derecho y una obligación.

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