“DESFACEDOR DE ENTUERTOS”
“Pues en tanta quiebra y desconcierto un solo remedio veo: que es dejar
de remendar y de andar pidiendo votos de limosna, a mendigar en ello y comenzar
por camino real y sin velámenes, a difundir la cosa de nuevo…” VQ.
Título del hombre que con enorme prestigio en la corte de
Carlos V se encarga de resolver –con toda confianza y a petición expresa del
monarca- los problemas más delicados… Oidor de la Segunda Audiencia que hace ya
500 años vive circunstancias similares en estas mismas tierras…injusticias,
arbitrariedad, despojo y guerra, sufrimiento y violencia…pugnas y atraso y
pobreza. Ayer, indígenas controlados y sujetados por un estado
colonialista…hoy, sus descendientes…por un sistema social y político injusto, viciado…ideologizado…
que los ha incapacitado para el esfuerzo enseñándoles a esperar todo dado…
Personaje que vive el drama de la
teoría y la práctica…que de leguleyo y férreo impulsor del orden de la
metrópoli pasa –al evidenciar la realidad de los más débiles- a autopista
empedernido…que logra materializar y hacer vida los retos que la realidad de su
tiempo y existencia le lanzan…que sabe responder e implicarse personalmente
para colaborar en la resolución de los principales problemas…que sabe apostar
todo –incluido- su prestigio… y que se arriesga a ensayar un nuevo orden
social.
Incansable promotor de la
“humanización” del orden vigente a través de una transformación total y
profunda de la sociedad.
Protagonista de su época que
logra trascender la coyuntura –con visión amplia- y que entiende y propugna y
machaca una verdad atemporal: …el único modo de pacificar es la práctica de la
justicia. Aventurero que consolida un auténtico cambio cultural a través de la
comunicación y del diálogo a pesar de ser extranjero y no conocer la lengua de
sus interlocutores.
Sin duda su principal mérito fue
no postergar su respuesta hasta tiempos mejores y atreverse –pues se jugó la
vida misma- a intentar el cambio de un orden violento que aseguraban era
imbatible…
Como hacen falta a Michoacán idealistas
comprometidos, que a ejemplo de Vasco de Quiroga sepan conjugar inteligencia y
habilidad personales, con una voluntad firme para construir los espacios de
paz, libertad, y dignidad que los michoacanos anhelamos. Ciudadanos valientes,
comunes y corrientes que compartan sus ideales de reconstrucción de la sociedad como un lugar de acogimiento
filial en el que se sabe educar al otro, en el que se le recuerda su utilidad y
necesidad de participación…en el que se le invita a recobrar su diginidad.…
Como hacen falta…Verdaderos
desfacedores de entuertos que desembarazándose de sus antiguos lastres y
miedos, luchen frontalmente contra las causas de la moderna esclavitud de los
michoacanos: pobreza, droga, violencia… Lectores desafiantes de las
circunstancias propias de su tiempo y de sus condiciones de vida. Hombres y
mujeres muy de su tiempo, que, con visión certera de la realidad se deciden a
buscar un futuro mejor para sus contemporáneos a través de una respuesta audaz
y generosa.
Siempre se me han hecho interesantes sus columnas, pero esta en especial, refleja la situación agonizante de Michoacán... me encantó!
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