viernes, 10 de enero de 2014

“ENTRE MÁS AVANZAN MÁS SE DEBILITAN”: EL CASO DE LAS AUTODEFENSAS EN MICHOACÁN.


 
“ENTRE MÁS AVANZAN MÁS SE DEBILITAN”: EL CASO DE LAS AUTODEFENSAS EN MICHOACÁN.

A estas alturas la verdad es que ya no sé ni que pensar. Entre las declaraciones del Gobernador de Michoacán y  las del Secretario de Gobernación respecto de las autodefensas, de su papel protagónico y de su ayuda al estado en labores de seguridad, no me queda más que entender por qué es que hoy estamos como estamos.

No sé, ni creo que hoy haga diferencia, si quienes han tomado las armas y se han cubierto el rostro para reivindicar funciones de seguridad propias del Estado, sean ciudadanos bienintencionados (movidos por una real desesperación y frustración ante la impunidad y la inacción gubernamental), o miembros del crimen organizado…a estas alturas da igual...son circunstancias que explican el fenómeno pero que bajo ninguna óptica lo justifican legal o constitucionalmente.

En ambos casos, estamos ante actos  y hechos totalmente ilegales que vulneran el orden jurídico y el estado de derecho frente a la complacencia o –incapacidad- de la autoridad. Situación de facto que evidencia una profunda falla institucional y estructural que se muestra ante la debilidad del Estado en todos sus niveles de gobierno. Una situación en la que el Estado pareciera claudicar ante el abandono o la renuncia a sus funciones básicas. Una situación que evidencia una “estrategia” o la falta de ella, que, en el mejor de los casos es fallida y sin coordinación…que genera peligrosos vacíos de poder, o, peor aún, que apuesta por el desgaste y utilización de estos grupos como supuestos “coadyuvantes”…

Es sin duda una situación clara y evidente de vulneración de derechos humanos: económicos, sociales, culturales, a la seguridad pública, a la legalidad, a la seguridad jurídica, al trato digno, a la seguridad e integridad personal, a la vida, a la libertad  de tránsito, a la paz pública, etc. Es en el fondo… la justificación de un estado que elude su responsabilidad básica de garantizar seguridad pública.

Es urgente la actuación e intervención decidida de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos en el tema. Ya la Comisión Nacional se pronunció sobre el fenómeno de las autodefensas en Guerrero en un informe especial puntual y valiente.

El uso de la fuerza por miembros de la sociedad civil  no es la solución a la situación actual pues además de que vulnera el orden constitucional y legal, representa un riesgo muy grande de que la espiral de violencia crezca, al mismo tiempo que afecta la gobernabilidad y cualquier esfuerzo por recuperar la seguridad pública…ya lo han advertido muchos… el riesgo de la paramilitarización es real, basta ver la experiencia colombiana.

Debe realizarse un informe preciso que permita conocer con claridad en dónde estamos parados, la magnitud del problema, el número de municipios y de ciudadanos afectados por los bloqueos y desplazados por la violencia… un diagnóstico que documente la realidad para de esa manera solicitar al Gobierno del Estado se implementen medidas inmediatas para recobrar las funciones de seguridad pública y garantizar la paz, y que cesen las violaciones de derechos humanos de los michoacanos, ya sean víctimas, protagonistas o desplazados del conflicto.

No es opcional, el estado tiene el deber de organizar el aparato gubernamental de manera que sea capaz de asegurar jurídicamente el libre y pleno ejercicio de los derechos humanos a través de la prevención  e investigación de sus posibles violaciones como este caso concreto. Y eso no está sucediendo hoy en Michoacán. ¿Qué esperamos? Como ciudadano lo exijo.

Efectivamente Señor Gobernador, entre más avanzan las autodefensas, dada la inacción, abandono y/o renuncia de las autoridades de los tres niveles de gobierno, más se debilitan…pero no ellos, sino las instituciones, la credibilidad de la “autoridad”…el propio Michoacán.



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