jueves, 25 de abril de 2013

“ME DUELES MICHOACÁN. Y HOY ADEMÁS… EMPIEZO A NO ENTENDERTE”


 
“ME DUELES MICHOACÁN.  Y HOY ADEMÁS… EMPIEZO A NO ENTENDERTE”

Hoy, al igual que hace seis meses vuelvo a compartir esta entrega, que, lejos de retratar una realidad superada hoy se ve agravada.

 Ante el desorden, la violencia y la anarquía como medio de expresión, como parte de una cultura de protesta común y arraigada… desesperada, a la que históricamente se ha postergado la solución a los problemas y embalsamado artificialmente las profundas heridas sociales. Una opción ya superada, anquilosada…pero hoy presente como un reflejo de la dolorosa transición de un pueblo que no puede ni se anima a mirar libremente a la modernidad y al futuro por la gran cantidad de prejuicios, afrentas...miedos…cobardías, tengo que decirte: Me dueles Michoacán…

Me duele ver la miseria de tus hijos que ante la falta de opciones, no tienen más remedio que huir en busca de nuevos horizontes y de oportunidades que en su propia tierra, les han sido negadas.

Me duele la pobreza humana de los manipulados y acarreados…de los ciegamente ideologizados…de los violentos, de los vividores.

Me duele toparme con la cerrazón de muchos de los tuyos y que no tengamos la capacidad de abrazar la esperanza de un proyecto común y de un futuro mejor.

Me duele también el derramamiento de sangre, la división, el encono y el conflicto permanente entre los propios michoacanos… el sistema de presión y autodestrucción de dañarnos a nosotros mismos…me duele el paternalismo y el nulo interés por desterrarlo.

Me duele pensar en el daño y ejemplo para tus generaciones futuras…en su preparación…cuando muchos de sus responsables han abdicado de su noble e importantísima labor.

Me duele observar como muchas de tus instituciones –casi todas fruto de grandes proezas históricas- se debaten en franca agonía por la pérdida de referentes  y de claridad y nobleza de sus fines…o se han quedado ancladas al pasado.

Me duele constatar la falta de generosidad, de visión, de independencia y de magnanimidad de muchos que pudieran marcar la diferencia.

Me duele tener que justificar o minimizar tu prestigio –o desprestigio- doquiera que voy…

Me duele ver la desilusión, el conformismo…el estancamiento en la gloria pasada sin asumir el riesgo y el compromiso por las futuras…

Me duele percatarme de que la pluralidad –antes riqueza distintiva de tu pueblo- se ha ido convirtiendo en un pluralismo informe y faccioso…politizado… abusivo, donde cada quien exige lo que quiere, como quiere… con razón o sin ella, sin reparar en los demás. Donde se apuesta al fracaso y naufragio de lo ajeno…

Me duele pensar en la grandeza de tu origen y de tu destino y… en la mediocridad de tu presente… ¡Me duele la ausencia de gigantes!…

Me duele la insensibilidad y falta de nobleza de muchos de tus gobernantes que no han comprendido el honor y la responsabilidad que implica el servirte. Que desaprovechando la oportunidad de cambiar la historia han preferido de forma cobarde y traicionera privilegiar sus propios intereses o que no han demostrado tener la altura de miras y la magnanimidad suficiente para honrar su alto compromiso.

Me duele pensar que pueda llegar un día en que las futuras generaciones no sientan orgullo de ti…que no representes nada para ellos…y eso, si no hacemos algo y pronto, no se ve tan lejano.

Me duele pensar que no estemos a la altura de lo que la solución a tus profundos y ancestrales problemas reclama. Me duele pensar que no tengamos la valentía y la verticalidad de asumirlos como propios.

Pero… lo que más me duele es pensar que los que podemos hacer algo, tengamos miedo, nos abstengamos o hayamos perdido la ilusión por rescatar tu nombre… tu dignidad, y al mismo tiempo la nuestra…y dejemos pasar como una mera queja el compromiso de tu causa.

¡Me duele porque te quiero y aún creo en ti!, pero hoy además… ¡empiezo a no entenderte Michoacán!

2 comentarios:

  1. Hola Alejandro: Simpatizo con tu escrito y me parece que lo finalizas con lo que verdaderamente pasa en nuestra sociedad mexicana: tenemos mentalidad negativa y derrotista. Por eso el dolor, la queja y la grilla esta a la orden del día. Para los medios de comunicación e incluso muchos de tus blogs, evidencian el pesimismo, la falta de confianza en los programas de gobierno, en los políticos...hemos cultivado eso en los lectores, y nunca sabremos si algún programa de gobierno en realidad funcione, pues los opositores partidistas, las ONGs, los tiris, los movimientos de maestros y toda esa mentalidad negativa y apática ya sembrada ante la palabra "Gobierno" o "Autoridad" nos impedirá saberlo. Así, ante una tragedia social o un desastre natural, en Estados Unidos o en Japón, la gente critica duro a sus gobiernos, pero al final OBEDECE lo que se implementa. Muy lejos estamos de dejar de seguir siendo parte del problema y empezar a ser parte de la solución. Quizás en tu próximo blog, puedas intentar hacer reflexiones o críticas más balanceadas y un poquito más positivas y de trabajo en equipo. Pero si tu respuesta es que no hay nada que rescatar de los políticos, autoridades, gobierno, etc, entonces creo que esperaré Dolor II Parte. Échale Ganas mi Amigo!!!!!

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    1. Muchas gracias Arturo. Coincido contigo, efectivamente el artículo constituye una catársis personal sobre la complejidad de la situación actual. Estoy convencido de que hay que denunciar y observar...pero siempre invitando a la acción y a la asunción de la propia responsabilidad que es lo que considero realmente ayudará a solucionar nuestros agudos problemas. Por supuesto que hay que cosas que rescatar...¡muchas! La invitación es a encontrar los puntos en común y lo ya construído, para de ahí partir y construir. Eso implica que como ciudadanos hagamos siempre equipo con los gobernantes, pero no depender de ellos, basando esa relación de cooperación en los principios de solidaridad y subsidiariedad.

      Un fuerte abrazo y gracias por tus comentarios que siempre enriquecen. Prometo que retomaré tu punto de vista para un próximo artículo que estoy preparando sobre el tema de crisis de autoridad.

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