“ACUERDO POR MICHOACÁN…
DE LA MESA A LOS HECHOS”
Reconozco que no soy partidario de los pactos, pues
normalmente contienen un catálogo de buenas y muy retóricas intenciones….
llenas de gerundios: “haciendo”, “buscando”, -“construyendo”, “logrando,” y el
sinfín de “endos” que se imaginen…acciones en permanente e infinita
consolidación. Además suelen versar sobre acciones, posiciones o compromisos
que no son facultativos de la autoridad, sino lo contrario…su principal
obligación y razón de ser. Así que pactar lo que por ley, por naturaleza, por
obligación debe hacerse…me parece innecesario.
Sin embargo hoy en día, también
creo que hay que celebrar sin duda el acuerdo por mínimo, básico o esencial que
parezca, pues vivimos un momento en que las coincidencias parecen lejanas,
incluso en algunos casos como el nuestro en Michoacán…inalcanzables. Sin duda
que construir y ponernos de acuerdo es y debe ser la prioridad actual.
El Pacto por México firmado por
el Presidente Peña Nieto y los representantes de los principales partidos
nacionales (PAN, PRI y PRD), que es el antecedente de este ejercicio en
Michoacán, fue una especie de preámbulo del Plan Nacional de Desarrollo donde
se consignaron los principales compromisos del Ejecutivo en materia de políticas
públicas en diversos rubros -derechos y libertades, crecimiento económico,
seguridad, transparencia y gobernabilidad-, así como los compromisos de las
fuerzas políticas representadas en el Congreso para sacar adelante una
ambiciosa agenda legislativa. ¡Muy bien!, gobierno, partidos políticos… Sin
embargo los grandes ausentes somos los ciudadanos. Aquellos a quienes en la
mecánica de operación del Pacto se nos considera para un posible seguimiento y
evaluación, pero no para el diseño o ejecución, tareas que reserva para los
órganos rectores y técnicos del pacto,
los cuales están conformados por representantes del Gobierno Federal y de los
partidos políticos.
Se viven en nuestro estado
condiciones muy interesantes en las que las ganas de participar y aportar algo
a resolver nuestra complicada realidad son evidentes. Es imprescindible que los
organismos intermedios tengan clara su vocación y finalidad para de esa manera
lograr ser efectivos en la articulación de esfuerzos concretando avances
objetivos y medibles.
Cualquier esfuerzo que se haga en
Michoacán deberá contar con el aval y la legitimidad ciudadana si de verdad se
busca llevarlo a la práctica. Es necesario que se acuerden los temas comunes y
formular un verdadero compromiso de todos los gremios y sectores para cumplirlo avanzando paso a
paso. ¿No valdría la pena que lo firmaran y avalaran con serio compromiso los
maestros, transportistas, campesinos, etc. que serán y seremos los principales
afectados o beneficiados? Sobre todo en una etapa en que los ciudadanos
“estándar” o de a pie, nos debatimos entre seguir dándonos de frentazos por
tratar de ir -de cierta manera- a contracorriente o ceder ante la cultura “cívica”
y “legal” imperante.
Se requiere de la voluntad
política decidida de todos los involucrados, lo contrario supone papel
mojado…una mera carta de buenas intenciones. Y… Michoacán ya no aguanta más,
cada día que pasa es un valiosísimo tiempo perdido. Tenemos que decidirnos de
una vez y para siempre si queremos hacer las cosas o no…pero no quedarnos
empantanados en el eterno sobrediagnóstico.
Bienvenido el acuerdo…pero el
cambio no es de afuera hacia dentro…de los partidos y del gobierno hacia la
ciudadanía, sino de la ciudadanía hacia las instituciones…que en última
instancia son un fiel reflejo de nuestra sociedad.
Los ciudadanos debemos entrarle a
realizar una propuesta netamente “ciudadana” de Acuerdo por Michoacán, que
incluya el diseño, la ejecución y la evaluación de las políticas públicas que
se propongan, no solo al seguimiento y evaluación de las propuestas
gubernamentales y partidistas… Esa es la única manera de asegurar que el
gobierno –que hoy acuerda como uno entre muchos- logre consolidar en políticas
públicas eficaces todas las buenas ideas e intenciones que de aquí surjan…ese
será en definitiva el auténtico éxito de un ejercicio de este tipo…
¡De la mesa a los hechos!
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