miércoles, 23 de abril de 2014

“Y… ¿POR QUÉ NO?”



“Y… ¿POR QUÉ NO?”

Reconozco que al estar metido de lleno dándole vueltas y vueltas al tema de cómo recomponer nuestro Michoacán, se corre el riesgo de ciclarse y desanimarse ante la crudeza de la realidad. Incluso ante la convicción de contar con una sólida base reflexiva, de saber a dónde se quiere llegar, de entender la necesidad de equilibrar la teoría y la práctica.

En estos días que se distinguen por una especial reflexión quisiera compartir contigo una pequeña anécdota que me ha dejado pensando:

La semana pasada un buen amigo que ahora tiene la encomienda de dirigir el sindicato de empresarios  en Michoacán, fue contactado por un conocido suyo que vería pronto en Morelia por cuestiones profesionales. Esta persona le comentó que la reunión debería posponerse, pues el evento –organizado por una agencia gubernamental- había sido cancelado por el clima de inseguridad e incertidumbre existente en el estado.

Ante la sorpresa de la noticia, mi amigo decidió dar la batalla para evitar la caída de este importante foro que sin duda impactaría de manera muy positiva en la ya de por sí golpeada economía michoacana. En primer lugar investigó qué agencia era la que organizaba el evento, cuántos asistentes habría así como sus pormenores, y trató  de contactar a algún responsable en México. Se encontró con una secretaria que ante la insistencia de un tipo que aseguraba ser el nuevo presidente de la COPARMEX de Michoacán solicitaba  hablar con el encargado de dicha oficina, quien habiéndole explicado que su esfuerzo era en vano pues el evento ha sido reprogramado para Acapulco, no tuvo más que comunicarlo con el segundo a bordo dado que aquel no daba tregua. Una vez más escuchó la misma respuesta seguido del desalentador “la instrucción viene de arriba”. -¿Qué tan arriba? preguntó, ¿con quién hay que hablar?, ¿con el presidente mismo? –Sí así fuera lo intentaré. Y ante tal convicción, el funcionario prometió comentarlo con su superior.

Al poco tiempo, el dirigente empresarial tuvo la fortuna de saludar al Presidente de la República en su visita a Morelia y comentarle lo sucedido.- Señor presidente no pueden cancelar ese evento, Morelia lo requiere. Días después, recibió la llamada de su conocido para reagendar la cita…-No sé qué les picó a estos locos del gobierno, nuevamente programaron el evento en Morelia.

¡Esa es la actitud! Concretar en los hechos nuestra ilusión por el cambio, a pesar de que la realidad se obstine en demostrarnos lo contrario, con creatividad. Morirnos en la raya…tener la valentía de asumir el riesgo al fracaso con la alegría propia de la generosidad…de jugarse el prestigio sin tener siquiera interés directo en el asunto…De animarse a cambiar la historia ocupándonos de los pequeños retos de la vida cotidiana…de lo que está a nuestro alcance y de lo que muchos ni siquiera se enterarán.

Con el arrojo y convicción que derivan de la certeza de que, a pesar de lo oscuro del presente, tenemos asegurada la victoria….Que el mal nunca tendrá la última palabra.

Vale la pena que reconsideremos nuestra aportación personal para el cambio de Michoacán partiendo siempre del optimismo y creatividad  que da el reconocer que podemos -y debemos- incidir en el devenir de los acontecimientos y de la historia. Sí... ¿por qué no? ¡Estamos condenados al éxito!




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