“POLÍTICOS CIUDADANOS. FRUTO DESEABLE DE LA
REFORMA POLÍTICA”
Uno de los
grandes pendientes de nuestro país era sin duda, la adecuación de su plataforma
y andamiaje institucional a las necesidades políticas y sociales propias de la realidad. Habíamos iniciado la
transición política en el año 2000 y catorce años después no habíamos podido
concretarla con la modificación constitucional correspondiente. Es decir,
logramos un cambio de grupo y partido en el poder, pero no cambiamos de fondo
las reglas y procedimiento para
ejercerlo. La transición política quedó trunca pues los nuevos actores que
traían el aval ciudadano no contaban con las herramientas necesarias para
enfrentar una realidad política muy distinta para las que habían sido
concebidas originalmente. Lo que –entre otras cosas- ha llevado a un desgaste
muy fuerte de las principales instituciones políticas del país en su actuar
diario.
Es por ello que la noticia de la aprobación de
la Reforma Política fue en su momento, motivo de gran entusiasmo y esperanza,
sobre todo en lo que a participación ciudadana se refiere. Si quiere verse así,
fue una transfusión ciudadana al torrente sanguíneo del sistema político
mexicano. Por fin, figuras como las candidaturas independientes, las consultas
populares a través del referéndum y el plebiscito, la iniciativa popular y la
preferente del ejecutivo, reelección de alcaldes y legisladores serían
contempladas en nuestro entramado constitucional.
Sin embargo, la que creo es la
reforma estelar por la importancia del papel protagónico que desarrolla, es la
que se refiere a la reelección legislativa, y la semana pasada fue incorporada
a la Constitución de Michoacán.
Hoy se abre la posibilidad a que
los legisladores sean reelectos hasta por cuatro ocasiones. Es una figura que
ayudará realmente a revalorizar y vitalizar el cargo legislativo, privilegiando
su profesionalización y generando nexos muy profundos de relación entre los
electores y sus representantes. Es de
hecho un parteaguas que permite redistribuir el poder en la relación
representativa entre ambos, dándole el orden adecuado, es decir, en primer
lugar el representado y luego el representante como receptor de un mandato de
gran responsabilidad. Ahora será facultad ciudadana el decidir quién se queda y
quién se va. Los representantes estarán realmente preocupados por regresar a
sus distritos y rendir cuentas claras y efectivas de su actuación, como de
igual manera los partidos políticos, por la necesidad de permanecer en el gusto
ciudadano tenderán naturalmente a buscar más y mejores cuadros que
verdaderamente representen los intereses y el sentir de los ciudadanos.
Es un avance que debe recibirse
con gran beneplácito pues marcará un hito por ser una demanda y exigencia ciudadana añeja. Se trata
de una de las reformas más importantes y con mayor trascendencia para el
sistema político-institucional de nuestro estado. Un gran paso hacia la
consolidación de nuestra democracia que fortalece enormemente el papel
de la ciudadanía a partir de la incorporación de figuras que fomentan la
exigencia y control de sus representantes, lo que se suma a su participación
inmediata en la arena política a través de las candidaturas ciudadanas.
Se trata de una reforma
estructural que debió haber salido hace ya muchos años, pensada y repensada,
estudiada, comentada y vuelta a comentar… Es importante este primer paso,
esperemos que sea el principio de muchos. Estoy seguro que así será ya que se
abren las puertas del quehacer político para que los ciudadanos entremos y
dejemos nuestra marca particular en el ejercicio del mismo. Es la oportunidad
que estábamos esperando, es un hecho que la política es tan importante que no
podemos dejarla en manos de los <políticos de siempre>, no perdamos más
tiempo, es preciso estar listos y preparados para entrar de lleno…. México y
Michoacán lo reclaman. Demostremos que el verdadero cambio tiene rostro ciudadano, auténticos
<políticos ciudadanos>. ¿Estás listo?
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