“ANTE EL MICHOACÁN DE HOY, LA COMISIÓN ESTATAL
DE DERECHOS HUMANOS, TIENE EL DEBER Y COMPROMISO DE ASUMIR EL PROTAGONISMO
INSTITUCIONAL AL QUE ESTÁ LLAMADO”
Comparto con ustedes estimados lectores, que el día de ayer,
después del proceso de selección y comparecencia respectivo –junto a 3
destacados perfiles – protesté ante el Congreso del Estado como consejero
ciudadano de la Comisión Estatal de Derechos Humanos. Se trata de un cargo
honorífico para un período de 2 años que
entre otras responsabilidades, tiene la de fijar los lineamientos generales que debe seguir la Comisión Estatal de Derechos
Humanos en la materia de su competencia.
Reconozco el nombramiento como un
honor y una oportunidad de servir a Michoacán y a su gente y celebro la integración
de un consejo ciudadano en el que claramente se apuesta por una recarga
generacional de las instituciones (rasgo que se ha repetido en la integración
de otros órganos autónomos de Michoacán como el caso del Instituto Electoral y
en el Instituto de Transparencia y Acceso a la Información). Un consejo que de
inicio da muestras de apertura y de disposición para construir, de aportar su
talento para construir en pro de los derechos humanos de los michoacanos…que
invita a sumarse y a retomar las propuestas valiosas de los expertos y de los
defensores que participaron en el proceso de selección, a los consejeros
suplentes y a todos los ciudadanos que
así lo deseen, pues todos tenemos algo que aportar. ¡El reto apenas comienza!
No cabe duda que la percepción
ciudadana sobre la actuación de los organismos de derechos humanos no es del
todo halagadora… no se trata de un tema fácil. Los ciudadanos asocian la
defensa de los derechos humanos con la defensa de los delincuentes…es urgente
trabajar en revertir esa percepción y en ganar la confianza de la ciudadanía.
De ahí que una política de total apertura y transparencia absoluta del
funcionamiento de la comisión, así como una decidida, congruente e
independiente actuación tendiente a generar acciones predecibles por parte de
la autoridad, sean hoy, no una concesión de buena voluntad, sino un requisito
indispensable para recobrar su credibilidad y
autoridad. El poder de las instituciones depende de la confianza que se
deposita en ellas.
En referencia a la situación
actual de Michoacán, es necesario recalcar que la existencia de Estado de
Derecho está condicionada a la eficaz protección de los derechos humanos, y la
eficaz protección de estos requiere, sin duda, de las condiciones mínimas para
su realización que solo la vigencia del Estado de Derecho provee. Si no hay
orden, si no se cumple la ley, si no se abordan valientemente y con ánimo
constructivo los temas de fondo que
vulneran y sistematizan y justifican la violación de los derechos de terceros
para hacer valer los propios, no puede pensarse en el respeto de los derechos
humanos. Los derechos humanos constituyen la razón de ser del Estado de Derecho.
Es imperativo que la CEDH esté
presente en la generación de la agenda y de la opinión pública…en la formación
de los ciudadanos…en la generación de nueva cultura y en la construcción de los
nuevos paradigmas…no bastan las recomendaciones. Su función ha de condicionar
la actuación del gobierno, orientándolo además en todo momento a proyectar y
aterrizar en condiciones de bienestar común y acceso real a los ciudadanos los
derechos –y obligaciones- de que son titulares. Para ello se requiere una
agenda clara y ambiciosa que tenga siempre en la mira a las y los
michoacanos…desarrollar un plan de trabajo que privilegie la prevención a la
reacción…hay que llegar a tiempo a prevenir las violaciones de los
derechos…sobre todo si los diagnósticos y estudios ya tienen bien ubicados los
principales problemas en la materia.
En el fondo, creo que el reto
fundamental será que la Comisión Estatal de Derechos Humanos reconozca y asuma
el rol institucional que le impone la realidad política y social de Michoacán
como corresponsable en la construcción y vigencia de un real estado de derecho.
Eso conlleva necesariamente el rompimiento de paradigmas y la necesidad de
dotar de contenido y significado su función. Implica recobrar su natural
protagonismo, recuperar la confianza ciudadana, en definitiva… ganar en “autoridad”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario