sábado, 25 de julio de 2015

¿Y LOS GIGANTES?


¿Y LOS GIGANTES?

El mundo cambia y avanza a un ritmo vertiginoso. Cuando a nivel macro se habla del chino mandarín como nueva lengua emergente, aquí el inglés se discute como parte del plan de estudios de nuestras normales…cuando los programas educativos internacionales se están enfocando en los niños de kínder para programas de emprendurismo, aquí recortamos el calendario escolar para que los profesores (de escuelas públicas y privadas) se ausenten los últimos viernes de mes… Sin ir muy lejos, en otras ciudades y estados cercanos muy otras son las realidades: infraestructura,  obra pública, planeación urbana…crecimiento.  Si ya lo sé, lo he oído hasta el cansancio, somos un estado previamente endeudado, históricamente problemático…sin recursos…con pavimentos gastados que cumplieron su ciclo vital hace muchos años…la justificación de la herencia. Pero siempre esperanzados en el rescate por parte de la Federación…la justificación de la capacidad.

Es muy  significativo el ambiente en nuestro estado…a veces pareciera que nos obstinamos en ir en sentido contrario a pesar de las evidencias, desconociendo la dinámica global. Resulta más costoso, más cómodo y menos arriesgado hacer las cosas como siempre se han hecho. No hay incentivos para el cambio ni la mejora. Sobrevivir, más que trascender.
No podemos encerrarnos ni aislarnos en nuestras ideas, nuestros hábitos, nuestras maneras de hacer las cosas. Es menester salir, romper la autoreferencia, escuchar. Claro sin traicionar nunca la propia identidad.

¿Dónde están los gigantes que hicieron posibles las grandes proezas, los de las gestas…los que hacían historia? Aquéllos que iniciaban los proyectos más aventurados, magnánimos…hoy imposibles, sin detenerse ante la inmensidad de sus alcances?  Aquellos por los que sus obras hablan aún hoy, porque perduran. ¿A qué se debe que hoy no podamos, o más bien no queramos aventurarnos a obras de gran calado justificados en el falso realismo de lo posible? ¿Es qué los michoacanos de hoy somos distintos?

Hoy, la percepción de atraso, de ese regionalismo –mal entendido-, de la incapacidad al cambio se suma a la percepción de inseguridad  y de vulnerabilidad, cercenando de fondo la pro-actividad y la creatividad ciudadana con la indiferencia gubernamental.

No cabe duda  que el cambio cultural es indispensable. Cómo urge oxigenarse, voltear a otros lados y experimentar y aprender, y equivocarnos quizá, pero volver a intentarlo…no simplemente decir no y dedicarnos a bloquear los esfuerzos e iniciativas de los demás. Pensar en grande…renovarse…atreverse. Aceptando y aprendiendo del pasado, pero orientando las acciones y proyectándolas al futuro. Es la única manera de recobrar la confianza de un  pueblo en sí mismo.

Hoy nuestra realidad vuelve a interpelar para que seamos lo suficientemente generosos, valientes y visionarios para trascender. Reconocer los aires de modernidad que se traducen en progreso y orden. En visiones y  proyectos que no se limitan a rehacer calles y avenidas –por importantes que estas sean-, sino que sueñan con ciudades de primer mundo y con un estado que juegue en las grandes ligas. Es un tema de alturas y convicciones, de actitud…pero también de capacidades.

Es cierto, hay tantas carencias y necesidades históricas que hay que iniciar por lo primero y más básico, pero no podemos quedarnos ahí. Eso supondría permanecer en los mínimos…y los mínimos no son para los que están llamados a ser gigantes.                                                                       



sábado, 18 de julio de 2015

“TRASCENDER LA CRUDA REALIDAD”



“TRASCENDER LA CRUDA REALIDAD”

Inmersos de lleno en un período de confusión caracterizado por el aturdimiento y la complejidad para entender lo que sucede no solo en nuestra ciudad, nuestro estado o nuestro país…sino en la vertiginosa y cambiante realidad  global. Mientras se buscan con agitación y vehemencia nuevos esquemas o paradigmas que permitan procesar el implacable escenario de desorden, de vacío… de cierto caos. De una realidad que de botepronto pareciera que estrecha horizontes y panoramas…donde parece abundar el desaliento y la desesperanza, y al mismo tiempo se apela a la capacidad de transformación. Sí, en medio de eso llamado cambio de época.

El diagnóstico de la realidad y de sus problemas tiene una alta connotación negativa que aumenta  el riesgo de tender al pesimismo. Hoy una labor esencial es generar esperanza e inyectar optimismo en todos los campos sociales a pesar de la crudeza de la realidad. Quedarse en la estadística fría solo invitar al morbo y a la desilusión. Es vital evitar cualquier extremo de fatalismo favoreciendo un análisis objetivo y una respuesta inmanente –trascendente- de los problemas actuales. Orientado nuestra creatividad al futuro, viendo más allá con audacia e ilusión generando propuestas de cómo cambiamos las personas o cómo respondemos ante las circunstancias, que es lo que al final del día está a nuestro alcance y bajo nuestra responsabilidad. Evitando así justificaciones y excusas  que solo atribuyen la responsabilidad a factores externos, olvidando el aspecto personal. Entendiendo que nuestro lugar es aquí y nuestro tiempo ahora… desdramatizando.

Sobre todo en la antesala de fuertes debates éticos en torno a temas delicados, como las uniones homosexuales o la legalización de las drogas, temas que por sí mismos  polarizan y dividen opiniones. Por lo que más que nunca es básico generar un ambiente de diálogo caracterizado por el respeto, la comprensión y la tolerancia mutua. Desterrar todo tufo de imposición. Entendiendo que la causa y la estrategia de las posiciones a favor o en contra son solo el medio, pues la verdad no se impone, se presenta… se desvela.

Ello lleva a un planteamiento basado en el diálogo y en la acogida del otro más que en el contraste y en la mera conquista legal. Pensando en el mediano y largo plazos, renunciando a cualquier urgencia de tipo coyuntural o a la mera autoafirmación. En todo caso el reto es cultural y todo cambio de este tipo implica su tiempo y su espacio… Lo contrario supone atribuir a la ley un carácter ético o moral que hoy ya no tiene en una cultura posmoderna, y a al estado un seguimiento  y responsabilidad que lo supera, y que hoy es puesto en entredicho también como concepto formal.


Ante este escenario es inaplazable abatir el déficit de personas que quieran y puedan ayudar a interpretar, orientar y acompañar en la vital tarea de dar de sentido a la historia…trascendiendo de forma efectiva la crudeza de la mera realidad.


sábado, 4 de julio de 2015

“NECESITAMOS MÁS MIRELES”



“NECESITAMOS MÁS MIRELES”

A propósito de la posible liberación  del emblemático Dr. Mireles, fundador de las autodefensas de la zona de tierra caliente de Michoacán, comparto nuevamente este artículo que publiqué por las fechas de su detención que levantó una cascada de opiniones, declaraciones y puntos de vista… Sigo pensando lo mismo.

Más allá de posiciones o lecturas estrictamente políticas o jurídicas y sin entrar a calificar la ilegalidad o la legitimidad de los acontecimientos (de los que he dejado constancia pública sobre mi postura en anteriores entregas), el ejemplo de Mireles nos deja muchas lecciones valiosas que vale la pena rescatar.

…Valentía para abandonar nuestra zona de confort…convicción para lanzarse contra una realidad con la que no se está conforme, coraje  para rebelarse ante un sistema injusto…decisión para reconocer la necesidad de encontrar un causa legítima por la que valga la pena luchar y entregarse…

…Pero el mal se ahoga con abundancia de bien…nunca compartiendo los mismos medios y caminos…y creo que eso no lo supo ver Mireles…se quedó con el ímpetu y la pasión. Le faltó visión y estrategia, ¡sí!, pero nos enseñó que Michoacán hoy requiere una lectura desde la posición del otro…Que nuestro estado hoy no puede entenderse sin empatía por la tragedia, la necesidad, la aflicción o el gozo de los demás. Para eso se requiere ver al otro en sus problemas, palpar y sentir su realidad…que no basta la teoría…que es indispensable implicarse.

Para entrar en sintonía es necesario unir, compartir, armonizar y orientar correctamente todas las causas legítimas, pero no basta con la simple suma, es necesario aglutinarlas en la que debe ser nuestra causa común que es Michoacán… y en el fondo la respuesta la conocemos todos y es evidente, se ve en la mirada de su gente…justicia social.

La causa de Mireles quizá no sea tu causa, pero sin duda nos interpela a cuestionarnos el alcance de nuestra responsabilidad histórica para cambiar y reconstruir nuestro estado, y eso de suyo es muy valioso.

Veo con tristeza el que en algunos sectores sociales clave (incluso algunos auténticas elites, con responsabilidad) se acepten los paradigmas vigentes como destino manifiesto o se mantengan al margen observando el fenómeno…una realidad que pasa frente a nosotros, difícil de descifrar sin duda, paradójica, surrealista…con temor a decidirse a tomar postura o a jugar la posición que les corresponde…con miedo a pensar que lo mejor está por venir.

Ojalá hubiera más Mireles, que, entendiendo las circunstancias propias del Michoacán de hoy, asuman y reconozcan el compromiso y la importancia de implicarse personalmente en la lucha por su propia causa sin olvidar la causa común de nuestro estado.


…Necesitamos más Mireles en los sindicatos, en las normales, en el gobierno, en las asociaciones sociales, en las empresas…en las universidades…en las casas. Ciudadanos de a pie…hombres y  mujeres que tomen las armas más importantes que tenemos los michoacanos: inteligencia, preparación, prestigio, tesón, nobleza…honra…esfuerzo…dignidad…Necesitamos más Mireles que logren canalizar su indignación o su ímpetu por el cambio por las vías institucionales correctas con el fin de unir, de convocar …de lograr romper la burbuja política o social que nos impide ver y aceptar la realidad que nos aqueja y duele……de entregarse por lograr un estado con mayor justicia social.


domingo, 28 de junio de 2015

“INFORME DEL CONSEJO CIUDADANO CEDH, AUTÉNTICO EJERCICIO DE RENDICIÓN DE CUENTAS”



“INFORME DEL CONSEJO CIUDADANO CEDH, AUTÉNTICO EJERCICIO DE RENDICIÓN DE CUENTAS”

El próximo miércoles rendiremos un informe ante los michoacanos sobre nuestra gestión como consejeros ciudadanos de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos. Un ejercicio de rendición de cuentas novedoso y netamente ciudadano.

Sin duda que estos 2 años han representado una época muy complicada en materia de derechos humanos en nuestro estado. Como órgano consultivo tomamos los acuerdos necesarios a fin de atender cada uno de los asuntos de la mejor manera posible dentro del ámbito competencial de la propia comisión….lamentablemente en algunas ocasiones no fueron atendidos en su totalidad al momento de su ejecución.

Así en el caso de la crisis de tierra Caliente se acordó el envío de la unidad móvil de atención (ombudsmóvil) y de brigadas multidisciplinarias compuestas por médicos, psicológos y abogados para prestar atención a la población en la zona de conflicto. Se instruyó la realización de un estudio diagnóstico sobre el tema, así como el seguimiento y acompañamiento permanente por parte de las visitadurías de esa región.

De igual manera se solicitó al Ejecutivo Federal –en términos de la reciente reforma garantista de 2011- la declaración de estado de excepción, pues consideramos era la respuesta técnica correcta para brindar mayor certeza y acotar la actuación estatal, así como reforzar el carácter de imposible suspensión de las garantías y derechos fundamentales de los ciudadanos afectados por el conflicto.

En el tema del Albergue de Mamá Rosa en la ciudad de Zamora, se acordó dar seguimiento puntual y de franca colaboración con las autoridades de los distintos niveles de gobierno a fin de preservar en todo momento el interés superior de los menores, lo que derivó en un programa de revisión de albergues en todo el estado.

También levantamos la voz y fijamos pronunciamientos puntuales en temas delicados, como el del uso de la fuerza de manera proporcional ante el vandalismo y la inacción gubernamental en las marchas y manifestaciones de los normalistas, sobre la violación de derechos humanos por la aplicación del uso del polígrafo y ante la demora e inconsistencia en el trámite de quejas al interior de la propia comisión, llegando incluso a tomar importantes decisiones en materia disciplinaria. De todo ello ha quedado constancia pública en los medios de comunicación, en los boletines y pronunciamientos respectivos.

Solicitamos la atracción de asuntos importantes y paradigmáticos para su estudio y resolución derivando en recomendaciones generales como el relativo al uso del polígrafo para la evaluación de los agentes de seguridad estatal.

Agradezco a mis compañeros consejeros su entrega, pasión y generosidad en el desarrollo de un trabajo ordinario intenso y constante con el objetivo claro de lograr un cambio auténticamente cultural en la institución.

A manera de retroalimentación y jamás como justificación debo señalar, que las diferencias de criterio y de actuación que en algunas ocasiones tuvimos con el presidente de la comisión se debieron a contrastes generados por un diferente ritmo y visión sobre los temas abordados. Las instituciones se mantienen en una dinámica y en una lógica distintas a la de los ciudadanos, que en muchos casos parecieran ir en sentido opuesto generando desconfianza e incredulidad ante la escasa eficacia para procesar y resolver las exigencias y verdaderos problemas. 

En el fondo, pareciera que existe una disociación entre los intereses de poder público y la de los ciudadanos…una falta de acuerdo en el objetivo y los fines que perseguimos, en la que debiera ser nuestra meta común. Pareciera que  muchas veces no hablamos el mismo lenguaje. Sin duda que con el tiempo y la perseverancia ciudadana  debería terminar por impregnarse con un estilo más fresco y dinámico el quehacer propio de la comisión.


Por supuesto que quedan pendientes…y muchos. Pero sobre todo grandes retos que la Comisión debe asimilar para caminar en el sentido que le permita ser la institución que está llamada a ser y que hasta hoy no ha sido. Michoacán lo reclama…lo espera.


sábado, 20 de junio de 2015

“EL DERECHO DE LA MAYORÍA A LA TRANQUILIDAD”



“EL DERECHO DE LA MAYORÍA A LA TRANQUILIDAD”

De nueva cuenta el recurso al bloqueo. Lo más doloroso es que se trata del pueblo contra el pueblo, contra sí mismo…parcial y sectario pues busca a toda costa hacer notar solo la propia causa a pesar de la ajena…del otro.

En el fondo la normalización del rompimiento de las vías  y canales de comunicación…Ejemplo lastimoso de catarsis social a problemáticas que de a poco se vuelven pretextos y banderas y sistemas que permite que el que grite y amedrente más haga valer su voluntad. Cada vez buscando el mayor daño y afectación…la tensión y la desesperación afloran. La paciencia se agota y ante la falta de garantías y de autoridad que haga valer y restablecer el orden y la ausencia de justicia, los riesgos de procurarla por propia mano ante la impunidad son muy grandes.

 La lucha social –muchas veces justa- se deslegitima con prácticas que privilegian una posición, un interés…quizá un derecho, pero nunca su correlativo deber.  Y encima golpea y chantajea, paradójicamente en la búsqueda de justicia pisotea sus cimientos, apelando al respeto a la tolerancia y a la pluralidad…termina por ser radical y sorda ante las posiciones de los otros francamente mayoría.

Mientras tanto la autoridad ausente, ida…por impreparación de los de a pie y por cobardía y por complicidad simplona de los que debieran ser responsables del bien general… de aquellos llamados a  generar la estabilidad y seguridad propia del orden…De ese bien común que toda la sociedad está llamado a promover y construir y del que el Estado tiene una obligación principalísima y que requiere esencialmente de una paz social verdadera…no simulada ni mercantilizada en una minuta o en la prebenda que será el motivo futuro de la nueva confrontación y así, una y otra vez… siempre, de manera consuetudinaria… costumbrista…. resignada y tolerada… asumida como irremediable como justificación ante la falta de creatividad.

Hoy en  México y en Michoacán se hace necesario levantar la voz para que la autoridad actúe haciendo respetar la ley. Y al mismo tiempo recordar que nos necesitamos unos a otros, reconocer que somos producto de una historia que a pesar de todo se conserva y que debemos transmitir…convencernos de preservar nuestra identidad… Y que sí, debemos exigir ante la pasividad del estado, pero por otro lado suplir esa omisión redoblando los esfuerzos desde la propia sociedad civil para recuperar los vínculos comunes, pero no rompiéndonos ni usándonos como rehenes entre nosotros.


…Hace falta recordar que tenemos una responsabilidad por y con los demás… 


sábado, 13 de junio de 2015

“LOS DERECHOS HUMANOS SON EL BIEN COMÚN”



“LOS DERECHOS HUMANOS SON EL BIEN COMÚN”

   Si bien en es cierto que en estados con alto índice de inestabilidad institucional, prestación de servicios públicos deficientes y con tantas carencias como el nuestro, es sumamente complicado -fuera de actos trágicos y escandalosos como lo fueron Mamá Rosa, Apatzingán, los autodefensas o Tanhuato- sensibilizar y colocar en la agenda el tema de los derechos humanos.

Al vivir cierto acostumbramiento o violaciones sistemáticas de los derechos fundamentales más básicos y ante la dificultad de ver y palpar su materialización en la propia realidad, los derechos humanos se tornan en conceptos que tienden a abultar el conjunto de lo políticamente correcto, de las buenas intenciones o al menos determinan a un clan de activistas y abogados idealistas que parecieran predicar permanentemente en el desierto.

Sin embargo, nadie puede negar que en la época actual el bien común consiste principalmente en la defensa de los derechos y deberes de la persona humana. Así lo atestigua la tendencia garantista a nivel global.

En ese sentido es necesario recordar que parte de la tarea principal de los gobernantes –incluso me atrevería a decir que la base esencial de su propia legitimidad- se constituye por el compromiso que asuman frente al tema de los derechos humanos.

Se requiere de una firme decisión de la autoridad para respetar, armonizar  y promover los derechos a diario, a través de su quehacer cotidiano y ordinario…en su propia motivación, por un lado, así como facilitar a los ciudadanos el cumplimiento de sus correspondientes deberes, por otro.

Implica una labor de vigilancia y seguimiento para que los ciudadanos, al procurar sus derechos, no impidan el ejercicio de los derechos de los demás y para que el que defienda su propio derecho no dificulte a los otros la práctica de sus respectivos deberes…en el fondo se trata de lograr mantener la integridad de los derechos de todos, teniendo la decisión y valentía necesarias para restablecerlos en caso de violación.

Como un objetivo del bien común, entendido como ese conjunto de condiciones sociales que permiten a los ciudadanos el desarrollo pleno e integral, la labor de defensa y promoción de derechos humanos, implica un equilibrio en la acción de gobierno para evitar generar preferencias de grupos o caer en el vicio de querer defender los derechos de todos impidiendo el desarrollo de los derechos de cada uno.

Qué falta nos hace terminar de entender que solo desde la paz y con la paz y desde el estado de derecho y con estado de derecho, se puede garantizar el respeto a los derechos humanos.


No hay duda de que los derechos humanos se consolidan hoy como la nueva ética de la política y que al estar ligados tan íntimamente al bien común,  pues siempre atienden al concepto de persona humana, comparten su naturaleza hasta llegar a fusionarse…a constituirlo.


sábado, 6 de junio de 2015

“EL MÉXICO EN CRISIS QUE NO CUMPLE NUESTRAS EXPECTATIVAS”



“EL MÉXICO EN CRISIS QUE NO CUMPLE NUESTRAS EXPECTATIVAS”

     La crisis parece evidente, no requiere ni siquiera de mayor precisión. Se vive… se le siente. Duele por su tosquedad y sinrazón. Por su inequidad y por lo dramático de su realismo.

El incumplimiento de expectativas es un síntoma claro, la frustración de sueños, el desencanto y la agitación su bandera. La imposición y el amago violento como recurso por haber prescindido del prestigio que hace creíble el ejercicio de cualquier autoridad.

Sobra politiquería y falta política, mucha política…esa que solventa los problemas derivados del conflicto, la que no es aburrida y que refleja los dolores de cada época y la forma en la que se entienden y remedian, la auténtica política que implica objetivos comunes y aversión al riesgo y a los términos medios y a la trascendencia…que acompaña y que mira, que entiende y humaniza…que resuelve y engrandece, que es esperanzadora y constructiva.

Por lo pronto la política netamente ciudadana es participar…teniendo la certeza y haciendo un compromiso inquebrantable con nosotros mismos  y con México y Michoacán, que el mañana será distinto no por los resultados electorales, sino por la certeza de que el cambio -fruto de la experiencia- se adquirirá  sobre todo con la coherencia de la propia vida y con personal implicación…eso trasciende la coyuntura y sitúa su responsabilidad en el ámbito de la propia voluntad.

Y porque  afianzaremos la convicción esencialmente democrática que ve en la gente común, posibilidades fuera de lo común. Hoy en México no terminamos de entender que la autoridad no consiste en ser obedecido a cualquier precio y que quien la sigue lo hace porque ve en ella un punto de referencia que le sirve para conocer la verdad y el bien de las cosas…aunque a veces no se acabe de comprenderlas.

¡Cierto!…hoy no nos gusta lo que vemos pero tampoco parece que tengamos las ganas y la ilusión por cambiarlas…Hoy México no cumple con nuestras expectativas, pero la solución no es bajar el periscopio ni retirarse a curar las heridas en las catacumbas del pesimismo y el desánimo.


Sí… los momentos de crisis “son aquéllos en donde lo viejo no termina de marcharse y lo nuevo no termina de llegar” (Gramsci). Da la impresión de que, en México y Michoacán, lo viejo no quisiera marcharse...y lo nuevo no quisiera llegar. Esa debe ser nuestra misión…No podemos dejar de votar. Es una gran responsabilidad ciudadana.


viernes, 29 de mayo de 2015

“TANHUATO: APOLOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS”



“TANHUATO: APOLOGÍA DE LOS DERECHOS HUMANOS”

He leído prácticamente la mayoría de las columnas de opinión sobre el tema. Casi todas tienen su parte de verdad. He escuchado también reclamos sobre la percepción ciudadana de que derechos humanos solo defiende criminales…hay testimonios también de mandos militares y de agentes de policía sobre las dificultades en el ejercicio de su función y su real temor a salir mal librados frente a derechos humanos…la constante es en ambos casos un mismo resultado: la inacción por temor…de un lado por represalías  o por desconfianza al acudir a presentar quejas, por el otro por posibles sanciones por el ejercicio de su cargo…

Como michoacano involucrado en los derechos humanos, inmerso en una realidad institucional y gubernamental muy debilitada, en la que incluso hemos vivido una infiltración y confusión entre “buenos” y “malos”, o quien debiera tomar el papel en uno u otro bando… dentro de un escenario de violencia generado por el crimen organizado principalmente encabezado por el fenómeno del narcotráfico que tiene hoy postrado a nuestro estado, Tanhuato me ofrece una lectura un tanto especial.

Por supuesto que deben existir dudas legítimas, es inevitable después del estigma de Tlatlaya. El gobierno mexicano tiene la obligación de dar respuestas claras y contundentes ante el desprestigio y la falta de confianza en el actuar de las fuerzas de seguridad que han sido contradichas por investigaciones periodísticas tirando por tierra las versiones oficiales.

Tendrá que probarse que su actuación se ajustó a los principios de legalidad (previsión expresa en ley), congruencia (utilización de medios adecuados que menos perjudique a las personas y a la sociedad), oportunidad  (actuar inmediato con mejor decisión ante peligro inminente y que no haya más remedio que neutralizar con la fuerza) y proporcionalidad (relación de adecuación entre el medio y el fin).

Pero de ahí a un escenario de duda general y absoluta, constante frente a todo el actuar gubernamental, en nada abona al fortalecimiento de las instituciones que presuponen un mínimo de confianza para mantenerse en pie. Más aún inmersos de lleno en esta lucha frontal contra la criminalidad que tanto ha lastimado a nuestro país y que hoy nos reclama unidad. Lo que se requiere urgentemente es el restablecimiento de esa confianza y la investigación y reparación en su caso, de cualquier posible violación de los derechos humanos. Pero de todos, de los presuntos delincuentes como también de los concretos elementos de las fuerzas federales: policías, soldados, marinos, etc.

Pues lamentablemente son siempre los olvidados y los que para bien o para mal arriesgan su vida en este tipo de situaciones. Debe recordarse que en términos de los mismos documentos internacionales que regulan el uso de la fuerza (Principios Básicos sobre el Empleo de la Fuerza y de Armas de Fuego por los Funcionarios Encargados de Hacer Cumplir la Ley emitidos por la ONU), tienen derecho a que se les proteja la vida e integridad, así como se les proporcione el equipo necesario para el cumplimiento de sus funciones, se les brinde atención médica y psicológica y se revisen y mejoren sus condiciones de trabajo buscando un equilibrio en la sociedad y que ésta les brinde su reconocimiento. Punto que no estoy tan seguro se esté valorando en su justa dimensión por la comentocracia nacional.

A estas alturas a nadie conviene exacerbar los ánimos ni arrojar leña a las instituciones que de una u otra manera tienen en sus manos el principal problema y preocupación de nuestro país. Si ha habido y hubo errores y excesos que lleguen a comprobarse en Tanhuato y en otras de sus actuaciones, por supuesto deben castigarse y sancionarse con todo el rigor de la ley…pero por el contrario debe tenerse cuidado de no sembrar dudas que terminen por destruir la poca credibilidad de las instituciones encargadas de la seguridad de México.  

Hoy no podemos meter las manos al fuego por dichas corporaciones, justos pagan por pecadores, y como sostiene Jorge Castañeda, el gobierno perdió su presunción de inocencia por casos como Tlatlaya, Apatzingán y Ayotzinapa. Sin embargo de ahí a minar y estigmatizar su delicada labor hay un trecho infinito…como lo hay entre denunciar y linchar.

Por tanto, a fuerza de ser justos y objetivos es necesario alzar la voz y exigir el esclarecimiento de los hechos por supuesto!, pero sin condenar a priori a uno u otro bando. En todo caso debemos reconocer que estamos hablando de personas, y por tanto todos titulares de derechos humanos, aún y cuando el esquema formal  de protección no jurisdiccional de los mismos, se base hasta hoy en un sistema de eficacia inmediata o indirecta caracterizada por la relación autoridad-ciudadano.


Ojo. La línea es muy delgada y por ahí dicen que la debilidad de los “buenos” es la fortaleza de los “malos”.


sábado, 23 de mayo de 2015

“TAN FÁCIL COMO QUITARSE EL SOMBRERO Y DEJARLO EN LA PUERTA”




“TAN FÁCIL COMO QUITARSE EL SOMBRERO Y DEJARLO EN LA PUERTA”

De que las palabras de Lorenzo Córdoba, consejero presidente del INE fueron desafortunadas, lo fueron. De que encendieron el debate, lo encendieron. Y no podía ser de otra manera. Se trata de una importantísima institución que dadas las condiciones actuales  está llamada a arbitrar la candente contienda electoral en la cual nos encontramos inmersos, y de ahí dependen muchas cosas.

Más allá del análisis sobre el contenido discriminatorio o racista, o al menos políticamente incorrecto, imprudente e insensible , o de la deplorable existencia del espionaje telefónico del que fue objeto, sobre lo que ya se ha escrito suficiente, hay un tema de fondo que debe hacernos reflexionar: la relación entre los espacios públicos y privados. Sí, ese gap que existe entre la vida personal y política y la vida profesional o familiar.

En el sistema político mexicano se ha privilegiado y hasta cierto punto –forzado- una peligrosa separación entre las creencias y la actuación pública. Una especie de incompatibilidad entre ambas esferas que se suponen distintas, autónomas… lo que lleva invariablemente a una especie de rompimiento….de esquizofrenia

Así, al resolver sobre asuntos con alto contenido moral, se exige a los políticos dejar de lado sus convicciones y creencias personales a fin de no sesgar su decisión. Rompiendo de manera importante la integridad de las personas. Ese rompimiento se ha vuelto reflejo característico de un sistema salpicado de simulación y de rigidez.

Lo que sumado a la ausencia de auténticos liderazgos nos tiene donde hoy nos tiene. Justificando situaciones injustificables que ante las múltiples aristas del problema, busca la salida más rápida y menos costosa. Una clase política que no termina de entender que primero se lidera con lo que se es, luego con lo que se hace y en tercer lugar con lo que se manda hacer. Cadena básica de actuación que deriva en verdadera autoridad moral.

Es importante  al menos considerar que como personas no podemos ser compartimentos estancos…que no podemos al decidir, dejar de lado nuestras convicciones como quien se quita el sombrero al entrar a una habitación. Que de nada sirve tratar de hacer mejor al mundo –desde la presidencia del INE o de la responsabilidad que se tenga- si nosotros no mejoramos como personas… Es cierto, no pidamos peras al olmo.

Como sociedad tenemos derecho a pedir mucha más responsabilidad a los líderes o a quienes debieran formalmente serlo….no podemos enseñar ni predicar lo que no practicamos ni creemos. De ahí la oquedad de nuestras instituciones, pues la coherencia implica valentía y esfuerzo, elementos hoy escasos en el sistema político mexicano.


Me queda claro que la crisis actual de nuestro país es una crisis de líderes congruentes y apasionados sinceramente con el bien del pueblo.


sábado, 16 de mayo de 2015

“DE TRADUCTORES CULTURALES Y REMONTADORES”




“DE TRADUCTORES CULTURALES Y REMONTADORES”

Hace algún tiempo escuché hablar del término de traductores culturales en referencia al reto que tienen los líderes y protagonistas de su tiempo para explicar en lenguaje sencillo y asequible las vicisitudes y complejidad de la realidad política y social actual, moviendo a los demás a actuar.

Esos “traductores culturales” que representan a la auténtica generación de transición tienen una  invaluable cualidad para brindar esperanza, ilusión y  para procesar objetivamente los sueños de sus contemporáneos. No se trata ni por mucho de los más poderosos ni de los más preparados, pero sí de los decididos, de los interpelados, de los inconformes…de los que pretender ser coherentes.

Con ese nombre pretende aglutinarse a esos “conductores” o “vectores” que permiten tender puentes, que ayudan a encontrar lo común en lo plural, que logran el entendimiento mínimo, aquellos que por su amplitud de miras y su lectura objetiva y generosa de la realidad pueden –y deben- constituirse en los descifradores y mensajeros…sí, esos línks que permiten el entendimiento entre distintas generaciones, entre partidos políticos y los ciudadanos, entre los intelectuales y los que tenemos coeficiente intelectual promedio…entre los apáticos y los frenéticos.

Sin embargo no aparecen claramente y la pregunta que siempre está en el ambiente es quiénes y cuándo nos ayudarán a salir del atolladero social en el que hoy nos encontramos. Hay poca claridad, pareciera que la confusión fuera generalizada y que se espera la decisión e iniciativa del otro.

Las grandes hazañas y gestas heroicas de remontadas deportivas, militares y sociales, las verdaderas “hombradas”, nos parecen –en nuestro caso- ajenas y hasta cierto punto inalcanzables.

Hoy más que nunca se requiere de la decisión y participación de muchos para transformar la realidad. Para impactar el mundo de los referentes. Ahí donde debiera haber ideas claras, objetivos, rumbo…líderes. Y que hoy son escasos. Y donde existe obstinación y una falsa ilusión en que las leyes y las grandes reformas estructurales y las meras políticas públicas nos llevarán a cambiar… No bastan las leyes sino existe el espíritu y la cultura para aceptarlas y cumplirlas.


No hay más…la misión de auténticos traductores culturales implica iluminar los pasajes oscuros -en los cuales está siempre latente el peligro de precipitar- con plena convicción de que los tiempos pasados no fueron mejores porque no son los nuestros… Así entendidos, deberán constituirse invariablemente en auténticos “remontadores” del statu quo.


sábado, 9 de mayo de 2015

“HACER QUE LAS PERSONAS QUIERAN”



“HACER QUE LAS PERSONAS QUIERAN”

A propósito de mi columna anterior (“Aturdidos”. Diario Provincia, Michoacán 02/05/2015) recibí el siguiente comentario: “Me parece muy bien lo que escribe, pero eso ya lo sabemos todos! Mejor escriba cómo vamos a solucionarlo y sobre todo qué hacen los personajes de influencia como usted y como muchos otros para poner un granito de arena, porque sinceramente no lo veo!”

Reconozco que no es la primera vez que me lo dicen. A decir verdad cada vez es más constante. Hay una necesidad y una añoranza de cambio pronto. La situación compleja revive la tensión eficacia-fondo-tiempo…el tiempo apremia y al mismo tiempo limita. Inevitable necesidad de revisar el compromiso y la responsabilidad para incidir eficaz y positivamente.

Tiene toda la razón la lectora! Denunciar y describir la realidad no basta -aunque algunos todavía se nieguen a aceptarla-. Es necesario pasar a la acción para transformarla. La crisis por la que atravesamos va más allá del aspecto social y político, atañe a la persona misma y a su forma de relacionarse en comunidad, y por tanto el cambio es de índole cultural y trascendental.

Para ello no hay recetas infalibles ni soluciones generales. La respuesta dependerá del compromiso de cambio que cada quien asuma frente a una realidad que constantemente nos interpela. Sí, es indispensable que todos sumemos esos “granitos de arena”, pues efectivamente hay mucho por hacer y en el conjunto parece no verse ni destacar…es el heroísmo de la cotidianidad que parte de reconocer que los frutos no serán inmediatos pero la entrega a esa tarea sí que debe ser constante.

Creo que hoy, especialmente a quienes pretendemos generar opinión pública o a los que tenemos una responsabilidad en los organismos autónomos o intermedios de la sociedad civil nos corresponde construir un auténtico diálogo que, además de señalar y denunciar con energía lo que hay que corregir- , permita suministrar los instrumentos intelectuales y  morales para que cada uno sea capaz de hacer el bien por propio convencimiento. Eso implica encontrar y resaltar las cualidades de todos, apelando al cambio con incansable sentido positivo y respetando absolutamente la libertad del que piensa distinto…

Implica formar un clima de confianza con la seguridad que da el saber que la expectativa de los demás en relación a nuestro propio comportamiento funcionará como motivación de nuevas acciones.
Implica motivar, mover, testimoniar…plantear….abrir nuevos horizontes y plantear nuevos retos llenos de sentido.


Por supuesto que un planteamiento así resulta claramente contracíclico -por no decir contracultural- sobre todo ahora que la lógica político-electoral imperante nos inunda de soluciones falaces y diagnósticos superficiales e incompletos que pretenden presentarse como vías de fondo para resolver los complejos retos a los que nos enfrentamos.… Sin duda la respuesta pasa por reconocer que no sólo es un trabajo de brazos sino de auténtica provocación. Sí, de esa provocación que a base de abrir horizontes y plantear nuevas posibilidades vitales genera y motiva un proyecto común del cual sentirse parte como entusiasta protagonista…Tremendo reto eso de hacer que las personas quieran.


sábado, 2 de mayo de 2015

“ATURDIDOS”


“ATURDIDOS”

Qué México y Michoacán han cambiado y están cambiando a un ritmo vertiginoso nadie puede negarlo. Lamentablemente no siempre para bien. Como sociedad y comunidad hoy afrontamos una coyuntura que conjuga un cambio de época y la colisión de los paradigmas vigentes. Rápidamente quedan atrás a manera de glorias nostálgicas los recuerdos de nuestro pasado. Se deja una parte de nosotros, pues añoramos en cierto sentido, lo que se ha ido y no entendemos lo que pasa hoy…hay aturdimiento.

Cada vez cuesta más identificarnos…los hechos se suscitan como avalancha incontrolable, las noticias más bizarras, más trágicas. Los sinvergüenzas y corruptos más desinhibidos, los ignorantes encumbrados y aplaudidos…cobardes, muchos y al frente.

Una realidad bronca, violenta, destructiva…con rostro de horda incontrolable, irracional, de muerte y miedo…intolerante…sin visión ninguna…rastrera. Corrupta y sucia, indigna…mísera y cobarde y encima tibia. Una realidad que minimiza, que aplasta y que coarta todo sueño y esperanza, pero que al mismo tiempo ofrece la posibilidad de una mayor entrega, de crecimiento, de confirmación de ideales, vocaciones y compromisos.

Es urgente entender la realidad y asumirla con resolución, valentía y absoluta verticalidad. Nos interpela y espera respuestas vitales…Minimizarla o transigir con ella implica que cada día nos reconozcamos y nos comprendamos menos nosotros mismos. Es indispensable entender que si no la apuntalamos en paradigmas firmes que evidentemente tiendan a la modernidad, pero que reconozcan la base de historia, de legado y de dignidad propia, la estructura social colapsará sepultando nuestra identidad.

Me preocupa la ausencia de líderes, de referentes, de rumbo y de sentido, pero me angustia la falta de sentido común y el acostumbramiento a un nuevo paradigma y una nueva realidad que para nada identifico con mi país...a la que de manera absurda, cobarde y comodona, hoy nos estamos adaptando.

Son muchos los problemas y retos de fondo que tenemos enfrente, y para estar en condiciones de afrontarlos debemos tener claridad absoluta de los fines y de los objetivos, pero sobre todo una inquebrantable rectitud en nuestras intenciones. Hoy es preciso despertar!


·        *  El autor es consejero de la CEDH y presidente de USEM Morelia.


domingo, 26 de abril de 2015

“TRAS LA CONFIANZA CIUDADANA”


“TRAS LA CONFIANZA CIUDADANA”

La confianza es la esperanza firme que se tiene de alguien. No hay cosa más difícil que otorgar de nuevo la confianza a quien antes la ha defraudado. Se trata de un vínculo muy frágil que difícilmente vuelve a ser el mismo…más aún en una sociedad como la nuestra que se distingue por la desconfianza generalizada como punto de arranque.  Así desconfiamos de nuestros vecinos,  de los despachadores de una gasolinería, de personas con actitud sospechosa…de gente que parece ser buena. De unos más que otros…en fin, que desconfiamos de todo y de todos… pero mucho más de los políticos. ¡Piensa mal y acertarás! parece ser la máxima en esta materia. No hay incentivos –ni personales ni institucionales para confiar o dar crédito al otro-…la desconfianza como realidad inexorable y crónica que caracteriza nuestro vilipendiado sistema político.

Cualquier relación humana requiere un mínimo de confianza en el otro, sin embargo la relación política -que sin duda debiera ser la más nítida- implica con mucho mayor detalle esa esperanza en que el otro cumpla con lo prometido y sea congruente con los principios e ideales que dice representar.

Ahora que se ha intensificado el análisis y diagnóstico de los partidos en este tema, y se escucha machaconamente por todos lados que debe recobrarse la confianza ciudadana a como dé lugar como punto de partida de una estrategia electoral exitosa, valdría la pena hacerse algunas preguntas al respecto. ¿Qué significa recobrar  la confianza ciudadana? ¿Es un objetivo real y alcanzable por parte de los partidos políticos o es solamente un lugar común, parte del discurso o del argot de lo políticamente correcto? Creo que para alcanzar su confianza, no sé si para recobrarla, pues no tengo tan claro que alguna vez los ciudadanos la hayan tenido respecto de la clase política. Se requieren acciones radicales…de cambio verdadero…de consistencia. No valen los discursos ni las arengas. La confianza y más aún la ciudadana no se predica…solamente se practica.

Lamentablemente en México y en especial en Michoacán, la desconfianza y la decepción no solo sobre los políticos sino respecto de la ineficacia de nuestras instituciones es un mal sistemático y crónico que va en aumento. Los gobernantes y las instituciones han perdido su credibilidad…y eso no se soluciona con discursos o buenas intenciones, sino con hechos constantes y sonantes que demuestren de manera clara y contundente la decisión real de cambiar.  Es urgente dotar de contenido y significación las instituciones y ello implica que quienes las conforman, o al menos, quienes tenemos la oportunidad de incidir, lo hagamos y ya.


Creo que los partidos parten de un planteamiento incorrecto. Un partido (institucionalmente hablando) no puede por sí mismo recobrar la confianza de los ciudadanos…se requiere de la decisión y respuesta congruente de sus integrantes…y lo que es más importante… ¡que los ciudadanos queramos!, ¿qué están haciendo los políticos y sus partidos para que eso suceda? Lo demás es pose o al menos pura palabrería.


sábado, 18 de abril de 2015

“Y, ¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?”


 “Y, ¿POR DÓNDE EMPEZAMOS?”

La lista de propuestas, de mejoras y de cosas y situaciones por corregir parece interminable. La casa está tirada y el escombro cubre y lo ensucia todo…pareciera que la labor de reconstrucción y el esfuerzo por retomar el camino de la normalidad fueran objetivos poco más que imposibles. El desgano, la impotencia y la desesperación pudieran asomar ante el tamaño de la misión. Entonces,  ¿cómo despertar la responsabilidad de participar ante las actuales circunstancias adversas?...

El gran reto político de hoy ante el colapso del tejido social en México y en Michoacán no consiste en encontrar soluciones que nos lleven a “tener más” sino a “ser mejores”. Como lo hemos sostenido repetidamente en este espacio, el problema de fondo es de corte humanista más que técnico. No se trata de hacer buenas obras, sino de ser buenos nosotros mismos…de nada sirve hacer mejor al mundo si nosotros no mejoramos como personas y como ciudadanos.

Han de buscarse soluciones que potencien las capacidades, que muevan de fondo. La superación de nuestros graves problemas sociales no procederán solamente de acciones que se dirijan a modificar la realidad exterior, pues eso no añade nada intrínseco a la forma de ser de las personas y por tanto a las instituciones que conformamos.
Y esa es una responsabilidad irrenunciable de los líderes… el problema es que existe una real crisis de liderazgo… al menos no se les ve dentro de la arena política…

Estoy convencido de que la sociedad tiene derecho a exigir mucha más responsabilidad a quienes pretenden erigirse en sus líderes y también a aquellos quienes están llamados a dirigir, y que, por una u otra razón no se han decidido aún. Hoy hacen falta…auténticos, generosos, nobles, con inquebrantable esperanza…confianza casi provocativa, serenos, que no se dejen arrastrar por la confusión generalizada y que no se dobleguen ante la tentación de “tener más”.

Vale empezar a construir las agendas y embarcarse a participar, pero mucho más importante y prioritario saber el qué  y para qué… Hoy, mucho activismo…quizá buenas intenciones, pero la coherencia escasa y la grandeza de ánimo - indispensable para sortear este bache histórico- no emerge por ninguna parte.

Los ciudadanos debemos entender que el liderazgo que hoy estamos llamados a ejercer es un fenómeno radicalmente personal y autobiográfico…no depende de las circunstancias cambiantes externas ni de quien ostente el poder…depende de nuestro modo fundamental…o calentamos el ambiente o nos enfriamos… Esa tarea de cada uno conlleva invariablemente al compromiso personal.

Y esos líderes que estamos llamados a ser, deben saber dar contestación al para qué de cada momento, lo que implica elasticidad y mano izquierda, pues cuando un fin se vuelve inalcanzable hay que preguntarse a que fin superior se subordinaba para descubrir nuevas posibilidades de acción o de actitud, moviendo a los demás por convencimiento…lo decisivo no será solo lo que hacemos, sino cómo lo hacemos.


¿Queremos influir positivamente en los demás?...ganemos en autoridad…sí, pero esa solo se adquiere no se impone…se inspira.