viernes, 30 de mayo de 2014

“POLÍTICOS CIUDADANOS. FRUTO DESEABLE DE LA REFORMA POLÍTICA”



“POLÍTICOS CIUDADANOS. FRUTO DESEABLE DE LA REFORMA POLÍTICA”

Uno de los grandes pendientes de nuestro país era sin duda, la adecuación de su plataforma y andamiaje institucional a las necesidades políticas y sociales  propias de la realidad. Habíamos iniciado la transición política en el año 2000 y catorce años después no habíamos podido concretarla con la modificación constitucional correspondiente. Es decir, logramos un cambio de grupo y partido en el poder, pero no cambiamos de fondo las reglas  y procedimiento para ejercerlo. La transición política quedó trunca pues los nuevos actores que traían el aval ciudadano no contaban con las herramientas necesarias para enfrentar una realidad política muy distinta para las que habían sido concebidas originalmente. Lo que –entre otras cosas- ha llevado a un desgaste muy fuerte de las principales instituciones políticas del país en su actuar diario.

Es  por ello que la noticia de la aprobación de la Reforma Política fue en su momento, motivo de gran entusiasmo y esperanza, sobre todo en lo que a participación ciudadana se refiere. Si quiere verse así, fue una transfusión ciudadana al torrente sanguíneo del sistema político mexicano. Por fin, figuras como las candidaturas independientes, las consultas populares a través del referéndum y el plebiscito, la iniciativa popular y la preferente del ejecutivo, reelección de alcaldes y legisladores serían contempladas en nuestro entramado constitucional.

Sin embargo, la que creo es la reforma estelar por la importancia del papel protagónico que desarrolla, es la que se refiere a la reelección legislativa, y la semana pasada fue incorporada a la Constitución de Michoacán.

Hoy se abre la posibilidad a que los legisladores sean reelectos hasta por cuatro ocasiones. Es una figura que ayudará realmente a revalorizar y vitalizar el cargo legislativo, privilegiando su profesionalización y generando nexos muy profundos de relación entre los electores y sus representantes.  Es de hecho un parteaguas que permite redistribuir el poder en la relación representativa entre ambos, dándole el orden adecuado, es decir, en primer lugar el representado y luego el representante como receptor de un mandato de gran responsabilidad. Ahora será facultad ciudadana el decidir quién se queda y quién se va. Los representantes estarán realmente preocupados por regresar a sus distritos y rendir cuentas claras y efectivas de su actuación, como de igual manera los partidos políticos, por la necesidad de permanecer en el gusto ciudadano tenderán naturalmente a buscar más y mejores cuadros que verdaderamente representen los intereses y el sentir de los ciudadanos.

Es un avance que debe recibirse con gran beneplácito pues marcará un hito por ser  una demanda y exigencia ciudadana añeja. Se trata de una de las reformas más importantes y con mayor trascendencia para el sistema político-institucional de nuestro estado. Un gran paso hacia la consolidación  de nuestra  democracia que fortalece enormemente el papel de la ciudadanía a partir de la incorporación de figuras que fomentan la exigencia y control de sus representantes, lo que se suma a su participación inmediata en la arena política a través de las candidaturas ciudadanas.


Se trata de una reforma estructural que debió haber salido hace ya muchos años, pensada y repensada, estudiada, comentada y vuelta a comentar… Es importante este primer paso, esperemos que sea el principio de muchos. Estoy seguro que así será ya que se abren las puertas del quehacer político para que los ciudadanos entremos y dejemos nuestra marca particular en el ejercicio del mismo. Es la oportunidad que estábamos esperando, es un hecho que la política es tan importante que no podemos dejarla en manos de los <políticos de siempre>, no perdamos más tiempo, es preciso estar listos y preparados para entrar de lleno…. México y Michoacán lo reclaman. Demostremos que el verdadero cambio  tiene rostro ciudadano, auténticos <políticos ciudadanos>. ¿Estás listo?



viernes, 23 de mayo de 2014

“EL SUEÑO MICHOACANO: SI NO ES AHORA, ¿CUÁNDO?”




“EL SUEÑO MICHOACANO: SI NO ES AHORA, ¿CUÁNDO?”

Soy un firme convencido de que los mejores tiempos de Michoacán están por venir. No por sostenerlo, desconozco la gravedad de la situación actual ni el esfuerzo y el tiempo que su reconstrucción requerirá.  Nunca como hoy se abren posibilidades inmensas de participación, de colaboración, de tomar la ruta del Michoacán que siempre hemos soñado.

La ilusión de saberse protagonista…de participar activamente en la reconstrucción y reconfiguración de las instituciones de un estado con tantas deudas históricas con su gente, implica un enorme compromiso y un reto inmenso. El momento es inigualable y requiere de la respuesta generosa  y sensata de todos.
Pero habrá que tener cuidado. La situación institucional y política es muy endeble todavía y en poco tiempo se verá sometida a un desgaste profundo derivado del proceso electoral que se avecina. Es importante tener el rumbo y  los objetivos claros para no perderse en el torbellino.

 Saber a dónde y cómo se quiere llevar al estado. Pensar a futuro…de manera estratégica, integral…global. Eficiente y efectiva…con visión y altura de miras. Hay ideas y proyectos…hay ganas y optimismo. Hay muchos ciudadanos capaces y comprometidos…pero sobre todo hay un sueño de muchos michoacanos que no han tenido voz, que han sido ignorados, que anhelan un mejor y más justo destino, y que hoy deben ser representados, atendidos y considerados.

Como ciudadanos debemos aprovechar esta oportunidad. Es momento de concretar la renovación de la clase política, de apostar por los mejores michoacanos y michoacanas…de impregnar el quehacer público sello  No hay lugar para medianías ni improvisaciones. Es el tiempo de comprometerse. En la próxima administración y legislatura estatal se jugará –literalmente- la viabilidad y el futuro inmediato de Michoacán, es imprescindible sentar las bases y cimientos de manera muy sólida.

Para ello se requiere ir pensando y preparando los temas de la agenda pública que deberán concretarse en las reformas que coloquen al estado en la senda del orden y del progreso que siempre hemos anhelado.
Viene un mediano plazo  que requerirá del ingenio, entrega y pasión incondicional de sus ciudadanos. Michoacán es hoy más que nunca tan atractivo como apasionante e invita a realizar su sueño…si no es ahora, ¿cuándo?
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miércoles, 21 de mayo de 2014

“HAY OTROS CAMINOS”


 “HAY OTROS CAMINOS”

A escasos cincuenta metros de la caseta de peaje de Paníndicuaro en la autopista de Occidente, una de las más importantes de México -simplemente la que conecta a las dos principales y más grandes ciudades de este país-, un retén de la Policía Federal, unos solicitan celosamente a los choferes y operadores de tráileres que hacen fila, todos sus documentos. La revisión es exhaustiva.  Otros, la mayoría se limitan a observar. A un lado estacionados, dos autobuses de línea, obstruyendo el acotamiento.  Al llegar se acercan un par de jóvenes de buena apariencia quienes amablemente nos informan que la caseta esta “tomada” y que permiten el paso previo pago de cien pesos (en lugar de los ciento noventa que se cobran oficialmente) que son la cooperación para la organización de los festejos de aniversario de su institución.

Así es de paradójica la realidad michoacana…mientras en un extremo se combate frontalmente la ilegalidad, en el otro se tolera…se transige…a unos se les piden sus papeles mientras que a otros se les permite recurrir a actividades ilegales flagrantemente. Hoy existen, de acuerdo a la cámara de autotransportes, más de dos mil denuncias por secuestro de autobuses. Es absurdo y al mismo tiempo muy doloroso. Hemos creado un sistema que malea a la gente, a nuestros jóvenes…nuestro futuro. No hemos tenido la capacidad de mostrarles que existen otros caminos para resolver conflictos y progresar dignamente. No hemos forjado instituciones, hemos consentido formas de vida.

Efectivamente como sociedad michoacana nos hemos equivocado…sin duda hoy aplaudimos la decisión del Gobierno Federal para combatir la inseguridad y retomar el control del estado, pero debemos también levantar la voz para solicitar congruencia y consistencia en la estrategia.

Todos queremos el fin…pero debemos tener cuidado con los medios. Queremos seguridad pero no a costa de lo que sea…no tapando un hoyo para abrir otros…mucho menos poniendo en entredicho el propio orden jurídico que pretendemos afianzar. El Estado de Derecho se construye, se fortalece y se mantiene a través de la actuación ordinaria y requiere de la voluntad política y la congruencia pragmática de todos, de sociedad y gobierno.

 El momento actual requiere que la estrategia sea integral y que se ejecute pensando en el mediano y largo plazo. Que las acciones tomadas fortalezcan el estado y sus instituciones…la visión policíaca debe ceder a la del estadista. Unificar, reconstruir, renovar… Michoacán debiera ser visto no en compartimentos estancos sino como fruto de las acciones que hoy se emprendan. El orden y el Estado de Derecho son consecuencia inmediata de la seguridad, sin duda. Pero no se da una sin lo otro. Actuando así se genera un cambio cultural, de lo contrario solo un orden forzado, supervisado, simulado…tan frágil que en cuanto no se está, se cae.

Lo que no se ha entendido es que el hecho de poner orden no puede desvincularse de fortalecer las instituciones. Se vive una especie de esquizofrenia realmente perniciosa, una auténtica guerra fría. Por un lado una desconfianza absoluta –ganada ciertamente a pulso- de parte del equipo federal hacia la estructura estatal y grandes estamentos de la sociedad. Sí, urge limpiar la casa ya, y pensar en lo que ahora viene, que serán los mejores tiempos del estado, pero sin olvidarnos de que las acciones presentes son el fundamento de la realidad futura y que requieren se solución de continuidad…Michoacán no será otro de la noche a la mañana, esperar que el puro control nos permita consolidar nuestro Estado de Derecho es una falacia.


Considero que gran parte de la responsabilidad de nosotros como ciudadanos será el hacer ver y demostrar a todos…a los normalistas, a las autoridades y a nosotros mismos que en verdad existen otros caminos… y que debemos empezar a recorrerlos juntos.


viernes, 2 de mayo de 2014

“ESTAR AHÍ”



“ESTAR AHÍ”

Durante la semana, tuvimos la oportunidad de realizar –como consejo de la CEDH- un ejercicio novedoso. A solicitud del presidente, se nos presentaron a opinión consultiva del consejo dos asuntos relacionados con quejas sobre violación de derechos humanos. La relevancia del caso estribaba supuestamente, en que los probables responsables de los actos violatorios era personal de la propia comisión. Se nos entregaron sendos expedientes de cientos de cuartillas para su estudio. Con la intención de tener conocimiento directo del asunto, solicitamos se citara a las partes para escuchar la postura de cada una de ellas. El Consejo emitiría opinión sobre la responsabilidad o no del personal de la comisión, no sobre la resolución que había dictado la CEDH para atender el fondo del asunto.

Así, comparecieron por separado los ciudadanos quejosos y el personal de la comisión, y tuvimos oportunidad de conocer de viva voz sus problemáticas, las amenazas sufridas, el desinterés y desatención de las autoridades responsables… Sin duda problemas reales, pero sobre los cuales no estábamos decidiendo…pues las quejas que resolvíamos fueron aceptadas y orientadas hacia la posible responsabilidad del personal de la CEDH por cuestiones meramente procedimentales.

Sobre ambas quejas opinamos que no había lugar para emitir recomendación. Eran notoriamente improcedentes y no debieron haberse admitido nunca…los ciudadanos debieron ser orientados y canalizados hacia otras vías, pero fueron utilizados…

Es triste percatarse que instituciones tan nobles derrochen esfuerzos y recursos –muy limitados por cierto- para dirimir conflictos y pugnas internas, perdiendo de vista su principal razón de ser, que es el propio ciudadano. Este es, sin duda, un pequeño ejemplo pero que refleja fielmente la realidad institucional de Michoacán.

Las instituciones se mantienen en una dinámica y en una lógica distintas a la de los ciudadanos, que en muchos casos parecieran ir en sentidos opuestos generando desconfianza e incredulidad ante la escasa eficacia para procesar y resolver las exigencias y verdaderos problemas. En el fondo, existe una disociación entre los intereses de poder público y la de los ciudadanos…una falta de acuerdo en el objetivo y los fines que perseguimos, en la que debiera ser nuestra meta común. No hablamos el mismo lenguaje.
La autoridad ha perdido la sensibilidad ante la exigencia ciudadana de justicia, de atención, de sentirse tomado en cuenta y respetado…y los ciudadanos que reclamamos atención, respeto…soluciones…y que muy en el fondo propugnamos por identidad, hemos perdido la sensibilidad, por apatía o por desencanto, de implicarnos personalmente para cambiar nuestra realidad.

Ante ello, es necesario dar acompañamiento permanente a los ciudadanos… Fortalecer de tal manera al Estado que nos sintamos arropados o protegidos por él. Que nos sepamos aliados y actuemos como corresponsables en la vital tarea de conseguir el bien común. No en un sentido absorbente –estatista- , sino en la justa y mínima medida para que nos identifiquemos con nuestras instituciones. Hace falta que volvamos a confiar…que nos impliquemos.

Uno de los principales problemas estructurales del estado es la falta de identidad. Es evidente. Ante el escenario actual quién puede sentirse orgulloso o identificarse con las instituciones….al contrario, hay un sentimiento de repulsión y de rechazo…la acción política se reduce así a la resignación, aceptación y sufrimiento de una realidad dada. Sin embargo, estoy seguro que hoy Michoacán está cambiando para bien. El futuro inmediato de nuestro estado nos presenta un escenario impresionante y una oportunidad histórica para recomenzar, para reconstruir y reconformar esas instituciones.


¿Queremos sentirnos identificados con nuestras instituciones michoacanas?, pues conformémoslas o logremos permearlas con nuestra particular identidad netamente ciudadana… ¡y para eso no hay otra que estar ahí!