sábado, 31 de enero de 2015

“DESESPERANZA CRÓNICA”


“DESESPERANZA CRÓNICA”

    Es un hecho que hoy en México -en unos estados más que en otro-, se percibe un ambiente de temor, desesperanza y pesimismo, de cierta frustración  generalizada. Ante él, nos hemos replegado y refugiado renunciando a muchas de las características básicas y esenciales de la vida en común.

La muerte, la violencia y la corrupción son temas comunes y recurrentes en todos lados. Los medios de comunicación retransmiten constantemente noticias en ese sentido. Son parte habitual de nuestras conversaciones y de nuestra manera de afrontar la vida. Nos hemos acostumbrado a ellas y conforme pasa el tiempo la insensibilidad nos invade. La idea de que las cosas no van a cambiar, por lo menos en el corto plazo, impregna el ambiente de franco fatalismo.

Es tiempo de dejar las orillas y arriesgarse. De responder con valentía…de salir. Cualquier iniciativa que se emprenda para mejorar nuestra complicada realidad social y política  debe considerar la necesidad de desintoxicarse…de cambiar de aires. De combatir esa enfermedad producida por el encierro y la comodidad de aferrarnos a nuestras propias seguridades. De vencer la resistencia a la introversión y a la tentación a huir refugiándonos en nuestra propia visión del mundo…a una visión que parte y termina en nosotros mismos…una visión autoreferente.

Debemos tener la suficiente humildad social para escucharnos unos a otros y complementarnos en nuestra captación parcial de la realidad…Todos tenemos algo que aportar, pues ese punto de vista enriquece y dota de realismo y eficacia los esfuerzos para reconstruir nuestra sociedad desde los mismos cimientos. Cualquier otra solución a estas alturas resulta estéril.

Sin embargo hay que tener presente que una postulación de los fines sociales, sin una adecuada búsqueda comunitaria de los medios para alcanzarlos, es un ejercicio que está necesariamente condenado a convertirse en una mera fantasía.

Los esfuerzos gubernamentales olvidan en aras de la técnica de las políticas públicas, que el éxito en la reconstrucción del tejido social como estrategia de paz y orden,  implica ir más allá, pues impacta a comunidades y a personas concretas…su eficacia presupone ser con los demás y para los demás. Solo en esa medida lograremos retomar el camino hacia una auténtica convivencia basada en la tolerancia y el respeto.


sábado, 24 de enero de 2015

LA ETERNA AUTOJUSTIFICACIÓN DE MICHOACÁN: POLÍTICA “OJALATERA”



LA ETERNA AUTOJUSTIFICACIÓN DE MICHOACÁN: POLÍTICA “OJALATERA”

La salida de Alfredo Castillo de Michoacán tiene múltiples lecturas. Para ser objetivos hay que valorarlas todas... Hoy hay cierta mejoría, sí, desde el punto de vista estrictamente policial…hubo abatimientos, detenciones…muchas…Socialmente, inestabilidad y dolor… manipulación…administración de la miseria y de la necesidad. Atraso…prehistoria. Institucionalmente un verdadero desorden…nuevamente se apostó a la salida rápida, al efecto inmediato que privilegia el éxito fugaz de una misión que se asume temporal, cortoplacista…inmediatista…y Michoacán es fondo.

El estado está sumido en una espiral de eterna auto-justificación…se justifica el fracaso de los de aquí y de los aquí vienen, se hace apología  permanente de la mediocridad y del fracaso de toda iniciativa ajena…nos inventamos sistemas y modos…

Ojalá existiera coordinación entre los distintos niveles de gobierno, ojalá la Federación nos rescatara financieramente, ojalá el próximo gobernante resolviera los problemas más sentidos…ojalá no hubiera más marchas y manifestaciones, ojalá el pueblo michoacano fuera distinto…ojalá no fuéramos tan violentos…ojalá Castillo se vaya…ojalá ya no regrese… ¡Real y absoluta política ojalatera!

Una cosa queda clara, Michoacán no será reconstruido si los propios michoacanos no queremos. Venga quien venga…se vaya quien se vaya. Nuestro estado se encuentra penosamente anclado al pasado y esperanzado en ser rescatado permanentemente…desde afuera, por otros…no hemos querido asumir ni aceptar el compromiso personal y social que supone su reconfiguración. Hoy se ha ido Alfredo Castillo…y en próximas fechas Salvador Jara, y vendrán otros…como han llegado y se han ido secretarios y burócratas…es indispensable dejar de justificarnos personal  y colectivamente… Michoacán no cambiará si nosotros no cambiamos primero. El estado no es distinto a los grupos y personas que lo conformamos, sus instituciones son solo un reflejo. Debemos dejar de justificarnos y asumir la responsabilidad del cambio... dejar de esperar de manera ilusa que vendrán otros a hacer lo que hoy históricamente nos corresponde.

Es necesario y urgente –no es optativo- saber leer las circunstancias, pero ya, no mañana…es menester abandonar la política “ojalatera”, dejar de pensar en que las cosas debieran ser distintas, reconocer con una visión realista que las circunstancias actuales son las que son  y acometer con responsabilidad el auténtico cambio…primero las personas y después las instituciones, pensando siempre en la permanencia y a mediano plazo. Nuevamente se presenta la coyuntura y la oportunidad de asumir una especie de normalidad que la figura del comisionado ensombrecía con un clima de provisionalidad y de excepción de facto.


Debemos reconocer  que, efectivamente el cambio es, y debe ser de los michoacanos y para los michoacanos, y que, ante nuestra ausencia y eterna autojustificación han tenido que venir otros que hoy se van…La pregunta es ¿hasta cuándo?

sábado, 17 de enero de 2015

“MICHOACÁN: UN PROYECTO COMÚN”




“MICHOACÁN: UN PROYECTO COMÚN”


A estas alturas resulta evidente dadas las circunstancias, la necesidad de replantearnos la viabilidad de Michoacán como comunidad y como pueblo. Las diferencias y las dificultades de nuestra convivencia social así lo reclaman. El actual momento de crisis social e institucional debe movernos a pensar en una cultura que, privilegiando el diálogo como forma de encuentro, permita alcanzar los consensos y acuerdos necesarios para la construcción de un proyecto común que no pierda de vista la constante preocupación por una sociedad ordenada, justa y sin exclusiones.

Iniciar un proceso de estas características requiere reconocer con humildad que los principales protagonistas y responsables históricos somos los propios michoacanos y nuestra cultura. No solo la clase política o gobernante, ni los empresarios ni los grupos, ni los sindicatos, ni las élites… Michoacán no puede ser el proyecto de unos pocos. Si se le piensa como proyecto común, debe consistir en un acuerdo para vivir juntos…¡todos!...un verdadero pacto social y cultural. Un auténtico pueblo que conjugando la pluralidad logre armonizar las diferencias naturales hacia un objetivo compartido.

Implica también trascender la mera coyuntura actual interpretándola y situándola en su justa dimensión histórica…trabajar a largo plazo sin esperar desesperadamente resultados inmediatos, sabiendo que lo importante es generar procesos que construyan pueblo…que construyan plenitud para los que hoy estamos y para los que mañana estarán.
Ante esta difícil realidad que vivimos no caben posiciones comodinas o cobardes que ignoren o que trancen…mucho menos que se amolden. Hemos de reconocer el conflicto y asumirlo, sin quedar atrapado en el mismo para evitar perder la perspectiva o agostar nuestros horizontes…Estamos llamados a superarlo, a transformarlo… ¡a resolverlo! en un plano superior que permita conservar las virtudes de todas las partes en pugna…convocando…edificando…arrastrando…sabiendo descubrir en ello el bien mayor que nos beneficiará a todos.

Este esfuerzo de ninguna manera acepta desarraigos…presupone su anclaje en nuestra propia historia y compromisos personales en nuestro propio tiempo, sin idealismos…incorporando a todos, pero preservando su originalidad y particularidad.


Hacer de Michoacán un proyecto común no se logrará con elogiosos ni emotivos discursos políticos que señalan desde fuera -teniendo como referencia los propios intereses- lo que debe hacerse…ni con simples críticas pesimistas que alimentan el sobrediagnóstico sin visos de compromiso personal…sino cuando nos decidamos a correr el riesgo de encontrarnos  cara a cara con los otros michoacanos…cuando nos dejemos interpelar de verdad por su dolor y sus reclamos…por sus sueños e ilusiones…decidiéndonos a actuar en consecuencia. Ese día, y solo ese día podremos decir nuevamente que  Michoacán es un proyecto común: un auténtico pueblo.


sábado, 10 de enero de 2015

“POBREZA EXISTENCIAL MICHOACANA”


“POBREZA EXISTENCIAL MICHOACANA”

    Los números de Michoacán en materia de pobreza no son para nada alentadores, incluso resultan contradictorios –hasta ofensivos- dada la contrastante riqueza de este noble estado. De acuerdo a las cifras oficiales, más del 54 % de los michoacanos vive en situación de pobreza, 39.9% de tipo moderada y 14.4% extrema. Mientras que un 30.7% de su población se encuentra clasificada como vulnerable y por tanto expuesta a engrosar las estadísticas de pobreza en cualquier momento. Además la entidad ocupa el nada honroso sexto lugar a nivel nacional en el rubro de rezago social.

Esta semana, en un interesantísimo análisis, escuché a Jorge Traslosheros hablar de Michoacán como un estado en el que se conjuntaban peligrosamente dos tipos de pobreza: la social y la existencial. La social caracterizada por los datos duros en términos económicos…la existencial, por la pérdida de referentes e instituciones comunitarias básicas…familia, legalidad, estado, bien común, respeto por la vida, etc. Sin duda estas dos caras de la pobreza, sumadas al clima de impunidad, injustica y corrupción rampante nos han sumido en una posición de descomposición social y política sin precedentes.

Ante este panorama se vuelve urgente insistir en una estrategia que tienda a la promoción integral de las personas, que aspire a la prosperidad a la que tenemos derecho los michoacanos… que contemple educación, acceso a la salud y especialmente oportunidades de trabajo. Una estrategia que se centre en la dignidad de los ciudadanos. Para ello necesitamos autoridades con la visión y coraje necesarios para trascender el interés político y el mero asistencialismo… que vean realmente por los otros impulsando e incentivando los cambios. 

Si no es así no habrá policías, armas ni recursos suficientes que permitan la viabilidad de nuestro estado. Es imprescindible que lo entiendan las autoridades, las actuales y las próximas…pero sobre todo nosotros los ciudadanos… hoy nadie está exento de ver por el bien de los más necesitados y por la construcción de nuestro futuro inmediato.

Los hechos de Apatzingán y la Ruana evidencian con tristeza el nulo avance en ese sentido. Los 44 detenidos por los hechos de Apatzingán no superan en promedio los 30 años de edad… En Michoacán no estamos atacando las causas estructurales de la inequidad y de la exclusión que son en gran medida la raíz de nuestros males sociales. No estamos fortaleciendo las instituciones ni generando las oportunidades requeridas para que nuestra realidad sea otra. Las armas y la represión violenta, más que aportar soluciones crean nuevos y peores conflictos.

Es necesario transitar hacia un nuevo paradigma que nos permita pensar otra vez en términos de comunidad y que nos lleve a tomar las medidas necesarias para conectar, relacionar y reconocer al otro…promoviendo de nueva cuenta la confianza y los vínculos interpersonales… que dé prioridad a la vida de todos sobre la apropiación de los bienes por parte de algunos... que entienda que la paz no es la mera ausencia de violencia lograda por la imposición de unos sobre otros…que hay más opciones y otro futuro…es imprescindible revertir esa pobreza existencial.

Aspirar a un cambio en las estructuras sociales y políticas sin generar nuevas convicciones y actitudes en las personas, lleva de nueva cuenta a su corrupción y decadencia. Ese es un esfuerzo de mediano y largo plazo que pasa forzosamente por un cambio cultural. ¿Qué estamos haciendo para que eso suceda? 


miércoles, 7 de enero de 2015

“EVITAR EL FRACASO DEL GOBIERNO FEDERAL EN MICHOACÁN. UN PERFIL MÁS CIUDADANO”


“EVITAR EL FRACASO DEL GOBIERNO FEDERAL EN MICHOACÁN. UN PERFIL MÁS CIUDADANO”

   Ahora, como nunca, las circunstancias por las que atraviesa Michoacán requieren que los ciudadanos limpios con arraigo en el estado, con conocimiento y participación en los temas importantes tomen decididamente las riendas en la entidad. Se requieren líderes que independientemente de su militancia partidista, tengan un perfil cercano a la gente, que no sean identificados como políticos profesionales, con amplio reconocimiento de compromiso social…en definitiva con un perfil más ciudadano.

Michoacán se encuentra en un punto de quiebre crucial para su historia… en el que si se retrocede, pudiera ponerse en riesgo, incluso su viabilidad institucional… y de lo contrario, si se avanza con paso firme y seguro con un candidato bien visto, no sólo al interior, sino fuera del estado, pudiera darse ese paso histórico que, generando el orden necesario, garantice a las familias honestidad, a las empresas estabilidad… con capacidad de atraer inversiones para paliar la difícil situación económica que aquí se vive…en suma, que tenga la capacidad y la convicción real de mejorar el nivel de vida los michoacanos.

Desde el punto de vista electoral un personaje con esa presencia pudiese atraer votos de los disgustados y decepcionados de los partidos contrarios,  aún más, pudiera asegurar la votación de los indecisos o de aquéllos que estén valorando la abstención por el hartazgo hacia los partidos políticos.
Más allá de los porqués, cómos o quiénes son los responsables del difícil momento por el que atravesamos, es tiempo de resolver de fondo. Los michoacanos reclamamos carácter, solución y unidad…los partidos deben entender que se les va la vida en eso.

El PAN y el PRD prácticamente han decidido sus candidatos a la gubernatura por lo que tendrán que hacer un mayor esfuerzo para compensar el posible déficit ciudadano.

En el caso del PRI la apuesta por un perfil con estas características pudiera convertirse en una gran oportunidad para que el trabajo realizado por el Gobierno Federal en Michoacán sea reencauzado, y sobre todo, permitiría pensar en  reforzar la coordinación y colaboración tan escasos en el pasado inmediato. En pocas palabras, esa apuesta representaría la opción viable de éxito para que el Presidente Enrique Peña Nieto potencie sus esfuerzos para sacar a Michoacán a flote.

La decepción y desencanto ciudadano, la escasez de liderazgos y los conflictos internos son los retos que deberán enfrentar los partidos políticos, pues sin duda son circunstancias que podrían llevarlos al fracaso. Hoy, más que nunca los partidos requieren de  acuerdo y unidad… Apostar a la polarización como estrategia electoral, además de ruin, miope e insensato, resultaría a estas alturas… suicida.

Sin embargo se oyen voces –muchas- ante el excepcional panorama estatal…no hay condiciones dicen… Las condiciones políticas nunca son las favorables, justamente ese es el fondo de la complicada misión de gobierno… ¡generarlas!...equilibrar los intereses casi siempre opuestos en aras del bien común… pero eso requiere ideas claras, altura de miras, decisión y rectitud de intención. No es cuestión de juzgar y declinar…es un tema de responsabilidad y obligación de ceder…de ser generosos para lograr ver más allá del primer plano que el poder impone…más allá del plano del partido o de grupo, por uno más sublime…el nosotros…el bien de Michoacán…Y hoy pudiera marcarse esa diferencia.




lunes, 5 de enero de 2015

“GENTE LIMPIA”



“GENTE LIMPIA”

En estos días de descanso en los que he tenido la oportunidad de saludar y entablar amenas y distendidas conversaciones con grandes amigos de toda la vida en distintas ciudades del país, gente común y corriente como tú y como yo, medianamente enterados y preocupados por la situación política y social de nuestro país, profesionistas jóvenes, ninguno especialmente inmiscuido en el ambiente político ni familiarizados en lo absoluto con el argot público, en pocas palabras, típicos ciudadanos estándar. Me he percatado de que existe un tremendo ánimo e ilusión por colaborar en al cambio de sus estados y del país, pero no encuentran el medio a través del cual participar y en el cual se sientan  a gusto y en su propio ambiente.

Existe un anhelo real por cambiar las cosas. Gente <limpia> con visión netamente ciudadana, bien intencionada, luchona, trabajadora, jóvenes bien preparados –empleados o empresarios- que contribuyen a que este país se mantenga en pie a pesar de los pesares, que coinciden en una cosa: están hartos de los políticos profesionales, de los discursos desgastados y anquilosados, de la corrupción, de la grilla, de la politiquería que inunda todos los rincones del quehacer gubernamental y terminar por empantanar y distorsionar todas las cosas. Como anhelo que tuviéramos la oportunidad de encauzar todo ese esfuerzo, energía y vitalidad… ¡qué gran bien harían en el sector público!

En términos generales, salvo muy contadas excepciones de algunos que comenzaron muy chicos, los jóvenes de mi generación han quedado al margen de la realidad del sistema político de nuestro país. Los partidos se han cerrado de cara a esos jóvenes <libres>, no han logrado convencerlos ni pescarlos. No les resultan atractivos…más bien al contrario, son peligrosos por independientes. El sistema los rechaza, son una molestia… su congruencia y ánimo de servicio los vuelven <idealistas> y por ende ilusos para la actividad política. ¡Caramba!, cuándo terminaremos de entender que para ejercer con eficacia la función pública debe existir una total independencia y autonomía, tanto personal como económica… da pena ver la lucha a muerte por cada una de las posiciones de poder, más que por una intención real de servicio por una necesidad de conseguir un puesto donde chambear,  es un auténtico tianguis donde se mercadean y se reparten las posiciones que debieran constituirse en oportunidades de oro para cambiar e incidir en la vida y realidad de miles de personas. Ese es un enorme tema de responsabilidad.

Habrá que exigir a los partidos que abran los ojos y extiendan la mirada más allá de las puertas de sus propios territorios, que se den cuenta del activo tan valioso que representa ese segmento social…Rectifico estimado lector, no vaya a ser que al tratar de abordarlos, los contaminen y los echen a perder sumiéndolos en ese ambiente gris, egoísta y de bajo perfil que ellos llaman “política” y que al parecer tiene la capacidad de cambiar a las personas, de volverlas insensibles, dependientes, subordinadas… No me asusta… para ejercer el poder hay que estar preparado tanto personal como profesionalmente y estoy convencido que las virtudes y características propias de un buen gobernante se reflejan, se encuentran y se viven con mayor fidelidad desde la propia sociedad civil.

Ver esto me vuelve a ilusionar en que las cosas pueden ser distintas, me permite gritar a los partidos y a los políticos profesionales que hay más vida y más riqueza en la sociedad civil, que la política en nuestro país es más que desacreditar, golpear, tronar y bloquear todo lo que huela al adversario o en alcanzar el siguiente <hueso>  o posición cueste lo que cueste, que levanten la mirada…No pido que lo acepten, pues es demasiado. Me basta con que lo vean, ¡que del resto nos encargaremos los ciudadanos!