“VALORES SOCIALES: APRENDER
A VIVIR JUNTOS”
Los acontecimientos sociales de nuestro país no solo hablan
por sí mismos…gritan, nos increpan y nos llevan tarde o temprano, por unos
caminos u otros al fondo del diagnóstico…a cuestionarnos la necesidad de
sentido…el para qué de todos los esfuerzos para mejorar y cambiar la complicada
realidad que nos ha tocado vivir.
Este fenómeno de pérdida de
sentido personal y social –que no es privativo de las comunidades pobres ni con
serios problemas de violencia como el caso de Michoacán-… de cierta insatisfacción…este
reclamo de esperanza y de justicia debe ser correctamente canalizado.
Hay coincidencia en el
diagnóstico…su origen es cultural. El sistema político y social “hace agua”…sin
embargo dentro del ámbito de lo políticamente correcto nos da miedo hablar de
una vertiente que nos golpea face to face…el sentido moral de esta crisis. El reconocerlo
lleva obligatoriamente a procesar las soluciones primero en el ámbito personal,
para después incidir en el social…en el institucional…recuperando así la propia
dignidad y la de la comunidad.
Nos cuesta reconocer que el
camino a seguir implica la recuperación de los valores sociales fundamentales.
Sí, aquellos puntos de referencia para la estructuración oportuna y la conducción ordenada de la vida social y
que se traducen en el caso personal, en virtudes.
Desde todos los ámbitos se habla
de la necesidad de tener relaciones más justas, de una mayor solidaridad,
honestidad y transparencia…en el fondo de tener paz…auténtica.
El mejor y más útil servicio que
hoy, bajo las condiciones actuales, podemos ofrecer a Michoacán y a México consiste
en dotar de sentido y esperanza social a nuestras propias comunidades. Que para
la reconstrucción de las instituciones y la consolidación de las auténticas
reformas estructurales (económicas, políticas y culturales) es imprescindible
hacer referencia a esos valores sociales fundamentales, lo contrario es
mantenernos en el actual sistema de simulación.
Entender de una vez que no
lograremos el desarrollo y la tan anhelada paz sino no afianzamos un sistema de
justicia social, y eso solo lo conseguiremos a través de la práctica de
virtudes como la verdad, la justicia y la libertad. Virtudes que favorecen y
permiten la convivencia. En definitiva aprendiendo nuevamente a vivir juntos…a
construir juntos.
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