jueves, 6 de septiembre de 2012

“DOS SINVERGUENZAS MENOS: LEGALIDAD E IDEALISMO”


RES PUBLICAE
“DOS SINVERGUENZAS MENOS: LEGALIDAD E IDEALISMO”

La semana pasada tuve la oportunidad de compartir el desayuno con un importante funcionario del Gobierno de Michoacán, fue en realidad un momento muy grato. Sin duda  siempre es interesante conocer de viva voz la complejidad  de la vida política y social de un estado como el nuestro. En aquella mesa estaban presentes algunas otras personas en su mayoría ajenas al ajetreo y jaleo propios de la labor de gobierno, así como algunos abogados más, ocho en total. Me llamó poderosamente la atención que una vez que nuestro invitado terminó de enlistar y comentar los principales problemas, avances y atención que había dado la actual administración  a cada uno de ellos, en concreto al polémico asunto de la liberación de los estudiantes de la universidad que retuvieron y quemaron vehículos oficiales en abril pasado, del que argumentó había sido una buena negociación pese a las críticas de la opinión pública, los abogados presentes en la mesa lo felicitaron por dicha decisión. Cuando tocó mi turno, le comenté que yo había sido uno de los que públicamente (de manera técnica  a través de esta columna) había calificado como equivocada la actuación gubernamental, pues consideraba que el principal problema del estado –y base de otros muchos- es la falta de una cultura de legalidad y que el principal reto de esta administración sería el conjugar la legalidad con la gobernabilidad.

A partir de ese momento, he estado reflexionando sus argumentos y sobre si no estaba cayendo yo en una posición “purista” o meramente “legalista”, demasiado técnica…”idealista”, en la que mi ilusión por la justicia y la aplicación irrestricta de la ley –fruto de mi formación profesional- estuviera afectando la objetividad de mi posición. Incluso  he llegado a preguntarme si ¿en realidad la labor de gobierno dada su complejidad, puede quedar sustraída de la aplicación estricta de la ley? ¿o si la autoridad puede en determinados casos, por cuestión de utilidad pública u “oportunidad” negociar su aplicación? ¿Qué efecto sobre la credibilidad y la legitimidad de un gobierno tienen este tipo de acciones?, entre otras.

Si analizas detenidamente la realidad del estado te darás cuenta que en la base, más allá de los estallidos meramente coyunturales  -Cherán, Nueva Jerusalén, CNTE, UMSNH, deuda pública, etc.-,  subyace la necesidad de resolver problemáticas estructurales añejas que parecen imposibles: calidad de la educación, inseguridad –tanto ciudadana como jurídica-, desempleo, corrupción endémica, falta de inversiones, desarrollo económico, procuración y administración de justicia…en el fondo sigo creyendo que se trata de un tema de legalidad… de construcción de  un auténtico Estado de Derecho…y eso por donde se vea implica una continua y permanente decisión de aplicar la ley… siempre y bajo cualquier circunstancia. No  puede existir un Estado de Derecho intermitente… se es o no se es. No caben poses, el papel del Estado al cumplir las leyes vigentes tiene una especial importancia, en primer lugar por que es ese justamente el principal objetivo de la ley, acotar la actuación del estado y del ejercicio del poder, además por la responsabilidad especialísima derivada de su función de ejemplaridad frente a los gobernados.

Es imprescindible levantar la vista y trascender la resolución de esos asuntos urgentes e inmediatos  para pensar, analizar, debatir, socializar y concretar la solución de fondo, más de mediano y largo plazo que permita superar muchos de esos “bomberazos”…de impactar y cambiar la cultura imperante…en eso estriba la diferencia entre los estadistas y los meros “apagafuegos”. Y para cambiar la cultura, debemos empezar por hacer las cosas de manera distinta…y eso implica diseñar, soñar y pensar soluciones creativas que permitan superar real y eficazmente las dificultades. Sé que no es tarea fácil, pero es indispensable y hay que hacerlo. Y los estadistas, en su gran mayoría, fueron señalados en su tiempo como idealistas…

Al respecto te comparto que un lector me comentó en las redes sociales: “eres un idealista, no vas a poder cambiar las cosas solo”…creo que tienes toda la razón le contesté…pero estoy convencido de que al menos por mí no quedará y si en el intento te convenzo a ti de actuar de manera distinta y de cumplir la ley seremos dos sinvergüenzas menos en Morelia, y en Michoacán y en México. No da lo mismo estar que no estar…intentarlo que no intentarlo…si eso es ser un idealista…pues, lo soy, y estoy seguro que muchos de ustedes…¡ también! y eso ya marca una diferencia muy importante por lo que creo que no debemos cejar en nuestro empeño por recordárselo a la autoridad.

 

http://agcussi.blogspot.com


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