viernes, 20 de diciembre de 2013

“ANARQUÍA”


 
 “ANARQUÍA”

Al  momento que escribo estas un grupo de estudiantes tiene bloqueada la avenida Ventura Puente en su cruce con Acueducto… y el Congreso del Estado “tomado” por maestros, y…la autopista de Occidente, que conecta a las dos principales ciudades del país, bloqueada por  campesinos…y los ciudadanos que habitamos esta ciudad sufriendo  los estragos. No me sorprende ni me asusta…es una constante…es la manera habitual de resolución de conflictos en un sistema político que genera y perpetúa  clientelas y que utiliza el chantaje, la presión y la afectación a terceros para lograr sus cometidos. Es un sistema monstruoso desde el punto de vista legal, un sinsentido jurídico y un modelo política y socialmente denigrante. No prejuzgo sobre la validez y legitimidad de los motivos de dichas manifestaciones…repruebo que los gobernantes y los políticos insistan en su doble discurso y demuestren su permanente desprecio por la ley y el Estado de Derecho,  ¿quién se los cree?... mientras tanto todos los demás lo permitimos…  No hablo solamente del caso de Michoacán, es una constante en muchos (por no decir que casi todos) de los políticos y gobernantes de México. Vivimos en una sociedad anárquica en todo sentido, y la anarquía genera frutos de impunidad, corrupción, injusticia, desconfianza, violencia… subdesarrollo…desprestigio y desprecio por las instituciones…instaurando la ley del más fuerte.

Lo que sucede en Morelia es solo un reflejo fiel de lo que acontece en muchos lugares de nuestro estado, ahí tienes el caso de Cherán, Tancítaro, Tzintzuntzan, Nueva Jerusalén… Sé que sobrarán explicaciones sociológicas y pseudo políticas que argumenten que se trata de demandas sociales insatisfechas  de tiempos inmemoriales,acomodo de las fuerzas políticas, necesidad de equilibrios, etcétera, etcétera, etcétera. Como abogado estoy convencido firmemente que el primer paso es cumplir y hacer cumplir las leyes, lo demás debemos atenderlo después...pero primero lo primero…sin orden no podemos hacer nada.

Por más que me esfuerzo en buscar las causas del estancamiento de nuestro país y de nuestro estado… me doy cuenta que en el fondo nada prosperará sin un auténtico y efectivo estado de derecho.  Es la condición mínima indispensable para lograr cierto orden social…reglas parejas para todos y autoridades que las hacen cumplir y al mismo tiempo se someten a ellas, esto que parece tan sencillo es la razón –a mi juicio- de que no despeguemos y logremos el crecimiento integral de nuestro pueblo.

Mientras no tengamos gobernantes con la calidad moral suficiente,  probada…y sobre todo convencidos de la “necesidad básica” de mantener ese piso mínimo, que apliquen la ley sin distingos y de manera sistemática y permanente, no discrecional…difícilmente lograremos políticas públicas justas y convenientes para resolver los grandes problemas y desigualdades que nos aquejan.

Mientras no tengamos una sociedad civil fuerte que reclame –por las vías institucionales y legales adecuadas… ¡que las hay!- y exija el respeto de sus derechos y con la misma fuerza asuma sus responsabilidades, dispuesta a comprometerse con las reglas que nos hemos fijado entre todos, despreciando actitudes tramposas que sistemáticamente pretenden burlar la aplicación de la ley…nuestra realidad no va a cambiar.

En el Michoacán real no hay quien ponga orden, y mucho menos el ejemplo…decíamos en entregas  anteriores que urgen gobernantes que se animen a poner en práctica las políticas e ideas que pregonan, eso sería un gran adelanto, pero sobre todo urge que los ciudadanos empecemos por cumplir la ley y exigir y lograr que el ente que por naturaleza y por definición tiene ese encargo, efectivamente lo haga. El desarrollo y vigencia del Estado de Derecho que parecen tomar forma solo en ese Michoacán que existe en los discursos es lo que genera el descrédito y el hartazgo ciudadano. Yo no lo acepto… es nuestra responsabilidad darle un cauce proactivo, optimista pero siempre decidido.
 
 

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