“DESPUÉS DE LA TORMENTA…REPENSAR A MICHOACÁN”
Sumidos en una
realidad tormentosa que da signos de ceder y que nos ha enfrentado como
michoacanos a la cruda verdad, haciéndonos aceptar ayuda para curar la herida y
su putrefacción. Realidad compleja que a través de los ojos del país y del
mundo nos han permitido vernos de manera distinta, quizá con mayor valentía y
amplitud. A través de los otros hemos podido constatar su dimensión. Instituciones
básicas muy debilitadas, principios y códigos de conducta difusos y complejos… los
“heridos”, muchos. La autoridad…nula.
Más allá del análisis político o
jurídico del tema, del que se ha escrito suficiente, quisiera plantearte la
inmensidad del reto y de la misión que como ciudadanos tenemos delante de cara
a la reconfiguración de nuestro estado ante la intervención del Gobierno
Federal.
Habrá que aprovechar los
apoyos…los que sean y de donde sean…muchos o pocos. Pero siempre teniendo claro
que esa ayuda extraordinaria -que incluso podría rayar en la intromisión- debe
ser transitoria por su carácter subsidiario. Solo en tanto se resuelven las
condiciones más urgentes y apremiantes.
La “normalización” de la vida social
se irá dando gradualmente, pero implicará una labor personal y comunitaria muy
profunda. Sin embargo, siempre después de los períodos de crisis, de tormenta,
viene la calma…un período este, sumamente valioso para reflexionar sinceramente
y corregir el rumbo, para evaluar, soñar con nuevos derroteros y concretar los
cambios a través de la siembra de las semillas que nos permitirán cosechar
frutos futuros. Tiempo que abre oportunidades estupendas para reconstruir –que
no empezar de cero-, retomando lo esencial.
Es importante ir desterrando del
imaginario colectivo la idea de la
“salvación externa”. Michoacán requiere que sus instituciones, sus leyes y sus
ciudadanos, funcionen por sí mismos. Debe quedar claro que vivimos una
situación excepcional de descomposición que no puede repetirse nunca más. Que
hoy los michoacanos queremos reescribir nuestra historia, que estamos decididos
y dispuestos a esforzarnos para tener orden, progreso y paz…y que lo lograremos,
pues lo hemos demostrado en otras ocasiones. Que reconocemos la magnitud del
problema y que al mismo tiempo visualizamos la amplitud de las oportunidades.
Ante ello es necesario fortalecer
nuestras instituciones, y eso significa pensar qué estado queremos a mediano y
largo plazo, qué instituciones consolidar…qué tipo de líderes apoyar…qué parte
de la historia queremos retomar…
Pensar en la necesidad de apostar
a la formación de nuevos líderes sociales y de la nueva generación de
gobernantes…
Estar abiertos a nuevas ideas…al
cambio de paradigmas. Pensar cómo dotar de autoridad y legitimidad lo que hoy
luce indigno y manchado…Cómo dignificar
un Michoacán que ha sido calificado como narco estado o estado fallido…que hoy
está mancillado pero con la esperanza puesta en el futuro. Pensar cómo volver a
tener confianza en Michoacán…repensarlo.
Sería un desperdicio desaprovechar
las circunstancias actuales sin apostar al cambio cultural que aspire a superar
los paradigmas que hoy nos han llevado a tocar fondo como estado.
Es momento de afrontar la
reconstrucción de Michoacán, y para ello es esencial revalorar, recordar y refrendar
en la práctica de la vida diaria, el significado de conceptos esencialmente
ciudadanos como: respeto, compromiso, unidad, diálogo, visión, comunidad,
participación, paz, esfuerzo, honor, generosidad, honradez,
orden…legalidad…legalidad…legalidad, etc.
No hay comentarios:
Publicar un comentario