miércoles, 21 de agosto de 2013

“¿HASTA CUÁNDO LO PERMITIREMOS?”


 
 “¿HASTA CUÁNDO LO PERMITIREMOS?”

Los “plantones” y “bloqueos” de ayer en la ciudad de Morelia no representan ninguna novedad para los que aquí vivimos. Nos hemos acostumbrado a ellos y a muchas cosas más incluyendo la prestación de malos y deficientes  servicios públicos  -el de la legalidad primero-. Los ciudadanos hemos sucumbido ante la cultura imperante por prisa, dejación o por franca complicidad. Todos nos quejamos…”la tiranía de las minorías”, “somos más la gente buena”…pero debemos reconocer nuestra parte de responsabilidad en la consolidación de esa nociva y perniciosa cultura de manifestación que hace del chantaje y de la afectación general su clave de éxito…el pueblo contra sí mismo.

No veo a la autoridad poniendo orden ni haciendo respetar los derechos de los michoacanos, ni mucho menos alzando la voz…solo un grupo de burócratas que reaccionan mecánicamente, tratando de sortear imbécilmente las “tomas” o “plantones” mientras se instala la “mesa de negociación”, para una vez llegado el acuerdo firmar la “minuta”, lo que en la práctica supone la concesión de prerrogativas o beneficios a los manifestantes, posponiendo en definitiva la solución a los conflictos de siempre, con los mismos de siempre…los que han hecho del sistema político-social de Michoacán su forma de vida.

Pareciera que en cada marcha o plantón se disipara la responsabilidad, dando lugar a su vulgar aceptación como parte de una cultura de manifestación hoy tan ilegal como cotidiana. Una sucesión de noticias que se repiten iguales en todas las ocasiones, conformando un ciclo negativo perpetuo: plantón…afectación…negociación…crítica y quejas de los perjudicados en los periódicos…nuevo plantón. Un ciclo interminable que una y otra vez vulnera la poquísima “autoridad” y legitimidad de nuestras instituciones.

Seamos claros, las cosas por su nombre. Basta de eufemismos que suavizan las palabras y conceptos, justificando la complicidad: Se trata de plantones y secuestros,  muchas veces (de bienes  y personas)…acciones tipificadas como faltas administrativas o delitos, así expresamente contempladas en las leyes y que por lo tanto las autoridades deben hacer cumplir, al menos en teoría.

Mucho se ha hablado de la necesidad de regular marchas y manifestaciones, sin embargo hoy en día, las leyes vigentes en Michoacán prohíben ese tipo de cierres a la vialidades…pero a pesar de ello la autoridad los permite, en lo que constituye una franca omisión a su deber de conservar el orden público y la vigencia de los derechos humanos de los ciudadanos. Piénsese en el derecho al libre tránsito, al derecho a la salud de quien desde una ambulancia estanca su paso al hospital…o, el derecho al trabajo de los que se ven afectados por el cierre de sus fuentes de empleo…así la lista de derechos vulnerados sería muy amplia.


Ante este escenario es menester que aceptemos la realidad social actual y entendamos que ser ciudadanos de hoy en Michoacán implica comprometerse, actuar, hacer valer y exigir con fuerza nuestros derechos y al mismo tiempo cumplir congruentemente con nuestras obligaciones…complicarse la vida.

Sigo considerando, a pesar de la debilidad del gobierno y de sus instituciones,  que el nuestro es un estado de leyes –al menos formalmente-, y mientras se albergue esa esperanza, creo que tenemos el compromiso de intentar el cambio de paradigma cultural…de luchar por los mismos medios  e instrumentos que el derecho y las leyes nos proporcionan a los ciudadanos para mantener en su cauce el actuar arbitrario, omiso y timorato de la autoridad.

Ayer, un grupo de ciudadanos ha puesto el ejemplo presentando una demanda por las omisiones de los legisladores federales al incumplir los plazos para la emisión de nuevas leyes relacionadas con las candidaturas independientes. Exigen su responsabilidad dentro de un sistema jurídico que la contempla en el papel, pero que la niega en la práctica. Será muy interesante seguir el asunto y ver cómo lo resuelve el Poder Judicial…eso es cultura de exigencia y de rendición de cuentas.

¿Qué esperamos en Michoacán?...¿por qué no empezamos a presentar quejas ante la Comisión Estatal de los Derechos Humanos por la omisión de la autoridad en el cumplimiento de sus deberes esenciales que traen como consecuencia el que se vulneren nuestros derechos fundamentales?...¡algo tiene que pasar!

...justificaciones hay muchas y de todo tipo… y la pregunta seguirá en el aire… ¿hasta cuándo?...Hasta qué los ciudadanos lo permitamos, pues hay medios jurídicos a mano...
 
 
 

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