miércoles, 21 de mayo de 2014

“HAY OTROS CAMINOS”


 “HAY OTROS CAMINOS”

A escasos cincuenta metros de la caseta de peaje de Paníndicuaro en la autopista de Occidente, una de las más importantes de México -simplemente la que conecta a las dos principales y más grandes ciudades de este país-, un retén de la Policía Federal, unos solicitan celosamente a los choferes y operadores de tráileres que hacen fila, todos sus documentos. La revisión es exhaustiva.  Otros, la mayoría se limitan a observar. A un lado estacionados, dos autobuses de línea, obstruyendo el acotamiento.  Al llegar se acercan un par de jóvenes de buena apariencia quienes amablemente nos informan que la caseta esta “tomada” y que permiten el paso previo pago de cien pesos (en lugar de los ciento noventa que se cobran oficialmente) que son la cooperación para la organización de los festejos de aniversario de su institución.

Así es de paradójica la realidad michoacana…mientras en un extremo se combate frontalmente la ilegalidad, en el otro se tolera…se transige…a unos se les piden sus papeles mientras que a otros se les permite recurrir a actividades ilegales flagrantemente. Hoy existen, de acuerdo a la cámara de autotransportes, más de dos mil denuncias por secuestro de autobuses. Es absurdo y al mismo tiempo muy doloroso. Hemos creado un sistema que malea a la gente, a nuestros jóvenes…nuestro futuro. No hemos tenido la capacidad de mostrarles que existen otros caminos para resolver conflictos y progresar dignamente. No hemos forjado instituciones, hemos consentido formas de vida.

Efectivamente como sociedad michoacana nos hemos equivocado…sin duda hoy aplaudimos la decisión del Gobierno Federal para combatir la inseguridad y retomar el control del estado, pero debemos también levantar la voz para solicitar congruencia y consistencia en la estrategia.

Todos queremos el fin…pero debemos tener cuidado con los medios. Queremos seguridad pero no a costa de lo que sea…no tapando un hoyo para abrir otros…mucho menos poniendo en entredicho el propio orden jurídico que pretendemos afianzar. El Estado de Derecho se construye, se fortalece y se mantiene a través de la actuación ordinaria y requiere de la voluntad política y la congruencia pragmática de todos, de sociedad y gobierno.

 El momento actual requiere que la estrategia sea integral y que se ejecute pensando en el mediano y largo plazo. Que las acciones tomadas fortalezcan el estado y sus instituciones…la visión policíaca debe ceder a la del estadista. Unificar, reconstruir, renovar… Michoacán debiera ser visto no en compartimentos estancos sino como fruto de las acciones que hoy se emprendan. El orden y el Estado de Derecho son consecuencia inmediata de la seguridad, sin duda. Pero no se da una sin lo otro. Actuando así se genera un cambio cultural, de lo contrario solo un orden forzado, supervisado, simulado…tan frágil que en cuanto no se está, se cae.

Lo que no se ha entendido es que el hecho de poner orden no puede desvincularse de fortalecer las instituciones. Se vive una especie de esquizofrenia realmente perniciosa, una auténtica guerra fría. Por un lado una desconfianza absoluta –ganada ciertamente a pulso- de parte del equipo federal hacia la estructura estatal y grandes estamentos de la sociedad. Sí, urge limpiar la casa ya, y pensar en lo que ahora viene, que serán los mejores tiempos del estado, pero sin olvidarnos de que las acciones presentes son el fundamento de la realidad futura y que requieren se solución de continuidad…Michoacán no será otro de la noche a la mañana, esperar que el puro control nos permita consolidar nuestro Estado de Derecho es una falacia.


Considero que gran parte de la responsabilidad de nosotros como ciudadanos será el hacer ver y demostrar a todos…a los normalistas, a las autoridades y a nosotros mismos que en verdad existen otros caminos… y que debemos empezar a recorrerlos juntos.


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