“SABER
CAMBIAR EL RUMBO SIN IR CONTRA
CORRIENTE”
Nadie puede negar que Michoacán tiene –y ha tenido
desde siempre, a pesar de los pesares- un encanto especial, un algo mágico, una
autenticidad que resalta, que atrae. Ezio Cussi, en sus “Memorias de un colono”
lo define como “tierra noble, hermosa, rica donde el hombre que tiene
verdaderos deseos de triunfar, tiene forzosamente que lograrlo, porque ella
reúne los elementos para satisfacer al más exigente, al más ambicioso…”
Sin
duda una de las características básicas y más retadoras para los michoacanos de
hoy ante la serie de acontecimientos de nuestra agitada realidad política y
social, es saber interpretar esa actitud y habilidad para leer los signos de
los tiempos y de las circunstancias que nos ha tocado vivir. En el fondo, ese es uno de los retos de cualquier ser
humano, saber entender la misión propia que le corresponde realizar con las
características personales y con las circunstancias espaciales y temporales que
son inherentes a su existencia, con la sabiduría y experiencia de no llegar a
“romper” o a imponer ideas o proyectos por la fuerza, sino lograr convencer
y mover a través del arrastre producido por la propia
experiencia y ejemplo de vida.
El
cambio que Michoacán requiere es un
cambio cultural…de mentalidad…paradigmático.
El
tener la capacidad de lograr y alcanzar los propios sueños por grandes que
parezcan implica espíritu de aventura y magnanimidad para encarar los retos que
un objetivo de esas dimensiones acarrea. Implica en última instancia un
compromiso vital que reclama congruencia con una altura de miras probada.
El
logro más importante a alcanzar en estos difíciles momentos… llegar a cambiar
los paradigmas vigentes; el no se puede,
el es imposible, el vas a fracasar y… todo ello, sin violentar las costumbres y
la dignidad de nuestros contemporáneos, sino más bien consolidando y cultivando
su amistad y la estima social. Siendo
realmente hombres de nuestro tiempo… con arrojo, ambición y capacidad para
afrontar el riesgo…demostrando aversión a los términos medios. ¡Eso es saber
cambiar el rumbo sin ir contra corriente!
Al
final queda en evidencia que, independientemente de las razones y los porqués
de la vida, es Michoacán una tierra que atrae, que responde, que castiga y que
premia…que modela el carácter, que forja… pero que exige una entrega total de
los hombres de su tiempo. Que exige que logremos cambiar su rumbo sabiendo
interpretar la realidad y los signos de los tiempos…sin romper… sin violentar…
sino más bien con el testimonio y congruencia de la propia vida. Eso lo
entendieron y demostraron muchos de nuestros antepasados en Michoacán ¡Y hoy
este apasionante estado nos lo reclama a nosotros!
@agcussi
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