RES PUBLICAE
“DOS SINVERGUENZAS MENOS: LEGALIDAD E IDEALISMO”
La semana
pasada tuve la oportunidad de compartir el desayuno con un importante
funcionario del Gobierno de Michoacán, fue en realidad un momento muy grato.
Sin duda siempre es interesante conocer
de viva voz la complejidad de la vida
política y social de un estado como el nuestro. En aquella mesa estaban
presentes algunas otras personas en su mayoría ajenas al ajetreo y jaleo
propios de la labor de gobierno, así como algunos abogados más, ocho en total.
Me llamó poderosamente la atención que una vez que nuestro invitado terminó de
enlistar y comentar los principales problemas, avances y atención que había
dado la actual administración a cada uno
de ellos, en concreto al polémico asunto de la liberación de los estudiantes de
la universidad que retuvieron y quemaron vehículos oficiales en abril pasado, del
que argumentó había sido una buena negociación pese a las críticas de la
opinión pública, los abogados presentes en la mesa lo felicitaron por dicha
decisión. Cuando tocó mi turno, le comenté que yo había sido uno de los que públicamente
(de manera técnica a través de esta
columna) había calificado como equivocada la actuación gubernamental, pues
consideraba que el principal problema del estado –y base de otros muchos- es la
falta de una cultura de legalidad y que el principal reto de esta
administración sería el conjugar la legalidad con la gobernabilidad.
A partir de ese momento, he
estado reflexionando sus argumentos y sobre si no estaba cayendo yo en una
posición “purista” o meramente “legalista”, demasiado técnica…”idealista”, en
la que mi ilusión por la justicia y la aplicación irrestricta de la ley –fruto
de mi formación profesional- estuviera afectando la objetividad de mi posición.
Incluso he llegado a preguntarme si ¿en
realidad la labor de gobierno dada su complejidad, puede quedar sustraída de la
aplicación estricta de la ley? ¿o si la autoridad puede en determinados casos,
por cuestión de utilidad pública u “oportunidad” negociar su aplicación? ¿Qué
efecto sobre la credibilidad y la legitimidad de un gobierno tienen este tipo
de acciones?, entre otras.
Si analizas detenidamente la
realidad del estado te darás cuenta que en la base, más allá de los estallidos
meramente coyunturales -Cherán, Nueva
Jerusalén, CNTE, UMSNH, deuda pública, etc.-, subyace la necesidad de resolver problemáticas
estructurales añejas que parecen imposibles: calidad de la educación,
inseguridad –tanto ciudadana como jurídica-, desempleo, corrupción endémica,
falta de inversiones, desarrollo económico, procuración y administración de
justicia…en el fondo sigo creyendo que se trata de un tema de legalidad… de
construcción de un auténtico Estado de
Derecho…y eso por donde se vea implica una continua y permanente decisión de
aplicar la ley… siempre y bajo cualquier circunstancia. No puede existir un Estado de Derecho
intermitente… se es o no se es. No caben poses, el papel del Estado al cumplir
las leyes vigentes tiene una especial importancia, en primer lugar por que es
ese justamente el principal objetivo de la ley, acotar la actuación del estado
y del ejercicio del poder, además por la responsabilidad especialísima derivada
de su función de ejemplaridad frente a los gobernados.
Es imprescindible levantar la
vista y trascender la resolución de esos asuntos urgentes e inmediatos para pensar, analizar, debatir, socializar y
concretar la solución de fondo, más de mediano y largo plazo que permita
superar muchos de esos “bomberazos”…de impactar y cambiar la cultura imperante…en
eso estriba la diferencia entre los estadistas y los meros “apagafuegos”. Y
para cambiar la cultura, debemos empezar por hacer las cosas de manera
distinta…y eso implica diseñar, soñar y pensar soluciones creativas que
permitan superar real y eficazmente las dificultades. Sé que no es tarea fácil,
pero es indispensable y hay que hacerlo. Y los estadistas, en su gran mayoría,
fueron señalados en su tiempo como idealistas…
Al respecto te comparto que un
lector me comentó en las redes sociales: “eres un idealista, no vas a poder
cambiar las cosas solo”…creo que tienes toda la razón le contesté…pero estoy
convencido de que al menos por mí no quedará y si en el intento te convenzo a
ti de actuar de manera distinta y de cumplir la ley seremos dos sinvergüenzas
menos en Morelia, y en Michoacán y en México. No da lo mismo estar que no
estar…intentarlo que no intentarlo…si eso es ser un idealista…pues, lo soy, y
estoy seguro que muchos de ustedes…¡ también! y eso ya marca una diferencia muy
importante por lo que creo que no debemos cejar en nuestro empeño por
recordárselo a la autoridad.
http://agcussi.blogspot.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario